
El día después de que miles de sevillanos despidieran a la mayor latifundista de España, con un patrimonio estimado en torno a los 3.000 millones de euros, del cual el 90% está exento de tributación, una señora de 85 años era expulsada de su hogar en el madrileño barrio de Vallecas por no poder hacer frente a la deuda que su hijo contrajo con un prestamista. La oligarquía política y económica y una parte asquerosamente considerable de la plebe rendían pleitesía a un símbolo de la España rancia y casposa mientras una mujer humilde, una más entre las miles que pierden su casa un día tras otro, tragaba lágrimas de impotencia.
El caso de Carmen no ha quedado ahogado entre la fría estadística, como tantísimos otros, porque los activistas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) continúan llevando a cabo una labor impagable (cuántos suicidios habrán evitado en estos últimos años) en apoyo de quienes lo han perdido todo menos la dignidad y dando visibilidad a uno de los mayores dramas, una de las principales injusticias, que emanan de eso que llaman crisis. Por eso y porque el club más modesto de la élite del fútbol español, el Rayo Vallecano, se ha ofrecido a costearle el alquiler. Seguir leyendo «Lo que pasa en este país es insoportable»