Lo de dejarse engañar ya no cuela: si les votas eres cómplice

Forges elecciones

Si en una tienda os dan mal el cambio, ¿pedís el dinero que falta? Si os venden un producto en mal estado, ¿lo devolvéis? Si contratáis un servicio que resulta ser insatisfactorio, ¿reclamáis? Apuesto a que la respuesta es sí en los tres supuestos. Es más, en caso de que tengáis una mala experiencia en, pongamos, un restaurante, ¿repetís? Desde luego que no.

Imaginad a alguien feliz porque le hayan timado en una tienda o porque le hayan servido un hermoso pescado podrido en el restaurante. Ridículo, ¿verdad?

Pues si somos tan (lógicamente) exigentes con los productos de consumo, ¿por qué extraño mecanismo mental se explica que hagamos la vista gorda con quienes gestionan lo público? No sólo la vista gorda, sino que incluso renovemos nuestra confianza en quienes han demostrado hasta la saciedad ser manifiestamente incapaces de hacerlo o, peor, aprovechan nuestra “buena voluntad” para robar(nos) a manos llenas, reírse en nuestra cara y, para colmo, sin atisbo de vergüenza, pedirnos, una vez más, el voto. Seguir leyendo «Lo de dejarse engañar ya no cuela: si les votas eres cómplice»

Imaginando lo que ocurre en un país que no es España

Aguilucho cigüeña
Podría ser el escudo oficial de ese país imaginario.   Autor: Le Raúl

Hace dos años que estoy oficialmente en la lista del paro. El mes que viene dejaré de cobrar la prestación por desempleo que me correspondía, tras agotar los 24 meses preceptivos. Afortunadamente, como era un empleo a tiempo parcial, he podido compaginar la prestación con mi trabajo como profesor de refuerzo escolar. A partir de febrero, sin embargo, tendré que buscar la manera de compensar esa pérdida de ingresos. Estaría bien, por ejemplo, que las ventas de El viaje de Pau se dispararan. Aunque, claro, para ello primero tendré que encontrar más librerías dispuestas a acogerlo (entre tanto, recordad que está disponible en formato digital en Amazon y en La Casa del Libro). Seguir leyendo «Imaginando lo que ocurre en un país que no es España»

Mi deseo navideño: no los escuchéis

viñeta el Roto

No los escuchéis. No leáis lo que dicen. No los miréis cuando salen por la tele. Ignoradlos. Como si no existieran. Sé que es difícil, casi imposible. Pero hay que hacer el esfuerzo. Os invito a ello… casi os lo imploro. He llegado a la conclusión de que es la única vía para mirar al presente con cierto optimismo y para tener esperanza en el futuro.

Lo sé. Sé que pido poco menos que una utopía porque esos tentáculos repugnantes que exhiben nos tienen bien agarrados, y con esos mismos tentáculos se han agarrado firmemente a todo aquello que les pueda servir de asidero. Lo están contaminando todo con su presencia corrosiva. Nos han inoculado el virus de la desesperanza, del hastío, de la derrota, hasta el punto de hacernos creer que no hay vida posible más allá de la esclavitud consentida a la que nos están sometiendo. Seguir leyendo «Mi deseo navideño: no los escuchéis»

La sensación de escribir más de lo mismo

viñeta Forges

Hoy quería escribir algo consistente. Elegir un tema de actualidad y desahogarme a gusto. Hay tanto donde elegir… Pero me encuentro con que no me apetece. Todo es demasiado recurrente. Tengo la sensación de que estaría repitiendo lo mismo de siempre: un amargo lamento por ver que el mundo se derrumba a nuestro alrededor (que lo están derrumbando) y tener la sensación de no ser capaz de hacer nada por evitarlo. Seguir leyendo «La sensación de escribir más de lo mismo»

En defensa de la educación pública

Viñeta Forges huelga educación

Cuando era pequeño, con 3 o 4 años, participé en mis primeras movilizaciones en defensa de los derechos sociales. Recuerdo que estuvimos encerrados en la iglesia del barrio –Sant Crist de Can Cabanyes, un núcleo obrero en el extrarradio de Badalona, entonces una ciudad industrial a las afueras de Barcelona–, reclamando la construcción de una escuela pública. Seguir leyendo «En defensa de la educación pública»

Seamos felices en la irrealidad de Matrix

Montaje de El Jueves

Madrid aspira por enésima vez a convertirse en sede de unos Juegos Olímpicos. En unas horas sabremos si se los conceden. Hasta Buenos Aires se ha desplazado una delegación española compuesta por ciento y la madre (dudo mucho que cada uno de los desplazados se haya pagado el viaje y la estancia de su bolsillo, pero vamos, seguro que el dinero sale de algún patrocinador patriota) para asistir en directo al anuncio del Comité Olímpico Internacional. Estaría bien ver a la alcaldesa Ana Botella, doctorada en Filología inglesa como mínimo (la rueda de prensa del jueves fue la prueba fehaciente), igual que su marido el de las Azores o el rey de los percebes, también conocido como el presidente plasmado o, más cariñosamente, el señor de los chuches… Decía que estaría bien ver a la Bottle y su colla dar los saltos de alegría que protagonizó Pasqual Maragall hace como 27 años, cuando el señor aquel de pasado un tanto sospechoso que presidía el COI dijo aquello de “à la ville de Barsalona”. Seguir leyendo «Seamos felices en la irrealidad de Matrix»