Aquel 15 de mayo

15M - Puerta del Sol
Qué bonita lucía la Puerta del Sol durante aquellos días de mayo de 2011.

Ya es 15 de mayo. Hasta hace cinco años, una fecha más, sin un significado especial para la mayoría de personas en España. Pero después del 15 de mayo de 2011 algo cambió. Algo profundo. La irrupción de los indignados supuso un antes y un después en la sociedad de este país.

Más allá de las implicaciones políticas, el 15M significó el despertar de las conciencias, de millones de conciencias dormidas o, más que dormidas, amodorradas, anestesiadas, resignadas a una realidad que superaba cualquier voluntad de cambio.

España desde hacía algunos años caía por el precipicio de la “crisis”, en un viaje inexorable hacia el abismo de la desesperanza. Nada se podía hacer, salvo encoger los hombros, agachar la cabeza, y tirar “pa’lante” cruzando los dedos para que las cosas no fueran a peor.

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Las tijeras sociales del Govern y las escuelas de Caldes

viñeta el roto

Dice Francesc Homs, el candidato de Democràcia i Llibertat (la marca tras la que se esconde Convergència Democràtica de Catalunya para intentar borrar un rastro de corrupción que apesta tanto como el del PP) para las elecciones del 20 de diciembre, que el Govern de la Generalitat tiene y ha tenido una sensibilidad inequívocamente social. Que está comprometido más que nunca con los servicios públicos y con las necesidades de las principales víctimas de la crisis (de la estafa diría yo). “No explicar que los recortes son consecuencia del Estado a los que más lo necesitan es hacerles un flaco favor”, afirma, y se queda tan ancho.

Es evidente que el PP tiene la sensibilidad social de una apisonadora, la que ha utilizado los últimos cuatro años para destruir el Estado del bienestar, y es evidente también que en Catalunya no hemos recibido un trato precisamente cariñoso por parte del gobierno central. Pero tan evidente como eso es que en CiU, CDC, Democràcia i Llibertat, o como se quieran llamar, han disfrutado a lo grande recortando a placer todo aquello que oliese a servicio público; recortando y privatizando, trasladando a los amiguetes del sector privado cualquier cosa con la que se pudiera hacer negocio y, de paso, sacarse unas perras en comisiones.

Oigo al señor Homs, encendido patriota catalán desde que su líder Artur Mas decidió subirse al barco con destino a Ítaca como tabla de salvación, y me duele la mandíbula de tanto apretar los dientes. Me cabrea, me indigna y, aunque mi capacidad de sorpresa ha quedado reducida casi a la nada, semejante grado de cinismo consigue que me pregunte si cabe la vergüenza en el metabolismo de demasiados dirigentes políticos. Seguir leyendo «Las tijeras sociales del Govern y las escuelas de Caldes»

De elecciones y (la dormida) conciencia de clase

unidad izquierda

Ya ha comenzado la campaña electoral. El 20 de diciembre elegiremos la composición del Parlamento español para los próximos cuatro años. Todas las encuestas pronostican un nuevo triunfo de la organización criminal que responde a las siglas PP, lo que me lleva a concluir que (de cumplirse el mal augurio) sigue contando con varios millones de cómplices.

Según la encuesta que se mire, tienen opciones de arrebatar el trono al rey de los percebes Ken, el yerno ideal, candidato del partido antiguamente socialista y obrero, y el muchacho guapetón de la sonrisa profidén, candidato de quienes quieren cambiarlo todo sin cambiar nada. El coletas prácticamente ha quedado descartado, después de que sondeos y medios de comunicación se hayan encargado de pinchar el globo que hace un año parecía crecer imparable. Hay que decir que Podemos (pero no nos lo creemos) ha contribuido a ello procurando modular un mensaje fresco y rompedor para complacer a un electorado que no era el suyo. Seguir leyendo «De elecciones y (la dormida) conciencia de clase»

El (desalentador) síndrome de Estocolmo

viñeta El Roto
El Roto y sus mensajes directos al estómago.

Ponerse a pensar en lo que ocurre en el mundo, violencia, abusos, guerras, injusticias, hambrunas, derroche de recursos, destrucción del medio ambiente, explotación laboral y de todos los tipos que a uno se le puedan ocurrir… Pensar en todo ello resulta muy deprimente. Yo lo hago, bastante a menudo, y acabo por tener que dejarlo porque mi cerebro amenaza con explotar. Plantearse que la situación pueda cambiar, no ya a corto plazo, sino a siglos vista, me parece tan utópico como confiar en que quienes dirigen el mundo, gente sin escrúpulos, desarrollen la conciencia social que con tanta indiferencia pisotean.

Es cierto que también hay personas por todo el planeta que actúan de forma muy distinta, que hacen de la empatía su motor de acción, que tratan de oponer resistencia a la deriva macrodestructiva que empuja a nuestra civilización. El problema es que siempre ha sido mucho más fácil, y rápido, destruir que construir. Que la industria armamentística sea la que marca el paso de los gobernantes lo dice todo. Seguir leyendo «El (desalentador) síndrome de Estocolmo»

Riqueza que empobrece

Viñeta El Roto
Las 20 personas más ricas de España acumulan una fortuna equivalente a lo que tienen 14 millones de personas
, un 30% de la población (en enero de 2014 era el 20%). Eso sí, seguro que son muy patriotas y que las cajas de seguridad de los bancos de los paraísos fiscales donde guardan sus 115.400 millones de dólares llevan impresa bien visible la bandera española, que lucen con orgullo.

Oxfam Intermón ha hecho público el informe ‘IGUALES: Acabemos con la desigualdad extrema. Es hora de cambiar las reglas’, en el que advierte de que las desigualdades continúan incrementándose a un ritmo vertiginoso en todo el mundo, y con ello también la pobreza. La riqueza de quienes poseen más de mil millones de dólares ha aumentado en un 124% durante los últimos cuatro años, acumulando ya 5,4 billones de dólares, cuatro veces el Producto Interior Bruto (PIB) español. Seguir leyendo «Riqueza que empobrece»

Mi deseo navideño: no los escuchéis

viñeta el Roto

No los escuchéis. No leáis lo que dicen. No los miréis cuando salen por la tele. Ignoradlos. Como si no existieran. Sé que es difícil, casi imposible. Pero hay que hacer el esfuerzo. Os invito a ello… casi os lo imploro. He llegado a la conclusión de que es la única vía para mirar al presente con cierto optimismo y para tener esperanza en el futuro.

Lo sé. Sé que pido poco menos que una utopía porque esos tentáculos repugnantes que exhiben nos tienen bien agarrados, y con esos mismos tentáculos se han agarrado firmemente a todo aquello que les pueda servir de asidero. Lo están contaminando todo con su presencia corrosiva. Nos han inoculado el virus de la desesperanza, del hastío, de la derrota, hasta el punto de hacernos creer que no hay vida posible más allá de la esclavitud consentida a la que nos están sometiendo. Seguir leyendo «Mi deseo navideño: no los escuchéis»