El (desalentador) síndrome de Estocolmo

viñeta El Roto
El Roto y sus mensajes directos al estómago.

Ponerse a pensar en lo que ocurre en el mundo, violencia, abusos, guerras, injusticias, hambrunas, derroche de recursos, destrucción del medio ambiente, explotación laboral y de todos los tipos que a uno se le puedan ocurrir… Pensar en todo ello resulta muy deprimente. Yo lo hago, bastante a menudo, y acabo por tener que dejarlo porque mi cerebro amenaza con explotar. Plantearse que la situación pueda cambiar, no ya a corto plazo, sino a siglos vista, me parece tan utópico como confiar en que quienes dirigen el mundo, gente sin escrúpulos, desarrollen la conciencia social que con tanta indiferencia pisotean.

Es cierto que también hay personas por todo el planeta que actúan de forma muy distinta, que hacen de la empatía su motor de acción, que tratan de oponer resistencia a la deriva macrodestructiva que empuja a nuestra civilización. El problema es que siempre ha sido mucho más fácil, y rápido, destruir que construir. Que la industria armamentística sea la que marca el paso de los gobernantes lo dice todo. Seguir leyendo «El (desalentador) síndrome de Estocolmo»

¿Y a mí quién me rescata?

Save the Children - #yamiquienmerescata

Si me pongo a pensar en las cosas que me gustaría conseguir a lo largo de mi vida el ser rico no estaría entre las prioridades. No entiendo que tener dinero como un fin en sí mismo pueda ser el deseo de tanta gente. Comprendo que vivimos en una sociedad que incita al culto al dinero. Continuamente nos bombardean con mensajes en los que el dinero es el elemento central, de forma que en nuestro cerebro se ha instalado la idea incuestionable de que ser rico es algo indiscutiblemente bueno. No sólo eso, sino que es el objetivo vital de buena parte de la población, aunque el 99% de ella jamás llegue a estar no ya cerca sino lejos de lograrlo. Seguir leyendo «¿Y a mí quién me rescata?»