
Soy periodista y, sin embargo, cada vez presto menos atención a los medios de comunicación. En este blog encontraréis varios artículos muy críticos con la prensa porque, en mi opinión, hace tiempo que dejó de cumplir su función informativa y de fiscalización del poder (no sólo el político) para venderse al mejor postor. La agenda de la actualidad no la marcan los periodistas, sino los intereses políticos y económicos. Eso al menos es lo que ocurre en los medios de masas.
Por supuesto que existen iniciativas periodísticas honestas, con voluntad de recuperar el prestigio de una profesión que debería ser fundamental para garantizar la salud democrática de la sociedad y, sobre todo, para esparcir entre la población la semilla del pensamiento crítico. El periodismo nunca debería ser complaciente con quienes tienen la sartén por el mango, porque entonces dejar de ser periodismo para convertirse en propaganda.
Hace falta más periodismo honesto, y mi impresión es que para encontrarlo hay que detenerse allí donde, paradójicamente, lo tiene más complicado para desarrollar proyectos estables: la proximidad. Los medios locales y comarcales han sido históricamente escuela de periodistas, a menudo poco más que eso. Por el prejuicio de que mantenerse en ellos era estancarse, pero sobre todo por la precariedad de un trabajo que a menudo se realizaba por afición. El periódico o la radio local eran el lugar donde aprender para dar el salto a la prensa «de verdad», no se podía aspirar a ganarse la vida allí. Seguir leyendo «A pesar de todo, el periodismo de proximidad resiste»