Lo que pienso mientras viajo en tren 

Viajo en tren, de regreso de mi oasis en el inmenso desierto de indiferencia e impostura que está devorando el mundo, como la Nada en Fantasia; acosados por los ladrones del tiempo de la ciudad de Momo, sin que ni siquiera sospechemos de su existencia. 

El Gran Hermano dicta el discurso dominante: «la guerra es paz, la libertad es esclavitud, la ignorancia es fuerza», acríticamente interiorizado; y entretenidos por los fogonazos de las pantallas, absortos en la sublimación de nuestra insignificancia sintética, adoradores de la banalidad, como en aquel (inconcebible) mundo imaginado (anticipado) por Bradbury setenta años atrás, asistimos ciegos y sordos al exterminio de aquellos a quienes nunca concedimos el derecho a poseer identidad, a soñar una existencia libre de bombas y abusos. 

Quienes jamás escogerán la píldora que abre los ojos a la realidad, quienes niegan la barbarie o prefieren ignorar los miles de cuerpos destrozados bajo los escombros de sus casas, de las escuelas donde se refugiaban, de los hospitales donde agonizaban, pretenden salvaguardar su conciencia. Pero eso no cambia el hecho de que, al otro lado del Mediterráneo, cada día cientos de sueños infantiles son descuartizados por una máquina de guerra que actúa con saña, alimentada de odio, de racismo, de fanatismo y de los dólares y las bombas del capitalismo despiadado (como si pudiera existir otro tipo de capitalismo…). 

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El precio de los derechos humanos

Los derechos humanos son un privilegio de quienes pueden pagarlos. Todo en el mundo capitalista tiene un precio, incluso las vidas de las personas. Hay vidas sagradas, atentar contra las cuales puede desencadenar guerras, y las hay que no valen absolutamente nada. De hecho, ni siquiera se consideran vidas humanas, de modo que se puede prescindir de ellas por miles, porque en el mercado internacional del precio de la vida no cotizan. De estas, cada día se consumen incontables, sin que ello afecte al rumbo ni al ritmo del mercado, víctimas de la explotación, de la hambruna, de la ausencia de atención médica, de la violencia física y, sobre todo, de la violencia de un sistema insensible al dolor de los miserables. Y, por supuesto, están las vidas que desaparecen bajo las bombas.

En Gaza está en curso un genocidio que, tanto como por su crudeza, duele por la indiferencia que buena parte de la sociedad occidental está demostrando. Reconozco que creía que los gobiernos europeos dirían basta después de los primeros días de bombardeo, aunque ello no fuera obstáculo para que Netanyahu y su corte de fanáticos asesinos siguieran adelante con su plan para arrasar Gaza y completar la anexión definitiva del territorio palestino. Durante estas semanas ha quedado meridiano que, salvo honrosas excepciones, la sociedad israelí está plagada de supremacistas deseosos de borrar del mapa a «esos seres subhumanos que merecen ser tratados como cucarachas».

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Cuando la acción directa es la única esperanza

pobreza el roto

Cada vez me cuesta más confiar en la política institucional. Cada vez me cuesta más creer que los partidos políticos (buena parte de ellos nido de auténticos vividores de lo público) tienen entre sus prioridades la construcción de una sociedad más justa, el fin de los abusos del poder, el bienestar de las capas de población más desfavorecidas.

Y sí, soy consciente de que el discurso de «todos los políticos son iguales» es peligroso y, probablemente, injusto. Pero es que la realidad es tozuda, y, aunque haya políticos honestos, personas que no pretenden medrar ni hacer del politiqueo un medio de vida, sino que realmente creen que desde el institucionalismo se pueden (y deben) solucionar los problemas de la gente con verdaderos problemas, la observación y la experiencia me dicen que el reformismo es tan exasperantemente lento que para poner remedio a situaciones de emergencia lo único que vale es la acción directa.

Sí, esa que el sistema, con el asentimiento de la gente de orden (de la ideología que sea), nos vende como inadmisible, pues atenta contra el estado de derecho y toda esa palabrería que sólo hace que proteger a quienes llevan siglos pisoteando a su conveniencia el tal estado de derecho.

Acción directa. La ciudadanía marcando el paso, asumiendo la supuesta responsabilidad de las instituciones que, sepultadas bajo toneladas de burocracia e intereses oligárquicos, han dimitido de sus funciones.

Os voy a hablar de dos ejemplos que, desde mi punto de vista, corroboran este planteamiento. Y gracias a que existen, estos y otros, porque sólo así se explica que no haya saltado ya todo por los aires. Seguir leyendo «Cuando la acción directa es la única esperanza»

Exiliados de Siria, emigrantes a Panamá e indignados franceses

Papeles Panamá - Ferran

Podría escribir más de un artículo diario sólo con la actualidad. Entonces tendría que abrir otro blog para mis actividades literarias, y ya no volvería a dormir. Pero no. Hay tantas cosas que me abruman, que más que desahogarme escribiendo sobre ellas, hay días, cada vez más, que tiendo a retraerme. Ya existen muchos analistas, comunicadores, periodistas, expertos y especímenes varios que vierten su opinión en textos que en demasiadas ocasiones parecen querer pontificar. Y al fin y al cabo, lo que yo piense sobre asuntos de calado básicamente me interesa a mí, de modo que probablemente acabe perdiéndose en el océano de bits.

De todas formas, necesito escribir, no sólo ficción, sino también sobre la realidad que me rodea. Como diría el filósofo, yo soy yo y mis letras. Y estos días resulta que coinciden tres hechos relevantes que dicen mucho (me atrevería a afirmar que, en esencia, lo dicen todo) acerca del mundo en que andamos metidos. Uno llega a la conclusión de que esta realidad sólo puede ser producto de una mente muy retorcida.

Deportaciones de demandantes de asilo (la Unión Europea no les permite ser refugiados), papeles de Panamá y Nuit debout. Seguir leyendo «Exiliados de Siria, emigrantes a Panamá e indignados franceses»

¿Eso es ser europeo?

niña refugiada Idomeni - Alberto Sicilia
Quiere ser periodista para hacer llegar la voz de su pueblo al mundo. Desde Idomeni, junto a la frontera cerrada de Macedonia.   Foto: Alberto Sicilia

Desde que la Unión Europea decidió sacarse de encima a las personas que huyen de la guerra (no sólo de Siria) mediante el vergonzoso acuerdo con Turquía, llevo preguntándome si la mayoría de la población europea es lo que sus dirigentes políticos han demostrado ser: burócratas despreciables, hipócritas, carentes de decencia y de empatía.

La UE está procediendo a la detención y posterior deportación de refugiados de guerra (que no llegan a serlo porque se les niega el derecho de asilo) a un país ejemplar en la violación de derechos humanos. Mientras recibe el soborno de 6.000 millones de euros por ejercer de guardián fronterizo/segurata de discoteca de la aseada y siempre políticamente correcta Europa, el régimen fascista de Erdogan bombardea impunemente al pueblo kurdo.

Todo da mucho asco. Confieso que mi capacidad de análisis ha sido superada por completo. No puedo racionalizar decisiones que, se mire por donde se mire, pisotean todos los tratados internacionales en materia de derechos humanos y pisotean la dignidad de personas a las que sólo les queda eso, dignidad. Así que escribo desde la rabia y la impotencia. Seguir leyendo «¿Eso es ser europeo?»

Fanáticos ignorantes (II)

Charlie Hebdo

Hace dos semanas escribí un artículo que titulé ‘Fanáticos ignorantes’. Cuando he leído la noticia del asesinato absurdo, salvaje e intolerante de doce personas en la sede de la revista satírica ‘Charlie Hebdo’, en París, automáticamente me ha venido a la cabeza y he pensado en volver a compartirlo. Porque los asesinos, terroristas, bárbaros…, el calificativo es lo de menos, que esta mañana han regado de sangre la redacción de un medio de comunicación por, simplemente, no estar de acuerdo con sus ideas, son, sobre todo, unos fanáticos ignorantes.

Temo que lo que me llevó a escribir aquel artículo, la masacre a sangre fría de 150 personas, la mayoría niños, en un colegio pakistaní, el desprecio más absoluto por la vida humana, seguirá proporcionándome razones para compartirlo una y otra vez. Cada nueva matanza, cada nuevo abuso de los derechos humanos, es otro triunfo de los fanáticos ignorantes, un nuevo motivo para llamar la atención sobre los pasos atrás que damos a diario como especie. Seguir leyendo «Fanáticos ignorantes (II)»

Fanáticos ignorantes

Forges - Educación ciudadanía

La intolerancia, la intransigencia, el pensamiento único, la imposición de ideas mediante la fuerza, son algunos de los peores males que asolan a la humanidad. Los débiles, los inocentes, quienes no pueden recurrir a la fuerza para defenderse, son siempre víctimas injustas. Ninguna ideología ni supuestas ‘leyes’ religiosas justifican los abusos a los derechos humanos, ni mucho menos el despreciable ensañamiento con quienes sueñan con un futuro libre de violencia.

El martes pasado un grupo de escoria humana, contaminada por ideas fanáticas, entró en un colegio de Peshawar (Pakistán) y mató a 148 personas, 132 de ellas niños y niñas. Los talibanes justificaron el ataque en el hecho de que el colegio está gestionado por las fuerzas militares que los combaten. Como si esos trogloditas que dicen seguir la ley de dios tuvieran algún prejuicio a la hora de segar vidas. Son los mismos que dispararon en la cabeza a Malala y que han jurado matarla por el simple hecho de defender la escolarización de las niñas. Seguir leyendo «Fanáticos ignorantes»

Otro día funesto para la democracia española

 

En el 78º Año Triunfal, el excelentísimo gobierno de la gran Nación Española ha aprobado en las Cortes Generales, gracias a una mayoría aplastante e incontestable que emana de la voluntad de todos los españoles de bien, la Ley de Seguridad Ciudadana. La nueva ley, inspirada en los sagrados fundamentos del régimen, devolverá a nuestra Patria Imperial a la senda de orden y rectitud que despreciables hordas de rojos y masones han amenazado de forma cobarde y traicionera desde que el Glorioso Caudillo ascendiera a los Cielos.

En su… No puedo. Me había propuesto escribir todo el artículo emulando a los noticiarios franquistas, el NO-DO que los actuales ministros tanto añoran, pero no soy capaz. Yo no descartaría que el Telediario de Televisión Española acabe recuperando esa bonita careta de entrada. Total, si sólo lo ven ellos. Seguir leyendo «Otro día funesto para la democracia española»

«Una etapa trágica de nuestra historia totalmente superada»

Viñeta de Eneko

«Habrá que estudiar esa orden de Interpol, pero con los antecedentes que tenemos de la Audiencia Nacional por hechos similares a los que ahora a través de la prensa tenemos conocimiento, la resolución será muy equivalente a la que hubo anteriormente, que es denegar la entrega«. No tenía la menor duda, señor Rafael Catalá, ministro de (in)Justicia, de que ésa sería la respuesta del gobierno español a la petición de extradición de los veinte franquistas imputados por la justicia argentina en la causa contra los crímenes del régimen genocida al que España continúa protegiendo. Seguir leyendo ««Una etapa trágica de nuestra historia totalmente superada»»