La frustración

Desde que empezó el proceso independentista en Catalunya siempre he pensado que lo más complicado de gestionar sería la frustración que generaría entre cientos de miles de catalanes, legítimamente ilusionados e implicados en un proyecto de construcción nacional, comprobar que su sueño, que habían estado tocando con la punta de los dedos, no se podía cumplir.

Nadie sabe qué va a pasar. Pero las señales de los últimos días llevan a pensar que los dirigentes independentistas están buscando la manera de dar un paso atrás en la idea de declarar la independencia sin que ello provoque una ola de frustración e indignación en media Catalunya.

Según la ley del referéndum, el Parlament debía proclamar la independencia a las 48 horas de darse a conocer los resultados de la votación del pasado 1 de octubre. De momento, lo único que se sabe es que el martes el president Carles Puigdemont acudirá a la cámara catalana para hablar sobre la situación política generada después de ese domingo fatídico, que será tristemente recordado por las escenas de violencia policial. Seguir leyendo «La frustración»

La cruda realidad

Viñeta New York Times
Viñeta sobre el conflicto catalán publicada en The New York Times.

Es muy difícil escribir sobre los sucesos del 1 de octubre y todo lo relativo al conflicto entre Catalunya y España sin molestar a alguien. Cuando las posturas se radicalizan tanto, ni siquiera el espectáculo del domingo consigue poner de acuerdo a quienes ya se han formado una opinión sobre lo que está pasando.

Yo intento explicar que la represión policial contra quienes querían votar en un referéndum ilegal según la legislación española sobrepasa la cuestión de la “afrenta secesionista”. Quizás os hayáis enterado de lo que está pasando en Murcia, donde decenas de miles de personas llevan protestando sin descanso desde hace tres semanas por las obras del AVE, que partirán la ciudad por la mitad. Allí la policía también está repartiendo palos de lo lindo, y dudo mucho que los murcianos sientan una especial simpatía por los independentistas catalanes; incluso dudo que estén planeando la secesión de la ciudad. Simplemente, se manifiestan contra una actuación que consideran que les perjudica. Puesto que nadie les ha tomado en cuenta a la hora de diseñar el proyecto urbanístico, la única vía que les queda para ser escuchados es echarse a la calle. Y el poder, como siempre que alguien decide pasar a la acción, por muy pacífico que sea en sus demandas, recurre a la represión. El monopolio de la fuerza lo llaman, cuyo único objetivo es intimidar e infundir miedo para que la gente se quede quietecita en sus casas. Seguir leyendo «La cruda realidad»

Certezas que inquietan

Mi hijo Albert tiene ocho años. En casa no solemos hablar de la actualidad política y social cuando estamos con él, aunque en realidad a él no suele apetecerle hablar de nada. Cuando le preguntas, su respuesta favorita es «no me acuerdo» y, últimamente, «no tengo ni idea». Pero vamos, que hablar sabe hablar perfectamente, sobre todo para pedir y quejarse. Supongo que a quienes seáis padres os resultará muy familiar.

La cuestión es que ayer fue inevitable que surgiera el tema del referéndum. Por la mañana nos despertamos con las repugnantes imágenes de violencia policial contra la población y en algún momento Albert preguntó que qué pasaba. Le expliqué que la policía estaba pegándole a la gente que quería votar, pero no le enseñamos ninguna imagen. Se extrañó un poco, pero no insistió.

Fuimos a comer a un restaurante donde tenían puesto el telenoticias, y entonces lo vio con sus propios ojos, y no daba crédito. «Pero ¿qué hacen? ¿Por qué le pegan a la gente? ¿Están locos? La policía tiene que proteger a la gente, no pegarle». Lo que estaba pasando lo dejó bastante flipando. En su mundo infantil, la poli persigue a los malos y defiende a los débiles, pero la realidad no tenía nada que ver con lo que él había creído siempre. Seguir leyendo «Certezas que inquietan»

Ciutadà del món

Valle de Pineta
La Vall de Pineta, a Osca; una de les meves pàtries.   Foto: Benjamín Recacha

(La versión en castellano, al final del texto en catalán)

Sóc català. Nascut a Badalona, fa cinc anys que visc a Caldes de Montbui, una vila preciosa ubicada a uns trenta quilòmetres de Barcelona. Em sento, doncs, badaloní, orgullós de ser-ho (malgrat que acabés fugint de la ciutat; no Badalona, sinó de la ciutat com a concepte), i calderí. Tinc les arrels a Andalusia i Extremadura, els llocs on van néixer els meus pares i els meus avis.

En realitat, però, tot això no té cap importància. No és cap mèrit néixer en un lloc determinat. Sóc català, és una evidència. M’agrada Catalunya. És un territori preciós, amb una riquesa humana i natural formidables. La qüestió és que em sento de molts altres territoris, on no he nascut, ni hi tinc família, ni hi he viscut mai, però que tinc la sort d’haver visitat per vacances i d’haver-me sentit com a casa, sempre.

Penso, ho sento així, de cor, que les persones som del lloc on ens sentim a gust, la qual cosa té el gran avantatge de poder ser de molts llocs alhora. Sí, podem tenir moltes pàtries, sense que el sentiment de pertinença signifiqui haver de triar. La pàtria no hauria de ser un concepte excloent. Jo sóc català per naixement i criança, però la meva pàtria és el món, o, almenys, m’agradaria que fos així. Jo em sento súbdit de les muntanyes del Pirineu Aragonès, veí de la Vall de Pineta, ciutadà de Babia (la meravellosa comarca lleonesa), habitant d’Astúries, de Galícia, de l’espectacular Cabo de Gata, de la monumental Granada, caminant de Sòria… I podria seguir, perquè sempre m’he sentit acollit i estimat arreu. També a l’estranger. No he viatjat gaire. Escòcia, Finlàndia i Jordània són les destinacions més exòtiques on he posat els peus, i a les tres tornaria encantat. Seguir leyendo «Ciutadà del món»

La izquierda y el «procés»

Viñeta El Roto
Viñeta de El Roto.

El movimiento independentista existe en Catalunya desde mucho antes que el expresident Artur Mas decidiera envolverse en la estelada para tapar las vergüenzas de su partido. El PP se encargó de avivar el fuego nacionalista, primero haciendo campaña en contra del Estatut y llamando al boicot de los productos catalanes (a ver si hacemos memoria, que no hace tanto de eso), y luego, ya en el gobierno, reprimiendo con la ley toda reivindicación política.

El gobierno del PP y el PSOE más rancio han sido máquinas de fabricación de independentistas en masa, así que la principal responsabilidad en la situación actual de fractura y crispación es suya.

Pero no sólo suya. Como decía, la derecha catalana, campeona del mundo en recortes sociales, que se enorgullecía de su habilidad con las tijeras, salpicada por numerosos casos de corrupción, aprovechó la marea social de indignación por el maltrato a la autonomía catalana, para fundar un movimiento, “el procés”, que será estudiado por su prodigiosa capacidad para convencer a través de la propaganda.

Parece que por fin llegamos al momento cumbre, a ese referéndum que no lo es (sí, por culpa sobre todo de la España cañí… y de Ada Colau, una de las principales enemigas del pueblo), tras el cual se declarará la República Catalana. No sé qué pasará. Nadie lo sabe, pero me cuesta mucho creer que el 2 de octubre alguien más que los dos millones de catalanes que votarán por la independencia considerará a Catalunya un estado independiente. Seguir leyendo «La izquierda y el «procés»»

La raó de ser del «procés» és el «procés»

Vinyeta de C. Ponsí per a ‘El Jueves’.

(La versión en castellano, a continuación de la catalana)

Si el “procés” fos realment un procés revolucionari no se l’hauria fet seu l’elit política de la burgesia catalana. Si això fos una revolució, el moviment independentista hauria desbordat fa molt temps l’àmbit de les institucions. Les hauria pres per la força de la raó que atorga la majoria social (si la tingués) i no perdria el temps redactant lleis trampa que no superen la mínima prova del cotó democràtica per tal de fer la impressió que tot és molt democràtic i molt transparent. Tampoc no s’esforçaria per semblar que desobeeix les institucions “opressores”, però sense acabar de fer-ho (què han d’importar les resolucions del Tribunal Constitucional a qui assegura que no li deu obediència?).

Cap revolució no la condueix el poder.

És clar que aquí ens venen la moto (i molts l’han comprat) que el “procés” és un moviment d’alliberament nacional en resposta a la intransigència d’un estat opressor. I jo això no ho compro. La població catalana està tan oprimida com la gallega, l’asturiana o l’andalusa.

És veritat que vivim en un estat d’arrel franquista, en què les estructures de poder són les mateixes que les que suportaven la dictadura. És veritat que el poder econòmic i polític espanyol estan cimentats sobre un pou sense fons ple de merda, i de víctimes del genocidi feixista. A mi no m’ha de convèncer ningú que la pudor, la injustícia i la vergonya regnants en aquest país són insuportables. Voler marxar i construir una cosa millor és d’una lògica esclafant.

Però el “procés” no va d’això. Seguir leyendo «La raó de ser del «procés» és el «procés»»

El miedo a la izquierda y el sainete catalán

viñeta pacto psoe-pp

El clima político anda bastante crispado, en España y en Catalunya. Eso, que no aporta nada desde el punto de vista constructivo, sin embargo creo que en este caso es síntoma de que se están moviendo no pocas cosas que se habían mantenido monolíticas desde hace décadas. Tienen razón quienes afirman que estamos viviendo una segunda transición, o, al menos, nos encontramos en disposición de vivirla. Veremos hasta qué punto los actores de la función se atreven a aceptar el reto.

Los actores no son sólo los dirigentes políticos que copan espacios en los medios de comunicación, sino que todos tenemos nuestra cuota de protagonismo y responsabilidad. La ciudadanía ha tomado la iniciativa y aunque los cambios no van a suceder de un día para otro, el actual momento lleva gestándose varios años (desde el 15 de mayo de 2011, en mi opinión), y es ahora cuando afloran los primeros resultados.

Escribía el otro día que el cambio es ya imparable. Lo creo de veras. Las reacciones que los partidos tradicionales, los autoerigidos defensores del régimen constitucional (pero sólo de aquellas partes de la Constitución que interesan a la oligarquía que ostenta el poder), están teniendo tras los resultados de las elecciones del 20 de diciembre, hacen que me reafirme en ello. Seguir leyendo «El miedo a la izquierda y el sainete catalán»

La funció arriba al desenllaç / La función llega al desenlace

Mas retallades

(La versión en castellano, a continuación de la catalana)

Catalunya està pendent de la decisió d’una assemblea de poc més de 3.500 persones, que votaran diumenge si Artur Mas reedita la presidència del Govern de la Generalitat o si anem a noves eleccions autonòmiques, nacionals, (re)plebiscitàries, o com vulgueu batejar-les.

Perquè al cap i a la fi, per molta decoració que hi vulguin posar uns i altres, per molts ingredients que hi vulguin afegir, la negociació entre Junts pel sí i la CUP no és més que teatre. Una funció que dura ja tres mesos i en què l’únic que veritablement importa és si el messies convergent prorrogarà la seva estada al palau de la plaça Sant Jaume.

Era evident, se sabia des de la nit del 27 de setembre, que Convergència mai proposaria un candidat alternatiu. Conservar la presidència en una llista conjunta va ser la condició irrenunciable per avançar les eleccions, el gripau que es va empassar ERC (certament, la lleialtat dels republicans està sent encomiable) en el camí cap a la independència. Seguir leyendo «La funció arriba al desenllaç / La función llega al desenlace»

La gran estafa

consulta

(La versión en castellano está después de la catalana)

Jo volia votar. Defenso el dret a decidir dels catalans, com defenso el dret a decidir de tota persona respecte a qualsevol aspecte que influeixi sobre la seva vida. És a dir, defenso el dret a decidir referit a la identitat nacional, però també respecte a les retallades socials, el rescat del sistema financer, el pagament del deute públic, la privatització dels serveis públics i qualsevol altra decisió rellevant. Per deixar-ho clar, de totes les qüestions sobre les que una persona hauria de poder opinar en democràcia, les identitàries són les que menys m’interessen.

És evident que hi ha una majoria de catalans que vol decidir sobre la relació que aquest país ha de tenir amb l’Estat. I malgrat sigui una opinió a contracorrent, encara crec que l’independentisme no és l’opció majoritària. És de sentit comú (del que estan mancats per complet els qui governen a Espanya) arribar a la conclusió que per determinar què pensa la ciutadania el més útil seria fer un referèndum o una consulta. Jo la volia aquesta consulta, i hi hauria votat. Ja ho he escrit altres vegades. Hauria votat sí a un Estat propi i no a la independència. Opino que l’Estat ha de ser un ens el menys centralitzat possible i que les nacions, com Catalunya, necessiten més autonomia per tenir una relació honesta, en igualtat de condicions, amb l’Estat. Seguir leyendo «La gran estafa»

Jo vull votar / Quiero votar

Viñeta fronteras

(La versión en castellano está a continuación de la catalana)

Vull votar el 9N. Votar no pot fer mai mal a ningú, i menys quan el que podrà convocar el Govern és una consulta, no un referèndum vinculant. No entenc quin problema hi ha a conèixer l’opinió de la gent.

Jo no vull la independència de Catalunya perquè m’il·lusiona molt més el repte de lluitar per la regeneració de l’Estat. No veig cap avantatge a la independència ni tinc cap sentiment patriòtic que em faci desitjar-la, però, evidentment, respecto profundament tot aquell qui tingui el somni de viure en una Catalunya independent. Seguir leyendo «Jo vull votar / Quiero votar»