Lanzo mi pronóstico, tan válido como el de cualquier otra persona sin acceso a fuentes informativas fiables: Catalunya no va a conseguir la independencia, no al menos a corto y medio plazo. Ya no se trata de una cuestión de legitimidades, de que a mí me parezca bien o mal, o de lo que digan unos y otros. Es la sensación que me queda después de tantos días de tensión en los que parecía que se avecinaba el apocalipsis.
En mi opinión, España tiene un problema aún mayor que la independencia de Catalunya, al que dediqué mi anterior artículo: la bestia del fascismo, que con la excusa de la afrenta secesionista anda desatada, impune y blanqueada por los medios. Este jueves, para celebrar el día de la hispanidad, los salvajes han protagonizado una vergonzosa batalla campal en el centro de Barcelona y, como cada 12 de octubre, han exhibido su asquerosa ideología en Montjuïc, con total libertad para quemar banderas, hacer apología del nazismo, insultar y amenazar.
#12octFiestaNacional #NadaQueCelebrar #12octubre
Los amigos fascistas de Borrell,Albiol y Rivera liándola en la manifestación de Barcelona pic.twitter.com/TBxT6eIWwR
— Vidushi (@vidushi_i) 12 de octubre de 2017
No me voy a repetir. Hoy pretendo explicar por qué creo que el movimiento independentista se va a desinflar en las próximas semanas, a no ser que a Rajoy se le vaya la mano en la estrategia represiva. Obviamente, el independentismo no se va a esfumar de la noche a la mañana. De hecho, no se va a esfumar lo más mínimo, pero sí creo que va a replegar velas, no por culpa de la intransigencia del gobierno central (que ha sido desde 2007 la principal fábrica de independentistas), sino por las disensiones internas. Seguir leyendo «No habrá independencia de Catalunya»