Votemos

Manel Fontdevila - eldiario.es

No me asustan las elecciones. Sí, soportar otra campaña electoral será un poco coñazo, pero también una buena oportunidad para comprobar cuántos quedan retratados tras el papelón que han protagonizado desde finales de diciembre.

Por lo que leo y escucho de unos y otros, se diría que acudir de nuevo a las urnas equivale poco menos que a un apocalipsis democrático. La verdad es que después de pasarme cuatro años ansioso por votar, verme obligado al terrible sacrificio de depositar la papeleta dos veces en sólo seis meses amenaza con ser traumático. No sé si lo superaré…

Sí, claro que lo haré. En Catalunya le hemos cogido el gustillo a la fiesta de la democracia. En eso nos parecemos a Suiza, fíjate qué bien. Quién sabe, igual a Junts pel sí y la CUP les da por pelearse y hacemos un dos por uno el 26-J.

Bromas aparte, repito: votar no me asusta, y, de hecho, creo que es la única salida razonable a la situación política española. La alternativa, la única que han dejado abierta, la que muchos sospechábamos tras los resultados del 20-D, entre otras cosas porque era la que reclamaban los dinosaurios políticos y el establishment, es bastante más terrorífica: la gran coalición. Seguir leyendo «Votemos»

La emoción llega al Congreso

“Permítanme que comience mi intervención recordando y reconociendo a quienes lucharon por la libertad y por la justicia social. A los millones de españoles que se enfrentaron a la dictadura, muchos de ellos pagándolo con la vida o con la cárcel. Muchísimas gracias. Gracias por ser un ejemplo para nosotros y para las generaciones futuras. Y en el día de hoy me van a permitir que homenajee la memoria de Salvador Puig Antich, asesinado por la dictadura hace 42 años. Me van a permitir también que homenajee la memoria de los trabajadores de Vitoria, asesinados hace cuarenta años por defender los derechos sociales de todos”.

Era la primera vez que Pablo Iglesias intervenía en el Congreso de los Diputados, en la mañana del miércoles, con motivo del debate de (no)investidura de Pedro Sánchez, y tengo que confesar que ese comienzo, en el que también tuvo un recuerdo para los abogados asesinados en la matanza de Atocha, me emocionó.

Que en su primera intervención como diputado el líder de la tercera fuerza política, con más de cinco millones de votos, empezara con esos referentes, es toda una declaración de intenciones. Un cambio brutal respecto al parlamentarismo al que estábamos acostumbrados. Seguir leyendo «La emoción llega al Congreso»

La funció arriba al desenllaç / La función llega al desenlace

Mas retallades

(La versión en castellano, a continuación de la catalana)

Catalunya està pendent de la decisió d’una assemblea de poc més de 3.500 persones, que votaran diumenge si Artur Mas reedita la presidència del Govern de la Generalitat o si anem a noves eleccions autonòmiques, nacionals, (re)plebiscitàries, o com vulgueu batejar-les.

Perquè al cap i a la fi, per molta decoració que hi vulguin posar uns i altres, per molts ingredients que hi vulguin afegir, la negociació entre Junts pel sí i la CUP no és més que teatre. Una funció que dura ja tres mesos i en què l’únic que veritablement importa és si el messies convergent prorrogarà la seva estada al palau de la plaça Sant Jaume.

Era evident, se sabia des de la nit del 27 de setembre, que Convergència mai proposaria un candidat alternatiu. Conservar la presidència en una llista conjunta va ser la condició irrenunciable per avançar les eleccions, el gripau que es va empassar ERC (certament, la lleialtat dels republicans està sent encomiable) en el camí cap a la independència. Seguir leyendo «La funció arriba al desenllaç / La función llega al desenlace»

¿Decepción? No, el cambio es imparable

Hermano Lobo

La reacción en caliente es maldecir de nuevo porque en España tenemos lo que nos merecemos. Más de siete millones de personas han vuelto a votar por una organización criminal para que gobierne el país. Otros 5,5 millones lo han hecho por un partido que la última vez que gobernó renunció por completo a su ideario supuestamente socialista para obedecer el dictado de la élite financiera europea.

El cambio no ha sido posible. Podemos se ha quedado muy lejos de poder presentarse como alternativa de gobierno: 21 escaños por detrás de los 90 del PsoE, y a 54 de los 123 del PP (a falta de contabilizar el voto por correo y el de los residentes en el extranjero). Mucho peor le ha ido a Ciudadanos, el relevo elegido por el sistema para que nada cambiase: 40 diputados.

Sin embargo, después de seguir la jornada electoral con toda la intensidad, escuchando análisis, leyendo interpretaciones y digiriendo números, mi conclusión es que el cambio es ya imparable. Seguir leyendo «¿Decepción? No, el cambio es imparable»