Un (inocente) pensamiento revolucionario

Viñeta Santi Gutiérrez

Hace tiempo que siento la necesidad de escribir un artículo (uno más) sobre la locura inhumana que asola al mundo. Quería enfocarlo partiendo de los montones de conflictos armados que en pleno siglo XXI, cuando se supone que la humanidad es más civilizada y humana que nunca, “florecen” por doquier. La realidad nos dice que el mundo sigue funcionando como siempre: el fuerte aplasta al débil, y para que no queden dudas sobre su superioridad utiliza todos los medios a su alcance, por salvajes que sean. Además, trata de justificar las atrocidades que comete apelando a razones divinas, a supuestas operaciones de autodefensa o a derechos históricos aderezados con la siempre socorrida exaltación patriótica. Seguir leyendo «Un (inocente) pensamiento revolucionario»

«Indignación de boquilla»

12M en Barcelona
12M en Barcelona


Soy un paria, un farsante, un fascista y un malnacido
. Así es como califica un concejal de Castellón del PP a los integrantes del movimiento 15M, y yo me considero uno de ellos, lo reconozco. Ojalá hubiera muchísimos más. Esta tarde he asistido con mi hijo de cuatro años, Albert, a la manifestación que se ha desarrollado en Barcelona, que pretendía demostrar que, dos años después, el espíritu del 15M, un soplo de aire fresco entre tanto lodo, que tantas conciencias y simpatías despertara, sigue más vivo que nunca. Seguir leyendo ««Indignación de boquilla»»

Debilitar la democracia

Cartel 12M

12 de mayo de 2010. El presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anuncia en el Parlamento los recortes sociales a que le obliga Europa para reducir el déficit público: bajada de sueldos de funcionarios, congelación de pensiones, eliminación del “cheque-bebé” y reducción de la partida destinada a la Ley de la dependencia son algunas de las principales medidas.

2 de septiembre de 2011: el Congreso aprueba en el tiempo récord de una semana la reforma de la Constitución pactada por PSOE (aún en el gobierno) y PP para vincular el gasto público a la inexistencia de déficit. Es decir, a partir de ese momento el déficit 0 y limitar la deuda pública a un máximo del 60% del PIB pasan a ser la prioridad absoluta. Seguir leyendo «Debilitar la democracia»