Mi deseo navideño: no los escuchéis

viñeta el Roto

No los escuchéis. No leáis lo que dicen. No los miréis cuando salen por la tele. Ignoradlos. Como si no existieran. Sé que es difícil, casi imposible. Pero hay que hacer el esfuerzo. Os invito a ello… casi os lo imploro. He llegado a la conclusión de que es la única vía para mirar al presente con cierto optimismo y para tener esperanza en el futuro.

Lo sé. Sé que pido poco menos que una utopía porque esos tentáculos repugnantes que exhiben nos tienen bien agarrados, y con esos mismos tentáculos se han agarrado firmemente a todo aquello que les pueda servir de asidero. Lo están contaminando todo con su presencia corrosiva. Nos han inoculado el virus de la desesperanza, del hastío, de la derrota, hasta el punto de hacernos creer que no hay vida posible más allá de la esclavitud consentida a la que nos están sometiendo. Seguir leyendo «Mi deseo navideño: no los escuchéis»

La bailarina

Aline Baños - Denis Cintra
Aline Baños – Autor: Denis Cintra

Estaba cansada. Agotada. Aquella noche había estado a punto de quedarse en casa. Tras ocho horas bregando con una variada gama de caras y voces agrias había salido asqueada de la oficina de atención al cliente de la gran superficie comercial donde trabajaba. «Menos mal», se decía, «todavía tengo trabajo», y así se sacudía la pesada sensación de fracaso, de vacío intelectual que la invadía cada día al final de la jornada laboral.

Su hermano, un sol de hombre, la había animado a que pusiera su mejor sonrisa y acudiera a la cita semanal con la clase de danza oriental. Pol dormía como un angelito. «Vete, Noe, no te preocupes. Ya sabes que el niño estará bien conmigo». A Pere le debía mucho, empezando por la sensatez. A sus 21 años era la persona más madura y responsable que conocía, y no lo había tenido nada fácil. Hacía menos de un año del accidente de Laia, y ahí estaba, ayudándola a superar lo suyo. Nunca había conocido a una pareja mejor avenida. Estaban hechos el uno para el otro, tan simpáticos, tan cariñosos, tan vitales, tan guapos… Es verdad, tenía que reconocer que los había llegado a envidiar e incluso a aborrecer a ratos, sobre todo desde “lo suyo”. Seguir leyendo «La bailarina»