En el Día Mundial de la Mujer podría haber escrito sobre el drama de las mujeres y niñas refugiadas a las que Europa da la espalda. Esa Europa que no me representa, de cuyos dirigentes me avergüenzo, que prefiere sobornar a un gobierno fascista, el turco, para que contenga a las cientos de miles de personas que huyen de la guerra, antes que cumplir con los tratados internacionales sobre derechos humanos.
Turquía se va a encargar de seleccionar a los refugiados que pueden entrar en Europa mientras, paralelamente, prosigue su campaña de limpieza étnica en el Kurdistán. No importa, Europa mira hacia otro lado, hacia el único lado al que lleva mirando desde hace décadas: de fronteras adentro. Qué se puede esperar de gobiernos que han demostrado sobradamente el desprecio que les merecen las vidas ajenas. Seguir leyendo «Mujeres refugiadas y esclavos del franquismo: lecciones de dignidad»→
Imagino que buena parte de la humanidad tiende a considerar su entorno como lo normal, lo válido, lo que no se puede ni, seguramente, vale la pena cambiar. Somos, en general, egocéntricos y, por tanto, no solemos pensar en cómo viven las personas en otras zonas del planeta. Bueno, sí, tomamos conciencia de realidades terribles cuando informan los medios de comunicación, ya sea por una catástrofe natural, un accidente o las malditas guerras. Pero nuestro grado de atención disminuye en cuanto esas realidades dejan de ser noticia.
Ese método de informarnos sobre lo que pasa en el mundo acaba dibujando escenarios muy sesgados que desembocan en los típicos tópicos: en Oriente Medio todos son fanáticos religiosos que se matan en nombre de un dios u otro, en el África subsahariana (como si pudiera englobarse el gigantesco continente en una simple etiqueta geográfica) son todos unos muertos de hambre que agonizan entre moscas y basura, los chinos son como robots sin emociones que sólo trabajan, en Latinoamérica la gente se pasa el día bailando, jugando al fútbol y cayendo bajo el yugo de los populismos baratos (en España la prensa tiene una especial obsesión por Venezuela), los alemanes son todos unos cabezas cuadradas que odian a los zánganos del sur… En fin, que podría escribir párrafos y párrafos con ejemplos absurdos.
De vez en cuando aparece en algún medio una noticia aparentemente insignificante, pintoresca si se quiere, que ocupa ese espacio privilegiado gracias a que está relacionada con algún tema de moda, y si se rasca un poco en la superficie lo que acaba apareciendo resulta realmente fascinante. Seguir leyendo «Las peshmergas de Rojava y la revolución kurda»→
Hay muchos temas sobre los que me apetece escribir. Volvería a denunciar el genocidio que Israel está perpetrando en Gaza con el apoyo explícito de Estados Unidos y su presidente Nobel de la Paz (¿?), que ha vuelto a justificar el asesinato sistemático de palestinos y el que se esté borrando del mapa todo un territorio en nombre del “derecho a la defensa”. De hecho, una abrumadora mayoría de la población israelí también lo apoya. Añadiría algo sobre la política informativa del gobierno hebreo, muy preocupado por que los corresponsales extranjeros tengan la tentación de ser objetivos, hasta el punto de llamar portavoz de Hamás a Yolanda Álvarez, la periodista de TVE que literalmente se juega la vida explicando lo que ocurre en Gaza. Seguir leyendo «Mucho sobre lo que escribir»→
Viñeta de Manel Fontdevila sobre la masacre en Gaza.
Los niños son siempre las víctimas más injustas de cualquier conflicto. Todas las víctimas son injustas. De hecho, todo conflicto armado es injusto porque los que sufren sus consecuencias son quienes no han hecho nada para provocarlo. Estos días nos horrorizan las imágenes terribles que nos llegan desde Gaza. Resulta incomprensible un uso tan desproporcionado de la violencia en base a un supuesto derecho a la defensa que lo único que está consiguiendo es infligir un dolor inimaginable para quienes vivimos cómodamente instalados frente a una pantalla. No existe justificación posible, no la hay, de ningún modo y en ningún grado, para el asesinato de personas indefensas. La maldad, el odio, el sadismo son los impulsores de esos crímenes contra la humanidad que están dejando a tantas familias destrozadas, que, a sangre fría, están cercenando la vida de quienes apenas habían empezado a vivirla, aunque fuese en condiciones infrahumanas. Seguir leyendo «Cuando la solidaridad surge de entre la barbarie»→