Hola, Toni.
Desde hace un tiempo nuestros intercambios de impresiones en abierto se han espaciado bastante. Supongo que la razón es que antes de ponernos con una larga carta queremos estar seguros de tener cosas nuevas e interesantes que explicar. También debe haber algo de pérdida de frescura y de ímpetu, pero, en cambio, creo que hemos ganado madurez.
Cuando empezamos este bonito (y muy enriquecedor) experimento éramos más inocentes y románticos (al menos yo) en lo referente a la aventura literaria y editorial. Dos años y medio después han cambiado algunas cosas y hemos aprendido otras muchas.
Lo que no cambia es nuestra determinación por escribir, dedicándole todo el tiempo posible, y por mejorar. Yo emprendí el camino de la autopublicación, que me ha proporcionado gratísimas experiencias, y tú, aunque también lo probaste, preferiste centrar el grueso de tus esfuerzos en crear material con la calidad suficiente para llamar la atención de alguna editorial. Y lo has logrado, cosa que celebro. No sé si el recorrido de Autotomía con Ediciones Hidroavión será largo o corto, pero en cualquier caso has conseguido que una editorial apueste (con mayor o menor riesgo) por tu obra, y eso es algo de lo que te debes sentir muy orgulloso porque todo el mérito es tuyo. No me cansaré de decirte que escribes muy bien, y no es sólo que se note que llevas muchos años haciéndolo, que te has preparado a conciencia y que no has dejado de buscar tu voz, sino que tienes una habilidad especial que no es tan común (el eterno debate sobre el talento. Ya sabes que yo sí creo en ese ingrediente “mágico”). Seguir leyendo «Miércoles, 11 de enero de 2017: Sobre cementerios de libros olvidados y algunas conclusiones»