IV Congreso de Escritores: desde Gijón con (mucho) amor

IV Congreso de Escritores
Junto a las alumnas de la Escuela Internacional de Protocolo y Paco Abril, el espíritu más joven del Congreso.

Escribimos por amor. Quiero agarrarme a eso; necesito hacerlo. Escribimos para crear conciencia colectiva, para provocar cambios, porque creemos que tenemos algo que decir que merece la pena. La literatura es una herramienta de acción que puede cambiar vidas.

Creo en esas reflexiones, que no son mías, sino un extracto de lo mucho que transmitió el escritor Víctor del Árbol durante el IV Congreso de la AEN – Asociación de Escritores Noveles. Una cita memorable, inolvidable, que, como ya sucedió con el congreso anterior, me atrevo a afirmar que, sobre todo, nos ha hecho crecer como personas.

Me llevo consejos valiosos, informaciones muy útiles, experiencias e inquietudes comunes, pero, sobre todo, amor. El cariño y la complicidad de un montón de gente maja que acudía a Gijón, igual que yo, con las orejas bien abiertas, predispuesta a compartir y a darse un chute de buen rollo.

El IV Congreso de Escritores no lo recordaré por los valiosos consejos de marketing y de comunicación, o por las claves para contactar con una editorial de forma efectiva. Obviamente, son aprendizajes importantes a tener en cuenta, pero lo que me queda marcado, por encima de todo lo demás, es la emoción. Seguir leyendo «IV Congreso de Escritores: desde Gijón con (mucho) amor»

III Congreso de Escritores: lecciones de vida

III Congreso de Escritores
De izquierda a derecha: Adrián Martín, José Ángel Jarné, José Luis Corral, Covi Sánchez, Emilio Lledó, Ramón Alcaraz, Toti Martínez, Benjamín Recacha, Antonio Garrido.

El domingo por la tarde mi cerebro había llegado al límite de almacenamiento mientras asistía a la charla número nisesabe del III Congreso de Escritores. A pesar del interés de lo que se estaba explicando, decidí salir de la sala para descansar la mente y acabar de despedirme de los buenos amigos que había hecho durante tres días inolvidables. En un rato ponía rumbo al aeropuerto de Asturias para regresar a Barcelona.

Y entonces, pocos minutos antes de marchar, recibo un sms de Vueling que me informa de que el avión no despegará hasta la mañana por culpa de la niebla. Así que me tengo que quedar una noche más. Os ahorro los detalles logísticos, que quedan resueltos rápidamente gracias a la eficiencia espectacular de un tipo que lleva incorporado de serie un radar con teléfono (responde al nombre de José Ángel), y a su ayudante, la mejor que nadie podría desear para la bendita locura que ha sido esta reunión de zumbados amantes de las letras (llamada Rebeca). También os ahorraré la surrealista conversación con la atención al cliente de la compañía aérea.

El caso es que el mal trago por retrasar unas horas el reencuentro con mi familia quedó compensado en parte por la oportunidad de prolongar la estancia en Gijón junto a gente estupenda, como los ya mencionados José Ángel y Rebeca, Covi, Adrián, Ramón, José Luis, y el resto de participantes en el congreso, la mayoría escritores que aspiran, como yo, a ganarse la vida con lo que más les gusta hacer. Seguir leyendo «III Congreso de Escritores: lecciones de vida»