Fulgencia está harta de una vida en la que sólo hay responsabilidad. A sus casi cuarenta años (aunque una señorita jamás revela su edad) siente que ha llegado el momento de pensar en ella y de buscar el amor en Ciudad. En Pueblo no hay mozos casaderos como los que aparecen en las novelas románticas que devora con avidez para abstraerse de una realidad cotidiana que aborrece, rodeada de familiares mayores a los que debe cuidar.
Así que un buen día toma el bus decidida a no regresar sin un hombre que valga la pena, que ponga color y pasión a su vida. Lo que Fulgencia no sospecha es que una misión aparentemente tan sencilla, al menos así es en esas historias románticas con las que fabula, puede complicarse tanto. Seguir leyendo «‘Corazones en barbecho’, a la caza del amor»