El abrazo del hogar

Valle de Pineta
El Valle de Pineta en su esplendor primaveral

7 de junio

«Estoy aquí. Estoy en casa». Lo repito varias veces, paseando la mirada por la pradera donde pasé los veranos más felices de mi vida, paseándola por los bosques que forran esas montañas apabullantes, que me siguen pareciendo tan imposibles como el primer día, aquel verano de 1980. Tenía seis años y me parecía que mis padres me habían metido en el escenario de un cuento. No era posible que existiera un lugar así.

Me siento en la roca que siempre ha estado ahí, cerca del rincón donde instalábamos la canadiense azul, el rincón del quejigo que era hogar de nuestro amigo el lirón, nuestro rincón. «Estoy en casa», vuelvo a decir en voz alta, único huésped humano de la pradera que en verano era el hogar feliz de un puñado de familias agradecidas por la hospitalidad de la señora Pineta.

Valle de Pineta
El macizo de Monte Perdido desde los llanos de la Larri

Las últimas semanas no han sido muy buenas para mí. Regresar al hogar era una necesidad. Hogar es una palabra importante. Como amor, amistad, familia, dignidad. La vida queda coja cuando falta alguna de esas. Uno sabe que se encuentra en su hogar cuando se siente abrazado por el entorno, y yo en Pineta me siento protegido por un abrazo interminable. Es una gran suerte contar con un sitio así; no creo que sea tan habitual. Seguir leyendo «El abrazo del hogar»

Asomado al Balcón de Pineta

Monte Perdido
Feliz, a los pies del Monte Perdido.

Inauguro el 2018 en ‘la recacha’ con uno de los mejores recuerdos de 2017. Si es uno de los mejores recuerdos, por fuerza tiene que tener relación con el mejor lugar que conozco, aquel donde he pasado los mejores veranos de mi vida, donde regreso cada mes de agosto con la misma ilusión en la mirada, con las mismas ganas de llenarme las retinas de la belleza salvaje que dibujan esas montañas.

Si me conocéis un poco, ya sabéis que ese lugar mágico es el Valle de Pineta. El pasado verano pude, por fin, después de más de una década desde la última vez, encaramarme a su balcón. La subida al Balcón de Pineta y el lago de Marboré, bajo la imperturbable mirada del Monte Perdido, me acompaña desde que tengo conciencia de triscar por esas montañas. La pared en apariencia vertical que cierra el circo de Pineta ejerce sobre mí una atracción magnética que durante demasiado tiempo he tenido que ir aplazando.

Es un paisaje que hasta que uno no lo ve con sus propios ojos no se hace a la idea de lo que impone. No parece real y, sin embargo, ahí está, como resultado del capricho maravilloso de la madre naturaleza. Seguir leyendo «Asomado al Balcón de Pineta»

Tres semanas de imágenes y sensaciones para el recuerdo

Valle de Pineta - Faja de Tormosa
La Faja de Tormosa, una de las rutas más espectaculares en el Valle de Pineta.   Foto: Lucía Pastor

Tres semanas de viaje dan para explicar muchas cosas. Aunque quede la sensación, como con todo lo que se disfruta, de que han pasado demasiado rápidas.

Vacaciones es sinónimo de descubrimiento, da igual que sea en lugares ya conocidos; de dejarse guiar por los sentidos para impregnarse de paisajes, sonidos y aromas. Vacaciones para mí significa, sobre todo, sumergirme en la naturaleza. Pero también es el momento de compartir experiencias, de conocer a y reencontrarse con personas que lo hacen a uno reconciliarse con la especie humana.

Este verano ha sido pródigo en ambos ingredientes: mucha naturaleza y buena gente.

Mi intención es escribir varios artículos sobre las experiencias vividas, porque, igual que ocurrió el año pasado, el material disponible, en recuerdos e imágenes, es muy amplio. Seguir leyendo «Tres semanas de imágenes y sensaciones para el recuerdo»

Los cielos de Aínsa

Aínsa - Plaza Mayor
La Plaza Mayor de Aínsa, desde el campanario de la iglesia de Santa María.   Foto: Lucía Pastor

Ahora que cuento los días que faltan para poner rumbo a ese Pirineo Aragonés que me robó el corazón y la voluntad a mis seis años; ahora que tengo el cerebro saturado de tanta locura, la que nos zarandea a diario, y de tanto teatro, el que protagonizan esos señores expertos en politiqueo, el cuerpo me pide recuperar postales del verano pasado que se quedaron en la sala de espera.

Volver a verlas me transmite sensaciones felices, alejado de la sinrazón que asola al mundo, inmerso en paisajes familiares que tan buenos recuerdos me traen… Como esos cielos de Aínsa, la capital del Sobrarbe, el cruce de caminos que es la puerta de entrada a los tesoros pirenaicos. Seguir leyendo «Los cielos de Aínsa»

En el reino de las marmotas

Chisagüés
Chisagüés, punto de partida de la excursión.   Foto: Benjamín Recacha

Siguiendo la carretera de Bielsa a Francia, pronto llegamos a Parzán y, justo después, aparece un desvío a la izquierda que conduce al pueblecito de Chisagüés. Encajonado entre montañas, nos abre la puerta a uno de los paisajes más increíbles del Pirineo Aragonés: el valle del río Real, escoltado por las Sierras de Espierba y de Liena, y con los colosos de Robiñera y la Munia como telón de fondo.

Fue la última excursión que hicimos el verano pasado, un colofón perfecto a unas vacaciones fantásticas. Unos días antes, el amigo José María Escalona, impulsor de la recuperación de la memoria histórica a través del magnífico Museo de Bielsa y que tanto me ayudó con mi primera novela, El viaje de Pau, nos habló de la excursión a Ruego, adonde se podía subir en todoterreno por la pista que parte desde Chisagüés.

Allí, en lo alto de la Sierra de Liena, se encuentran las antiguas minas de hierro, y las vistas sobre el circo de Barrosa y el mismo valle del río Real deben ser espectaculares. Digo deben porque no llegamos hasta arriba. No tenemos un todoterreno y sí un niño de seis años, al que le encanta retozar por la montaña, pero hasta un cierto límite. Seguir leyendo «En el reino de las marmotas»

Añadiendo postales a los paisajes de mi vida

Sierra de las Tucas
Las moles de las Tucas desde la Sierra de Espierba.   Foto: Benjamín Recacha

Llegar a Bielsa es llegar a casa, y recordar las vacaciones en ese paraíso que es la comarca del Sobrarbe oscense es sentirme de nuevo allí. Han pasado ya cinco meses, pero conservo el recuerdo muy vivo. Fueron unos días preciosos, como cada mes de agosto, en los que revisitamos rincones que forman parte del paisaje de mi vida, y en los que descubrimos nuevas joyas. Y es que las montañas que circundan el maravilloso Valle de Pineta son la puerta de entrada a incontables obras de arte de la madre naturaleza, que vale la pena degustar con los sentidos bien abiertos. Seguir leyendo «Añadiendo postales a los paisajes de mi vida»

Crónica viajera desde el paraíso (V)

Llanos de la Larri - El viaje de Pau
‘El viaje de Pau’ en uno de sus escenarios principales.   Foto: Benjamín Recacha

La primera vez que subí a la Larri tenía seis años. Era 1980, el primer verano que pasamos en el Valle de Pineta. No recuerdo casi nada de aquel día. En casa de mis padres hay una foto en la que estamos ellos dos, mi hermano y yo sentados en la hierba, y ese es en realidad el principal recuerdo que me queda de la excursión.

A la Larri la conocí como el valle de los lirios. Las primeras veces que subimos la verdad es que, por lo menos yo, no tenía ni idea de su nomenclatura oficial. Para mí era evidente que se trataba del valle de los lirios, pues estaba sembrado de ellos. Unos preciosos lirios azules que a finales de julio y principios de agosto lucían en todo su esplendor. Seguir leyendo «Crónica viajera desde el paraíso (V)»

Crónica viajera desde el paraíso (IV)

Río Yaga
‘El viaje de Pau’ en el río Yaga.   Foto: Benjamín Recacha

El verano es ya un recuerdo. Los diez días que pasé en el Pirineo Aragonés, recorriendo los paisajes que han marcado mi vida quedan lejos, aunque tenga la sensación de que fue el otro día cuando recogíamos la tienda de campaña para regresar a casa.

El 1 de septiembre publiqué la tercera crónica viajera desde el paraíso, pero dejé pendientes otras dos, que ya no puedo aplazar más porque corro el peligro de que acaben confundiéndose con las de las próximas vacaciones. Además, no va mal recrearse en momentos e imágenes tan agradables. Seguir leyendo «Crónica viajera desde el paraíso (IV)»

Crónica viajera desde el paraíso (III)

Valle de Pineta - El viaje de Pau
El Valle de Pineta, un paraíso bellísimo e inspirador.   Foto: Benjamín Recacha

Y llegó el turno de Pineta. Después de Añisclo y del ibón de Plan decidimos acercarnos al Valle de Pineta, mi lugar especial en el mundo, el que me llena el corazón de alegría, los pulmones de oxígeno y la mente de paz. Si el cerebro fuera una pantalla de ordenador, el circo de Pineta ocuparía la imagen de fondo, con sus bosques de hayas, abetos y pino negro; con sus heleros salpicando las laderas de las imponentes montañas cuyo perfil inconfundible se recorta contra el cielo; y con sus cascadas, que se derraman incansables para confluir en el saltarín río Cinca. Seguir leyendo «Crónica viajera desde el paraíso (III)»

Crónica viajera desde el paraíso (II)

 

Plan
El bonito pueblo de Plan, en el valle de Chistau.   Foto: Benjamín Recacha

Plan es un pequeño pueblo del Pirineo Aragonés, ubicado en el Valle de Chistau, que en 1985 se hizo popular en toda España por organizar una caravana de mujeres con el objetivo de que la ya escasa población no menguara más. El éxito fue rotundo. La iniciativa, inspirada en el western ‘Caravana de mujeres’ (1951), llevó hasta el lugar a periodistas de medio mundo y a tres autocares con 200 mujeres de todo el país, algunas de las cuales acabarían casándose con solteros del lugar. Fueron las pioneras de otras aventureras que a lo largo de la década fueron llegando para formar nuevas familias.

Los chicos de Plan fueron precursores en una práctica que se popularizó posteriormente en bastantes pueblos rurales afectados por el despoblamiento, y se convirtieron en protagonistas de una canción del trío satírico maño Puturrú de Fuá, que contribuyó con ello a inmortalizar la “gesta”.

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