«Días de arañas, buitres y ovejas» se viste de gala el 31 de mayo en Barcelona con Rosa Maria Calaf

Ha pasado un mes desde el lanzamiento de Días de arañas, buitres y ovejas y, lo reconozco, estoy un poco ansioso por recibir el feedback de lectores y ver alguna repercusión en medios literarios (prensa, blogs, redes sociales… Lo que sea). La verdad es que estos últimos días han empezado a llegarme comentarios muy alentadores, principalmente de conocidos y familiares, pero también de algún lector nuevo e incluso de libreros. 

Ahora bien, lo más motivador de todo es que ya tengo fecha para la primera presentación. Con el lanzamiento tan próximo a Sant Jordi/Día del Libro, había que esperar un tiempo, de modo que a mí me quedaba la sensación de que faltaba algo. El libro lleva circulando unas semanas, así que esa primera ocasión en que nos reuniéramos para hablar sobre él tenía que ser especial, y os aseguro que lo va a ser, porque voy a estar acompañado por una referente de generaciones de periodistas, nada menos que Rosa Maria Calaf

Será el miércoles 31 de mayo, a las 19 horas, en Fnac Triangle, junto a la plaça de Catalunya de Barcelona. 

Conocí a Rosa en diciembre, en Gijón, en el V Congreso de Escritores de la AEN – Asociación de Escritores Noveles. Compartimos una mesa redonda sobre el periodismo literario y varias horas de interesantísima charla informal. Hace unos días me atreví a hacerle la propuesta, y enseguida aceptó encantada. Está de ruta por Arabia Saudi, uno de los pocos países que le quedaban por visitar, y regresa el día 29, así que, por favor, espero que no haya ningún imprevisto.

Mesa redonda sobre periodismo literario con Rosa Maria Calaf en el V Congreso de Escritores.

Teniendo en cuenta que el papel de la prensa es uno de los elementos clave de Días de arañas, buitres y ovejas, tiene mucho sentido que una periodista tan vocacional y crítica con el devenir de los medios de comunicación sea quien me acompañe. Hablaremos de la novela, por supuesto, y estoy seguro de que saldrán otros temas muy interesantes. Yo estoy encantadísimo, porque escuchar a Rosa Maria Calaf es una delicia siempre

Ah, y adelanto que, tras la puesta de largo en Barcelona, el fin de semana del 3 y 4 de junio estaré firmando en la Feria del Libro de Madrid. Además, pronto anunciaré fechas de presentación en Badalona y Caldes de Montbui. 

Paso a paso. Para abrir boca, comparto el artículo que, gracias a la intermediación de mi editor, Cristian Velasco, publiqué hace unos días en Zenda Libros, en el que explico cositas sobre el proceso creativo de mi última novela. 

¡Nos vemos el 31 en Fnac Triangle! 

Sin personaje no hay historia. Cada vez que pienso en semejante obviedad, más cuenta me doy de lo importantes que son para mis historias los personajes que las pueblan. Alguna debió de surgir a partir de una idea o para desarrollar un tema que me motivaba, pero en la mayoría lo primero fue el personaje. Días de arañas, buitres y ovejas es el máximo exponente de esa manera de crear

Es mágico cómo esos seres etéreos, modelados por la palabra, a menudo ni siquiera descritos, limitados en su existencia al marco que definen las páginas de un libro, se hacen con un espacio en el rincón del cerebro donde alojamos a quienes transitan por nuestro camino, con la misma entidad que las personas de carne y hueso, y ya no lo abandonan nunca. Cobran vida. 

Jesús García, su esposa Meli, su hija Inés; Julia y Linares, sus compañeros policías; el comisario Sánchez, el inspector Pulido, la periodista Rita Palau, el Asesino de la Araña y un puñado de secundarios habitan ya ese lugar junto a docenas de colegas de mis historias anteriores y de las que sigo escribiendo. 

Días de arañas, buitres y ovejas me acompaña desde hace una década. Antes de que pensara en escribirla, nació su protagonista, Jesús García, un inspector de policía entregado a Dios cuya misión es liberar al mundo del crimen. Arduo propósito en el que ya se empeñaba como secundario en mi segunda novela, Con la vida a cuestas

Un día visité a García en su parcelita de mi cabeza y le pregunté si quería protagonizar una nueva aventura. Me apetecía profundizar en la relación con Inés, su brillante hija adolescente, y conocer mejor cómo compatibilizaba la devoción divina con su relación de pareja. ¿Qué sentía Meli, cómo procesaba las ausencias de su marido, el peligro constante al que debía enfrentarse por delegación del todopoderoso? 

Lee el artículo completo en Zenda Libros

V Congreso de Escritores: los secundarios protagonistas de Soledad Puértolas 

«Cuando entré en la Academia lo hice acompañada de los secundarios. Son los personajes clave de cualquier novela. Sin secundarios, no hay novela; son quienes contribuyen a crear la personalidad del protagonista. El personaje poco visible es el que permite que el héroe se defina. En su trato con los secundarios, se configura el retrato de su personalidad».

Revisando las notas que tomé durante el V Congreso de Escritores de la AEN – Asociación de Escritores Noveles, me encuentro con esta joya de Soledad Puértolas, una de las muchas que nos regaló tanto en su conferencia inaugural como durante la charla que mantuvo con el editor Cristian Velasco

Los personajes secundarios son mi debilidad. Me encanta crearlos, dotarlos de una entidad que haga querer al lector saber más de ellos, quedarse incluso con las ganas de continuar su historia, aunque ni yo mismo la conozca. De hecho, un personaje secundario de mi segunda novela, Con la vida a cuestas, es el protagonista de Días de arañas, buitres y ovejas, que muy pronto será libro gracias a la complicidad, precisamente, de Velasco Ediciones. Y lo es porque yo mismo me quedé con las ganas de saber más de su historia. 

«Cuentas de los personajes lo que sabes de ellos, y cuando acaba la novela te das cuenta de que conoces cosas que no has podido explicar. Eso es un poco triste, porque significa que durante la escritura de la obra no los hemos llegado a conocer bien. Es inevitable que los personajes se te escapen», decía Soledad Puértolas. 

Si escribes, quizás te haya pasado que alguien que haya leído alguna de tus historias te pregunte cómo sigue la trama de tal o cual personaje, que puede que hayas dejado intencionadamente abierta; bien porque no tiene un interés particular para la trama principal, bien porque precisamente el interés radica en no resolverla, bien porque no tienes ni idea de cómo continúa. A mí eso me parece mágico; que un ser de ficción adquiera tal relevancia en la mente del lector, que lo llegue a sentir casi (o sin casi) como una persona real, que incluso se preocupe por su futuro. El futuro de un ser ficticio. ¿No es fascinante? 

La semana pasada escribía: «Me gusta que los personajes que creo me acompañen toda la vida», y me gusta porque cada uno de ellos es de verdad un compañero, mucho más que una creación accesoria para dar sentido a una historia. «En el momento en que surgen los personajes, dejamos de estar solos. Es una compañía extraña, pero enriquecedora, porque los vamos conociendo conforme avanzamos juntos», le contaba la académica de la lengua a Cristian Velasco. 

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En la luna (fantástica) de Valencia (2ª parte)

Hispacón 2019
De dcha a izqda: Gemma Solsona, Júlia Díez, Greta Mustieles y yo, hablando sobre spoilers.   Foto: Sergi Albir

El viernes por la noche las calles de Valencia eran testigo de un grupo de adultos que bailaban al ritmo del Ghostbusters que nos habíamos quedado con las ganas de escuchar en la virtuosa guitarra eléctrica de Alberto Sánchez, quien nos había regalado un animado recital de versiones cinematográficas. La velada la había abierto la sorprendente voz de Sofía Rhei, quien, acompañada por las notas intimistas de su guitarra, nos dejó con la boca abierta recitando sus poemas «bisexuales» (a lo que ya me referí en la primera parte de esta crónica).

«¿Ghostbusters? Really?» Lo sé. Uno empieza a tener una edad, y a veces olvida dónde ha dejado el criterio musical (y Gemma Solsona, que es una mala influencia). Pero sólo a veces.

El «concierto» continuó en el taxi, para desgracia del sufrido conductor, que flipó bastante. Pero qué risas…

Hispacón 2019
La logística para salir de ahí era demasiado complicada, así que Júlia tuvo que pasar bajo la mesa…

La noche siguiente, la de la cena de gala y la entrega de los premios Guillermo de Baskerville, Ignotus, Domingo Santos y Gabriel, también fue muy musical. Debe ser que viajé a Valencia con el cuerpo bailongo, porque lo mejor del evento fue el discotequeo posterior, muy ochentero. Lo de la edad, ya sabéis… Bueno, el discotequeo y la elegancia de Júlia pasando por debajo de la mesa para poder ir al baño. Seguir leyendo «En la luna (fantástica) de Valencia (2ª parte)»

‘Mientras escribo’: todo vale… siempre que cuentes la verdad

Mientras escribo - Stephen King

«El acto de escribir puede abordarse con nerviosismo, entusiasmo, esperanza y hasta desesperación (cuando intuyes que no podrás poner por escrito todo lo que tienes en la cabeza y el corazón). Se puede encarar la página en blanco apretando los puños y entornando los ojos, con ganas de repartir ostias y poner nombres y apellidos, o porque quieres que se case contigo una chica, o por ganas de cambiar el mundo. Todo es lícito mientras no se tome a la ligera. Repito: no hay que abordar la página en blanco a la ligera».

No me gustan los manuales de escritura. No me llaman la atención los cursos de escritura (no digo que no sean útiles). Huyo como de la peste de cualquier artículo cuyo título sea algo parecido a «[cualquier número entre 5 y 99] consejos para escribir [cualquier género literario]», y me fío de quienes afirman tener las claves para convertirte en un autor de éxito tanto como de los políticos (en ambos casos se trata de vendehúmos).

Ahora bien, acabo de leer Mientras escribo, que podríamos considerarlo un manual de escritura, y automáticamente ha ascendido al Olimpo de mis lecturas favoritas de todos los tiempos. Hay que decir que su autor, el maestro Stephen King, no tiene nada del vendehúmos tradicional y sí la impagable capacidad de transmitir su pasión por la escritura de un modo natural, sin resultar empalagoso, sin pontificar y sin poner paños calientes (a mí me mandaría de cabeza a la categoría regional de los escritores vulgares por el rimbombante adverbio de la segunda línea de este largo párrafo).

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Un ejercicio de humildad literaria

Cañón del río Sil
Mis novelas son como ríos, en los que el cauce principal se va nutriendo de los afluentes que son las tramas de los personajes secundarios. La foto está tomada en el Cañón del Río Sil, en agosto de 2016.

Me han llegado las primeras críticas de los lectores cero a los que envié Días de arañas, buitres y ovejas, mi última novela.

De quienes me han escrito, cuatro ya la han leído entera y otros cuatro llevan más o menos la mitad.

La valoración general es muy positiva, no tanto porque les haya gustado como por la cantidad de comentarios y sugerencias que me hacen.

Contar con lectores cero sólo tiene sentido si estás dispuesto a que destripen tu obra y la cuestionen con la misma libertad que si la hubieran escrito ellos. Es un ejercicio muy sano de honestidad por parte del lector y de humildad por parte del autor, quien debe abrir la mente de par en par para sacar provecho del trabajo desinteresado y nada sencillo de quienes leen con ánimo de contribuir a la mejora de la obra. Seguir leyendo «Un ejercicio de humildad literaria»

Jueves 18 de octubre de 2018: cuando tecleas FIN

Benjamín Recacha
Si os dejáis los ojos en la pantalla, quizás logréis leer los últimos párrafos de mi nueva novela.

¡Hola, Toni!

¿Cuánto ha pasado desde la última carta? Ni me acuerdo. El caso es que tengo varias cosas que contar sobre mi aventura literaria, y he pensado que sería una buena idea recuperar este formato que tanto nos ayudó en su momento a expulsar inquietudes y compartir alegrías, y que incluso convertimos en libro. Siento decirte que, aunque muy de vez en cuando alguien lo descarga de Amazon, no nos va a sacar de pobres, al menos a cien años vista. Tampoco parece que la revista de los Insectos Comunes vaya a hacerlo, ¿verdad? (Como si en algún momento nos lo hubiéramos planteado fuera de la ficción, jaja).

El motivo principal de esta carta es que he puesto el punto final a mi nueva novela, la que protagoniza el inspector Jesús García, uno de los personajes que aparece en Con la vida a cuestas. Hace tres años que la empecé a escribir. Recordarás que a los pocos meses la tuve que dejar en pausa. No veía claro cómo enfocar la historia, y no era capaz de concentrarme lo suficiente en ella como para que, forzándome a seguir, saliera algo potable.

Así que la dejé reposar, con el compromiso de retomarla más adelante. Me puse con un proyecto bastante más ligero, Escapando del recuerdo, al que, pese a haber quedado un libro muy digno, no he dedicado aún el mismo esfuerzo de promoción que a mis novelas anteriores. Digamos que me ha pillado en un momento personal bastante movido, y no he tenido el ánimo necesario para hacerlo. Y ya se sabe que, cuando uno autopublica, escribir la novela es seguramente lo más fácil. Seguir leyendo «Jueves 18 de octubre de 2018: cuando tecleas FIN»

IV Congreso de Escritores: «Hay que escribir como si uno no fuera nunca a publicar»

IV Congreso de Escritores
De izquierda a derecha: Ricardo Menéndez Salmón, Víctor del Árbol y Carlos Fernández Salinas.

Mi anterior crónica del IV Congreso de Escritores #AEN18 fue a principios de junio. Ha pasado mucho más tiempo del que tenía previsto. El largo silencio, sin embargo, no significa que tenga intención de abandonar mi propósito de continuar reflexionando sobre lo mucho, y muy intenso, que vivimos en Gijón a finales de abril. Todo lo contrario, las crónicas van a seguir desgranándose en este espacio (cada vez es más probable que acaben solapándose con el siguiente evento que nos preparen las cabezas pensantes de la AEN – Asociación de Escritores Noveles), porque lo trascendente no es la temporalidad, sino la consistencia del contenido que pretenden trasladar a cualquiera que tenga inquietud por la escritura.

Hoy le toca a la charla que mantuvieron los autores Carlos Fernández Salinas, Ricardo Menéndez Salmón y Víctor del Árbol. Una maravilla. Un auténtico clinic para escritores, del que absolutamente todo es aprovechable. Así que, si soy honesto, lo mejor que podéis hacer es pasar directamente al vídeo que encontraréis al final del texto y, armados con un cuaderno y un boli, escucharlo con toda la atención del mundo. No dejaréis de anotar, como he hecho yo al refrescar los apuntes que tomé en directo (una vez más, mil gracias a Vanesa García Barahona por las grabaciones y por compartirlas de forma pública en Facebook).

Carlos abrió el tarro de las esencias a partir de una premisa evidente pero que no todo el que pretende dedicarse a la escritura considera: «Para ser escritor, el talento es una condición necesaria, pero no suficiente. Hay que tener una gran capacidad de trabajo». Durante la hora y media siguiente, Ricardo y Víctor demostraron la validez de la sentencia ilustrando a la fascinada audiencia con su experiencia personal, sus motivaciones, su forma de trabajar, sus fuentes de inspiración, sus consejos y sus opiniones. Seguir leyendo «IV Congreso de Escritores: «Hay que escribir como si uno no fuera nunca a publicar»»

Escribir es también borrar

borrador novela
La principal novedad de mi nueva novela es que llevo semanas escribiendo directamente en el ordenador.

Estoy escribiendo una novela policíaca. No es novedad. Ya he explicado que tras escribir 20.000 palabras la dejé en pausa porque no era capaz de prestarle la atención necesaria. De haber seguido entonces, el proyecto habría resultado un fracaso. Hace cuatro meses, un año y medio después, lo retomé, y ya he alcanzado las 65.000 palabras. Lo más importante es que estoy realmente motivado, y sé que no voy a parar hasta el punto y final. Aún falta bastante. Creo que me va a quedar una novela larga, similar en extensión a El viaje de Pau (unas 350 páginas).

Pero lo que os quería explicar hoy no es lo estupenda que va a ser, ni animaros a que la reservéis (ni siquiera sé si la autopublicaré, si la enviaré a algún certamen o si buscaré editorial; aún falta mucho para eso). Lo que me ha motivado a escribir esta entrada es algo que me ocurrió hace unos días, en pleno proceso creativo.

Me di cuenta de que estaba explicando la historia en el orden equivocado. Estaba adelantando cosas que era mejor retener, y desarrollando acontecimientos de una manera que podía ir en perjuicio del interés del lector por el conjunto. Pongo un ejemplo absurdo y que no tiene nada que ver con mi novela. Seguir leyendo «Escribir es también borrar»

Jueves 29 de junio de 2017: racionando el tiempo para escribir

Trabajando en la cubierta del libro
Hace cuatro años estaba trabajando en la cubierta de mi primer libro.

Ha pasado casi medio año desde mi última carta, un tiempo en el que escribir se ha convertido en una actividad secundaria. Y cómo lo he notado.

En marzo empecé a trabajar a jornada completa. Es un empleo por seis meses, que compagino con las horas como profesor de refuerzo escolar por las tardes. Total, que las únicas pausas que hago durante el día son la media hora del desayuno y otra media hora para comer. Llego a casa sobre las ocho de la tarde, y a preparar la jornada siguiente.

Así que el único rato de que dispongo para escribir es el intervalo que queda entre acostar a Albert y acostarme yo. Suelo hacerlo bastante tarde, con lo que voy arrastrando sueño y, la verdad, con los párpados queriendo cerrar la persiana cuesta crear algo decente. Las noches que después de leerle a mi hijo el preceptivo fragmento del libro en el que andemos embarcados aún me queda preparar la comida del día siguiente, ya ni enciendo el ordenador. Seguir leyendo «Jueves 29 de junio de 2017: racionando el tiempo para escribir»

Una propuesta literaria

Es el momento de retomar el boli y la libreta.
Es el momento de retomar el boli y la libreta.

Tengo una propuesta que haceros relacionada con mi próxima novela. Los suscriptores de la newsletter de ‘la recacha’ ya la conocéis, porque os la adelanté hace unos días. Quienes todavía no os habéis suscrito (ya estáis tardando) no os asustéis, que no os voy a pedir asesoramiento literario, ni que escribáis ningún capítulo. Ni siquiera os voy a pedir que me ayudéis con las correcciones… Bueno, llegado el momento ya hablaremos de ello; conocéis mi debilidad por los “lectores cobaya”.

Estas últimas semanas las he dedicado a pasar de la libreta al ordenador los dos primeros capítulos, unas 15.000 palabras, y a afianzar ideas sobre la trama y los personajes. Ahora tengo que poner orden, hacerme algunos esquemas que me sirvan de guía para no meter la pata, y continuar avanzando boli en mano.

Voy al grano. Seguir leyendo «Una propuesta literaria»