He sido bastante crítico con Podemos, con su viaje al centro, con su pérdida de frescura y la “suavización” del mensaje para atraer a votantes “moderados”; he criticado la soberbia de sus líderes y el menosprecio hacia la afirmación ideológica, cristalizada en el rechazo a la confluencia con Izquierda Unida. Sigo pensando que la incapacidad de ambas formaciones para alcanzar un acuerdo puede acabar marcando la diferencia mañana entre ganar las elecciones y ganarlas con la suficiente holgura para formar gobierno.
E igual que he criticado a Podemos, critico a IU y su sectarismo ideológico. Quedan aún muchos garbanzos negros en una organización demasiado anclada en el inmovilismo marxista, pese a los loables esfuerzos de su joven líder, Alberto Garzón, por llenarla de aire fresco. Creo que en esta campaña lo ha conseguido y creo (me gustaría que así fuese) que el domingo va a lograr más votos de los que las encuestas le otorgan. Sin embargo, no me han gustado los ataques continuados a Podemos. Porque meter a los de Pablo Iglesias en el mismo saco que a PP, PsoE y la sucursal naranja del PP me parece muy injusto. Seguir leyendo «Votar con el corazón y con una sonrisa»