Formar parte de aquello que da sentido a ser humano

El sábado por la noche estábamos muy nerviosos. Era la última jornada de la 10ª edición de la Muestra de Cine de Ascaso. La semana había sido muy intensa, accidentada los primeros días a causa de la lluvia y la inevitable improvisación, pero un ejemplo de trabajo cooperativo y convivencia siempre. Eso fue lo que me enamoró de este proyecto tan loco y tan maravilloso cuando lo descubrí en el verano de 2018. Eso y la simbiosis entre el cine, la amistad y la naturaleza.

Aquel año se me abrió el suelo bajo los pies, y aunque aún echo de menos sentir la tierra firme, también le he encontrado el gusto a saltar sin paracaídas (no desde muy alto). De hecho, cada vez soy más consciente de que, puesto que agarrarse a los recuerdos carece de sentido, saltar es mucho más divertido. Hay que aprovechar las oportunidades de formar parte de cosas que den sentido a ser humano. Es algo que me repito a menudo, pero la pereza y la autocompasión son enemigos paradójicamente seductores.

Creo, sin embargo, que el verano de 2021 marca un punto de inflexión. Primero, las casi dos semanas de cámping en Bielsa, junto a Albert, mi hijo, al pie de las sanadoras cumbres del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, y luego los diez días en Ascaso.

Este año me estrenaba como responsable (voluntario) de la comunicación del festival, algo que me hacía mucha ilusión, aunque sabía que iba a tener que currar de lo lindo. La verdad es que he currado aún más de lo que pensaba, pero también he disfrutado más, he reído más, he aplaudido más, he abrazado más, incluso he cantado más… y he dormido menos.

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La magia de compartir la soledad

Balcón de Pineta
Contemplando el amanecer desde el Balcón de Pineta.

El lunes vi por casualidad en el perfil de Facebook de mis amigos de La Bolsa de Bielsa que al día siguiente se inauguraba la Muestra de Cine de Ascaso, popularizada como la más pequeña del mundo, con una exposición fotográfica dedicada a los refugiados sobrarbenses durante la Guerra Civil. La Bolsa de Bielsa, el asedio al que las tropas franquistas sometieron a la comarca pirenaica entre abril y junio de 1938, obligó a la debilitada 43 División del ejército republicano a evacuar a toda la población, que huyó a Francia en penosas condiciones, atravesando a pie los puertos nevados, para escapar de la destrucción fascista.

El tema me motivaba lo suficiente como para decidir acercarme hasta Ascaso en la que iba a ser mi última noche en el Pirineo Aragonés. Los habituales ya sabéis que en El viaje de Pau, mi primera novela, que hace cinco años llevé al Sobrarbe por primera vez, la Bolsa de Bielsa es uno de los temas principales.

Tras recorrer los cuatro kilómetros, en su mayoría sin asfaltar, de la pista que conecta la N-260, a la salida de Boltaña, con la aldea semiabandonada, que revive cada final de agosto gracias a la maravillosa iniciativa de la Asociación de Vecinos/as y Amigos/as de Ascaso ‘Los relojes’, los relámpagos y truenos ya se habían adueñado del cielo. A pesar de todo, desafiando a la tormenta inminente, José Buil, hijo de inmigrantes sobrarbenses afincados en Saint Lary, comentaba en la calle Única las fotografías del éxodo de las gentes de Bielsa y pueblos vecinos junto a su tío, Baitico, que lo vivió siendo niño. Seguir leyendo «La magia de compartir la soledad»

Otro post de agradecimiento

Edwin leyendo 'El viaje de Pau'
Estupendo fotomontaje de Edwin Colón Pagán

Tengo muchas cosas que contar. Hoy voy a dejar de lado la terrible actualidad para escribir uno de esos posts de agradecimiento con el mundo que de vez en cuando necesito soltar. Sí, voy a hablar de ‘El viaje de Pau’.

El fotomontaje que ilustra este texto me lo encontré esta mañana en el buzón de correo electrónico. Me lo enviaba Edwin, un amigo boricua al que conocí hace pocas semanas gracias al blog donde publica a diario fantásticos relatos y microrrelatos. Es un maestro de la palabra, un mago que hechiza con cada uno de los caracteres que componen sus textos. Por eso me conmovió la confianza que depositó en mí al anunciarme que había comprado mi novela, y mucho más el e-mail que me escribió para decirme que la había acabado… ¡en menos de un día! Sus palabras apasionadas, sinceras, directas, me llegaron al alma, como las que me han dedicado otros lectores de ‘El viaje de Pau’. Que te den las gracias por haber escrito algo produce una sensación de alegría indescriptible. Seguir leyendo «Otro post de agradecimiento»