
Hace dos semanas que no actualizo mi blog. Demasiado tiempo. Y no será porque no hay temas sobre los que escribir. Siempre los hay. Lo que pasa es que no he estado nada inspirado. Supongo que os pasa, hay momentos en que las palabras fluyen y otros en que lo que fluye son esas bolas de matorral seco que, empujadas por un viento sofocante, van rodando y rebotando contra el suelo árido y lleno de polvo de uno de esos desiertos de las películas del Oeste.
Así he sentido mi cerebro estos últimos días, repleto de bolas del Oeste. A decir verdad, todo yo me he sentido como un matorral seco, girando a cámara lenta en medio del desierto. Quizás por eso notaba la cabeza como un bombo y la tenía tan dolorida.
La verdad es mucho menos rebuscada: he estado enfermo. Algún virus cabrón me atacó vilmente diez días atrás y me dejó para el arrastre, incapacitado para pensar y mucho menos para escribir. Me sentía como si me hubieran pegado una paliza y me hubieran desconectado el cerebro, y así he ido tirando hasta hace un par de días. De hecho, hasta hace un rato no me he vuelto a sentir capaz de hacer uso del lenguaje escrito. Y aquí estoy, al fin. Espero que quede alguien al otro lado. Seguir leyendo «Buen viaje»