La muerte de la política

Hace ya algunos días que decidí dejar de escribir sobre el proceso independentista. No sólo eso, sino que poco a poco me voy desenganchando informativamente del tema, aunque reconozco que sigo visitando Twitter y leyendo algún que otro artículo. Lo que sí he conseguido es vencer a la tentación de entrar en debates estériles. Estoy muy harto, pero antes de desterrar definitivamente de este blog todo lo relacionado con el conflicto catalán tengo que escribir este artículo, porque si no, reviento.

Seguramente después de lo que voy a vomitar tampoco importará mucho sobre qué escriba en adelante, porque por aquí no quedarán más que cuatro gatos “equidistantes”.

El legado principal que deja el procés es la penosa infantilización de la sociedad o, al menos, de la parte de la sociedad que se expresa públicamente. Me parece inaudito que tanta gente adulta, aparentemente bien preparada, carezca por completo de la capacidad de analizar la realidad de forma crítica. El debate ha quedado reducido a buenos y malos, al nosotros tenemos la razón y ellos no, al conmigo o contra mí. Y me resulta especialmente chocante cuando durante estas semanas estamos asistiendo al repugnante ataque que la derecha reaccionaria está perpetrando contra la escuela pública catalana.

¿Por qué me choca? Pues porque buena parte de quienes se indignan con ese ataque injustificado, defienden la autonomía de la escuela y que los docentes difundan en las aulas un valor intrínseco a la libertad y la democracia, como es el pensamiento crítico, son incapaces de hacer autocrítica. Resulta inquietante que tanta gente aparentemente inteligente y preparada se entregue de forma tan maniquea a la causa. Seguir leyendo «La muerte de la política»

Yo ya no sé qué tiene que pasar

Viñeta de Eneko
Demoledora viñeta de Eneko, despedido de ’20 minutos’, quizás, digo yo, por ser demasiado explícito.

En febrero del año pasado dos titiriteros que actuaban en el carnaval de Madrid fueron encarcelados por enaltecimiento del terrorismo. Pasaron varios días entre rejas y, casi un año después, la causa abierta contra ellos fue definitivamente archivada. Casi un año pendientes de las decisiones de los tribunales para saber si tendrían que ir a juicio. Por una inofensiva obra de marionetas.

En octubre de 2016, durante las fiestas de la localidad navarra de Altsasua, un grupo de jóvenes se enzarzó en una pelea, de madrugada, con varios guardias civiles de paisano, a la salida de un bar. Detuvieron a ocho de ellos y la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela (la misma que ha enviado a la cárcel a nueve (ex)consellers de la Generalitat) decretó prisión preventiva incondicional por delitos de terrorismo. La fiscalía solicita entre 50 y 62 años de cárcel. Llevan casi un año entre rejas, sin fecha aún para el juicio.

Hoy doce raperos del colectivo La Insurgencia declaraban también ante la Audiencia Nacional, acusados de enaltecimiento del terrorismo por las letras de sus canciones. La fiscalía pide dos años y un día de cárcel para cada uno de ellos.

Desde el 16 de octubre los líderes de las entidades catalanistas ANC y Òmnium Cultural, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, se encuentran en prisión preventiva, decretada por la jueza Lamela (esta tarde la Audiencia Nacional ha rechazado el recurso de apelación presentado por sus abogados), acusados de sedición por las manifestaciones de los días 20 y 21 de septiembre, que convocaron como respuesta a los registros policiales en dependencias de la Generalitat y la detención de varios cargos políticos y técnicos por su implicación en la organización del referéndum por la independencia del 1 de octubre.

Ayer la jueza Lamela, a instancias del Fiscal General del Estado, José Manuel Maza, envió a prisión a nueve de los consellers depuestos por el gobierno español como consecuencia de la aplicación del artículo 155 (hoy ha quedado libre uno de ellos, Santi Vila, quien dimitió antes de la declaración de independencia, bajo fianza de 50.000 euros). Están acusados de rebelión, sedición y vaya a saber usted qué más cosas terribles. El president Carles Puigdemont y otros cuatro consellers no les acompañaron porque están “refugiados” en Bruselas, a la espera de que se resuelva la orden de búsqueda y captura internacional que hace un rato ha cursado la misma jueza. Seguir leyendo «Yo ya no sé qué tiene que pasar»