Sábado 5 de diciembre: si no tienes una buena historia entre manos, no (auto)publiques

¡Hola, Toni!

Me alegró mucho «recibir» tu última carta. Después de todo, incluso del año de la «panmierda» se puede sacar alguna nota positiva, como (quizás) la recuperación de nuestra correspondencia sobre el mundo de la creación literaria y temas relacionados. De hecho, pocos días antes del confinamiento de marzo empecé a escribirte, pero lo que pretendía explicar quedó fulminantemente ridiculizado por la magnitud de los acontecimientos; así que empezaré de nuevo, tomando como referencia la interesante y completa reflexión que desarrollaste en tu carta de hace un par de semanas respecto a la autopublicación.

Siete años de experiencia son pocos en el cómputo de una vida humana, y una cantidad ínfima en la historia de la autopublicación, que es lo mismo que decir en la historia de la literatura. Ese es el tiempo que ha pasado (casi ocho) desde que autopubliqué El viaje de Pau, mi primera novela. Suficiente para haber aprendido unas cuantas cosas sobre el sector editorial, y, más importante, para haber acumulado una cantidad interesante de conocimientos sobre escritura de los que, en aquel momento, carecía.

No tengo dudas de que si aquella historia la escribiera ahora se convertiría en un libro mucho mejor, porque he aprendido lo suficiente para darme cuenta de lo que sobra en un texto, para dosificar mejor la información, para dotar de mayor profundidad a los personajes y dar más verosimilitud a su evolución en las tramas, etc.

Sería un libro mejor también porque he aprendido a corregir y editar mis textos. Me acuerdo de que cuando tecleé aquel primer «fin» estaba convencido de que ya había acabado. Lo de corregir se limitaba a una revisión para pescar erratas que se me hubieran colado. En mi cabeza no entraba la posibilidad de recortar texto, reescribir capítulos o eliminar personajes.

Seguir leyendo «Sábado 5 de diciembre: si no tienes una buena historia entre manos, no (auto)publiques»

Por tierras de Castilla en compañía de Delibes

Laguna Negra - Soria
La preciosa Laguna Negra, a los pies de los Picos de Urbión.

Esta primera crónica de unas vacaciones inolvidables empieza en tierras sorianas, en la comarca de Pinares, concretamente en el pueblo de Vinuesa, villa medieval de grandes casonas que reflejan la prosperidad de su pasado indiano. Ubicada junto al pantano de La Cuerda del Pozo, que recoge las aguas de un joven río Duero, y a los pies de la Sierra de Urbión, está rodeada de bosques, a las puertas del Parque Natural de la Laguna Negra y los circos glaciares de Urbión, lo que la convierte en un atractivo destino turístico de montaña.

Nosotros nos alojamos en la Casa Rural Cueva Serena, donde descubrimos una chimenea impresionante que invitaba a hacer buen uso de ella. El edificio está reformado con gusto, sobre todo porque conserva elementos tan interesantes como la enorme chimenea, el horno de piedra y la cocina de leña, todo a disposición de los huéspedes, tratados con absoluta familiaridad por Tonino, su simpático propietario. Seguir leyendo «Por tierras de Castilla en compañía de Delibes»

‘Legado en los huesos’, al estante de los imprescindibles

Legado en los huesos - Dolores Redondo

¿Qué es una buena novela? En mi opinión la respuesta es obvia: la que cumpla con el objetivo para el que fue escrita, es decir, entretener. La literatura es una actividad artística cuya función es proporcionar placer intelectual, así que aquella obra que lo consigue es para sus lectores una buena novela.

Probablemente los militantes de la ortodoxia literaria considerarán que se trata de una respuesta muy pobre, que hay que tener en cuenta otros muchos aspectos, pero yo creo cada vez menos en quienes desde una pretendida superioridad intelectual se arrogan la capacidad en exclusiva de dictaminar qué es bueno y qué, una basura. El arte gusta o no gusta, y lo que a mí me parece una bazofia a otro le puede entusiasmar. Yo no soy nadie para decirle que se equivoca. Seguir leyendo «‘Legado en los huesos’, al estante de los imprescindibles»

Los autores independientes y el compromiso con la calidad

ecoescritura

Hace unas semanas la periodista, escritora y editora sevillana Berta Carmona me contactó por e-mail para adelantarme el interesantísimo proyecto que iba a poner en marcha a través del blog de su web Ecoescritura y ofrecerme la posibilidad de colaborar con él. El lema elegido era ‘Yo apoyo la autoedición de calidad’, así que os podéis imaginar que tardé aproximadamente un segundo en apuntarme. Desde hace unos días en el blog están apareciendo artículos de profesionales relacionados con el mundo de la escritura que aportan su visión sobre el mundo de la autoedición y consejos útiles para autores independientes como yo. Hoy han publicado el mío. Espero que os resulte interesante.

Convendréis conmigo que uno de los mayores placeres de este mundo es sentirte atrapado por una historia. Esa sensación de que tus ojos devoran las palabras y que el cerebro apenas es capaz de digerirlas a tiempo para dejar paso a otras es difícilmente superable. Debe ser cosa de magia que juntando esos caracteres que llamamos letras haya gente capaz de transmitir tanto, de transportarnos a mundos paralelos.

Yo escribo. De hecho, tengo el atrevimiento de autoetiquetarme como escritor. Desde luego, no soy ningún mago, aunque algo cercano a la magia es lo que siento cuando un lector me dice que una de mis creaciones lo ha transportado a uno de esos mundos. ¿Qué mayor recompensa puede esperar un autor? Para eso escribimos, para ser leídos. Para comunicar nuestras inquietudes, nuestras ideas, y que signifiquen algo para quien las lea. Sí, claro, si encima te puedes ganar la vida con ello, la recompensa se multiplica.

De momento estoy muy lejos de lograrlo. No es algo que alguien que prácticamente acaba de aterrizar en el planeta literario pueda plantearse. Sin embargo, sí es un objetivo al que no renuncio, aunque el camino sea largo y no precisamente cuesta abajo.

Embarcarse en la autoedición – autopublicación debe ser una decisión meditada, muy meditada si uno pretende llegar a ganarse la vida escribiendo, porque hoy en día cualquiera puede editar y publicar una novela gracias a las plataformas digitales, e incluso en papel mediante la impresión digital a demanda, que ha abaratado muchísimo los costes de producción. Cualquiera puede publicar, y eso en mi opinión es muy bueno, pero para pretender hacerse hueco en un mundo tan sobrepoblado es imprescindible un ingrediente que no siempre abunda: la calidad.

El artículo completo, pulsando aquí, en el blog de Ecoescritura.