Las palabras libres de Emilio Lledó

Los libros y la libertad - Emilio Lledó

Estoy leyendo Los libros y la libertad, una compilación de escritos del profesor Emilio Lledó, un hombre fascinado por el poder de la palabra, por el lenguaje, por la capacidad de comunicarse de las personas y, sobre todo, por quienes utilizaron por primera vez las palabras para preguntarse por el mundo intelectual, aquellos que llamamos «los clásicos», y que siguen constituyendo la base del pensamiento filosófico contemporáneo.

A Emilió Lledó tuve el inmenso privilegio de conocerlo en persona hace año y medio, en Gijón, con motivo del III Congreso de Escritores de la AEN – Asociación de Escritores Noveles (muy pronto os hablaré sobre el IV Congreso, que se celebra el mes que viene en el mismo escenario). Fue inolvidable escucharlo y charlar con él. Pero hasta ahora no me había puesto con ninguno de sus ensayos.

Lledó reflexiona sobre la comunicación, y, aunque se trata de una persona muy discreta, que no gusta de los focos y, por tanto, no acostumbra a significarse políticamente, sus palabras son cristalinas. Apenas llevo sesenta páginas, pero estoy tan de acuerdo con lo que he leído hasta ahora (hubiera subrayado prácticamente todo el texto, pero como el libro es de la biblioteca municipal me he tenido que contener), que he sentido la necesidad de compartir algunos fragmentos que son demoledores. Seguir leyendo «Las palabras libres de Emilio Lledó»

La ¿última? oportunidad para la izquierda

Eneko las Heras - La Política
Viñeta de Eneko las Heras para La Política.

España es un país curioso. Es el único que conozco con suficiente detalle como para opinar, pero de verdad que me resulta curioso lo que pasa aquí. Hay épocas en que parece que sus habitantes seamos amebas, incapaces de mover un dedo por cambiar una realidad vergonzosa, y otras en que de repente estallan los fuegos artificiales y esto se convierte en el parque temático de las movilizaciones. Lo que pasa es que los fuegos artificiales son muy estruendosos y luminosos… durante un tiempo demasiado breve. Luego suele llegar la decepción, el desánimo, el hastío, y nada cambia. Bueno, sí, todo cambia a peor, porque quienes nunca descansan son los profesionales de «ganarse la vida» robando a manos llenas el dinero de todos. Es decir, empresarios corruptos, sus aliados políticos y satélites diversos, como esos por cuyas venas dicen que circula sangre azul (esperemos que el enrevesado vericueto lingüístico me libre de declarar ante un juez).

Hemos atravesado una etapa bastante yerma en cuanto a movilización social. El culebrón postelectoral que acabó permitiendo seguir gobernando a la organización criminal que todos aseguraban querer echar del poder, provocó tal bajonazo que, por lo menos en mi caso, sólo me dejó energía para mandarlos a todos a tomar viento. Seguir leyendo «La ¿última? oportunidad para la izquierda»