El difícil camino hacia la confluencia

Viñeta Eneko

Ahora en Común es un intento desesperado de Izquierda Unida de torpedear a Podemos por no querer confluir con un partido que está acabado. Lo único que les interesa es conseguir una poltrona a la que agarrarse para seguir chupando del bote. Llevan treinta años sin mover un dedo por la gente que lo pasa mal y ahora que hay una opción real de vencer al bipartidismo van y montan otro partido”.

Estos últimos días he leído montones de opiniones de seguidores de Podemos que podrían sintetizarse en el primer párrafo. Confieso que estoy sorprendido, desagradablemente sorprendido. Leer la bilis que un buen número de militantes, simpatizantes y votantes de Podemos llevan acumulada en contra de los partidos de izquierda me echa para atrás. Me doy cuenta de que tengo muy poco en común con esa gente que carece de ideología. Probablemente entre ellos haya no pocos exvotantes del PP o del PSOE escarmentados, pero que jamás han tenido la más mínima inquietud política. No sé, quizás me equivoque, pero lo de lo que sí estoy seguro es de que esas personas destilan agresividad, incluso odio, hacia quienes se “atreven” a cuestionar la decisión de los líderes de Podemos de no confluir con otras formaciones progresistas. Seguir leyendo «El difícil camino hacia la confluencia»

Dignidad griega

Forges Grecia
El maestro Forges lo vuelve a clavar.

El pueblo griego ha respondido como creía que lo iba a hacer. Para mí era inconcebible que votara mayoritariamente por seguir de rodillas ante los organismos internacionales que llevan empeñados desde hace cinco años en que devuelva la deuda que mantenía básicamente con bancos alemanes y franceses y que, tras los sucesivos rescates, ha pasado a deber a los países de la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.

Resumiendo mucho: las instituciones internacionales prestaron dinero a Grecia para que pagara a los bancos, un dinero, por cierto, que básicamente salió de otros bancos, de manera que es comprensible que lo tengan que devolver a toda costa, porque ya se sabe que lo más sagrado en este mundo es que los bancos no pierdan dinero jamás.

Vamos, que los griegos nos deben una ínfima parte de esos 26.000 millones que muchos ladran por ahí. Se los deben principalmente al sistema financiero que hemos rescatado con nuestro dinero, ese sí que es nuestro y no lo veremos jamás de vuelta, pero quienes ladran contra los griegos maleantes no se llevan las manos a la cabeza por ello. Seguir leyendo «Dignidad griega»