«Que no nos cieguen los malos datos»

trabajoVaya por delante que voy a escribir este artículo de una tirada, sin reflexionar demasiado. Escribo como reacción a las absurdas declaraciones (una vez más) de dirigentes del PP, esta vez personificadas en su vicesecretario general de organización, Carlos Floriano. “Que no nos cieguen los malos datos” decía ayer tras conocerse que más de 6,2 millones de personas están en paro en España. Según este individuo, la política económica del gobierno está dando ya frutos que “más pronto que tarde” llegarán a las familias y a los desempleados. Como su colega ministra de (des)empleo, Fátima Báñez, y el resto de la pandilla pepera, el tal Floriano sigue lanzando mensajes de “esperanza” basados en la misma fe que el miembro de una secta tiene en su líder. La misma fe que la ministra tiene en la virgen del Rocío.

Y es que no existe otro clavo al que agarrarse. Si acaso, cuando se quedan sin argumentos recurren al siempre socorrido “la culpa es de Zapatero”. “España estaría como Portugal si continuara gobernando el PSOE”, decía hace unos días otro pez gordo del PP, Esteban González Pons, el mismo que prometía 3,5 millones de puestos de trabajo cuando Rajoy llegara a la Moncloa… ¿Acaso estamos mucho mejor que Portugal? Arcadas, eso es lo que produce este gobierno.

“Que no nos cieguen los malos datos”… Qué poca vergüenza. Lo dice un tipo que no ha visto ni de lejos las consecuencias de tener a todos los miembros de la familia en paro, que vive a cuerpo de rey, permitiéndose cualquier capricho que le plazca, igual que su compañera María Dolores de Cospedal, la que llama nazis a los desahuciados, la que retirará el oxígeno a los enfermos domiciliarios de Castilla La Mancha para ahorrar, eso sí, sólo a los casos menos graves. Gracias. De vez en cuando alguien sobrevivía en los campos de concentración…

En unas horas conoceremos más medicina de la que hemos de morir. Nuevas reformas, medidas para “combatir” la crisis, para contentar a Europa. Bueno, sería más correcto decir que conoceremos las medidas que Europa ha dictado al “presidente plasmado” para que sigamos cavando nuestra propia tumba. Nos dan la pala para que cavemos mientras nos apuntan con una pistola… Lo triste es que el condenado lo hace convencido de que si obedece salvará la vida.

Ningún miembro del gobierno, ni de los dirigentes del PP, ni de la famosa Troika vive con la espada de Damocles del paro sobre sus cabezas. No tienen que preocuparse por las consecuencias de la crisis. Saben que, con las reglas del juego vigentes, cuando salgan de ahí tendrán el futuro asegurado. Los 6,2 millones de parados no somos más que eso: un dato. Igual que los desahuciados, los que están en las listas de espera de la sanidad pública, las víctimas de las malas prácticas financieras, los afectados por los recortes en la Ley de la dependencia, el número vergonzosamente creciente de personas que recurren a los comedores sociales y a la caridad, etc…

Y mientras ellos viven en su torre de marfil, la plebe nos buscamos la vida. No hay otro camino, no podemos confiar en que bajen a la realidad. Quiero ser optimista. Lo soy por naturaleza, pero el sabor amargo de este artículo hoy no soy capaz de esconderlo.

10 comentarios sobre “«Que no nos cieguen los malos datos»

  1. Si hubiera que cuantificar el cinismo que lucen estos desalmados que nos gobiernan, habría que inventar un sistema métrico «a prueba de bombas». Es tal la perversidad que ejercen con sus declaraciones que tapian el muro que oculta su verdadero plan. Y tampoco quiero ser pesimista, como tu mismo dices, soy optimista por naturaleza, pero es de recibo, que detrás de todo esto existe un plan oculto, una estrategia para desposeernos de la dignidad (esto también ocurría en los campos de concentración)… Mientras las lentejas desaparecen como en áquella película «Las bicicletas son para le verano» y las cifras del paro aumentan. Cabe preguntarse, ¿hasta donde?.
    Gracias por refrescarnos con este magnífico artículo, amargo o simplemente, «sin azúcares añadidos».

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  2. Éste es otro artículo de los de «buufff». Firmo lo que dices y me alegro, curiosamente, de que lo pongas por escrito.

    Comparto contigo también el gusto y la naturaleza optimista. Lo que pasa es que no es incompatible con el enfado y la frustración que sentimos cuando nos pintan la cara como si fuéramos tontos. Nadie tiene derecho a utilizar nuestro optimismo en nuestra contra, tenemos derecho a enfadarnos, a poner límites. También a saborear lo amargo, que no está mal de vez en cuando, para demostrarnos que aún somos capaces de sentir muchas vidas dentro. Que ya está bien de tomaduras de pelo constantes.

    A mí me encanta leerte si aditivos, disfrutar del gran abanico de sabores que nos propones. Sigue compartiendo y por cierto, me encanta el nuevo look de la Recacha!

    Un abrazo!

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    1. Gracias, Diego. El nuevo look hace más cómoda la lectura, desde luego.
      Hay días que pienso que esto no tiene solución. Escucho las declaraciones, leo las noticias, me hago cruces con las decisiones gubernamentales… Veo con una claridad meridiana, como cualquiera con dos dedos de frente, que estamos atrapados en arenas movedizas y que, en vez de acercarnos una cuerda para salir, nos ponen la mano en la cabeza para que nos hundamos más rápido… Y tenemos que confiar… ¡Manda huevos!, que diría ese político metido ahora a embajador (por sus indudables méritos, por supuesto)…
      Un abrazo!

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    1. Gracias por tomarte la molestia de leerlo. Descubrí los artículos de Rosa María Artal hace relativamente poco tiempo, a través de ATTAC, y ahora no paso ni uno. Admiro su capacidad para expresar por escrito lo que pensamos tanta gente. Hacen falta muchas voces como la suya. Saludos.

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  3. Uffff qué gran verdad en todo lo que dices. En serio, ves a esta gente en las noticias y lo único que puedes pensar es que se están riendo de todos nosotros (y encima parece que no lo esconden).

    Esto ya no es cuestión de optimismo o pesimismo, es cuestión de observar. Día a día vamos viendo cómo no se ha cumplido absolutamente nada de lo que dijeron, cómo cuando unas personas que ven que no tienen futuro (ni presente) se atreven a protestar los tachan de nazis, cómo salvan el culo a los bancos que nos han llevado a la ruina mientras el pueblo se queda sin nada……en fin, mientras siga la misma gente ahí arriba, me temo que todo seguirá igual.

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