XIII Jornadas de La Bolsa de Bielsa: memoria y reivindicación, con el puño en alto y sin perder la sonrisa

XIII Jornadas La Bolsa de Bielsa
Foto de familia junto al monolito en homenaje a las víctimas de La Bolsa de Bielsa. Autor: Carlos Migliaccio (neofato.es)

José María Escalona me puso en contacto con una Bielsa que yo no conocía. Pese a haber veraneado toda la vida en el Valle de Pineta, no tuve conocimiento de la tragedia que tuvieron que afrontar sus gentes durante la Guerra Civil hasta que empecé a escribir El viaje de Pau.

La Bolsa de Bielsa es un episodio heroico que protagonizó la 43 División republicana al evacuar a miles de personas ante el hostigamiento de los fascistas, pero también trágico, pues tuvieron que marchar a Francia con lo puesto a través de las montañas, y al regresar sólo encontraron cenizas.

Lo menos que merecen es que las recordemos.

A ello dedicó su vida José María, uno de los responsables de que Bielsa sea un ejemplo excepcional de respeto por la memoria histórica. Fue el impulsor del magnífico museo etnológico e histórico que debería ser el espejo de municipios mucho más grandes, cuyo fondo documental, por ejemplo, me fue tan útil para escribir mi primera novela. Seguir leyendo «XIII Jornadas de La Bolsa de Bielsa: memoria y reivindicación, con el puño en alto y sin perder la sonrisa»

Me siento afortunado… y agradecido

Valle de Pineta
Mi querido Valle de Pineta, con el Monte Perdido al fondo.   Foto: Benjamín Recacha

Llevaba mucho tiempo pensando en la presentación de El viaje de Pau en Bielsa. Sabía que las jornadas conmemorativas de La Bolsa, el episodio de la Guerra Civil que marcó el fin de la resistencia republicana en Aragón y del que hoy, 15 de junio, se cumplen 76 años, eran el marco ideal para dar a conocer mi primera novela, aunque ya lleve cerca de un año a la venta en aquella parte del Pirineo. Sabía que contaría con una audiencia predispuesta a que le gustase lo que tenía que explicar, pero la verdad es que no tenía ni idea de cuánta gente acudiría. Nunca perderé la perspectiva de que soy un desconocido en el mundo literario, así que nadie tiene la obligación de interesarse por lo que hago, ni puedo reprocharlo. En el momento en que pierda esa perspectiva estaré condenado a la frustración (y lo hago extensible a cualquier autor independiente). Así que emprendí el viaje con esperanza pero también con cierta inquietud. ¿Y si al final éramos cuatro gatos? Seguir leyendo «Me siento afortunado… y agradecido»