
Hoy pensaba escribir sobre la lección de dignidad que nos han dado los maestros y profesores de Baleares con su movilización en defensa de la educación de calidad, que les ha llevado a tres semanas de huelga indefinida. No sólo los docentes, sino la mayor parte de la comunidad educativa y de la sociedad civil de las islas, que apoya la movilización, nos han mostrado el camino para no dejar que pisoteen nuestros derechos. Pero, como decía, retomaré el tema en otro post, porque ayer me ocurrió algo que me ha hecho cambiar de planes.
Yo no creo en el destino ni en los planes divinos que hacen que las cosas ocurran. No sé qué fuerzas mueven el mundo ni si hay una energía superior, Dios, o que cada uno le dé el nombre que le apetezca. Soy muy escéptico respecto al misticismo y la espiritualidad. Yo creo en las personas, en el esfuerzo individual y colectivo, en el trabajo honesto y constante. Sí considero fundamental el estado de ánimo con el que afrontamos las situaciones. Creo que las cosas ocurren o no en función de nuestra disposición de ánimo ante los retos que se nos plantean o nos planteamos. Así, si trabajas duro, con confianza en lo que haces; si lo haces bien y además convencido de ello; con optimismo, los resultados acabarán llegando. Lo que no ocurrirá jamás es, aun siendo infinitamente optimista, que el “éxito” nos llueva del cielo sin mover un dedo.
Total, que este rollo viene a cuento porque lo que me ha pasado esta semana y, concretamente, ayer, podría hacer replantear a más de uno eso de que las casualidades son simplemente eso, casualidades.
El viernes pasado me llamaron de ‘El Periódico de Catalunya’. A finales de julio ya contactaron conmigo para formar parte de un reportaje sobre experiencias de “reinvención” tanto a nivel profesional como vital. Me dedicaron un espacio muy destacado y quizás recordéis que escribí un post sobre ello. A finales de este mes ‘El Periódico’ cumple 35 años y están preparando un suplemento para celebrarlo. Pues bien, han reservado un espacio para los lectores y me han vuelto a elegir para formar parte de un privilegiado y reducido grupito. Os podéis imaginar el subidón. Es un gran honor que debo agradecer a la ocurrencia que tuve un buen día de finales de enero, cuando emprendí la aventura bloguera. Claro que probablemente la ocurrencia no habría sido tal si antes no hubiera tenido una mucho más descabellada: escribir una novela. El blog lo abrí para hablar de mis cosas, pero también para hablar de mi libro (sí, hay un Paco Umbral en mí) y parece que no lo hago mal del todo. Por lo menos eso opinan esos tipos tan majos que trabajan en ‘El Periódico’.
Vale, esto de por sí ya es un puntazo. Total, que ayer estuve en la redacción (qué envidia sana –o no tan sana– ver aquella actividad frenética, aquel teclear continuo, las conversaciones telefónicas, las consultas entre compañeros…). Me hicieron unas fotos y una pequeña entrevista. Y ahora es cuando viene lo de la casualidad: la chica que me entrevistó es socia de una librería que acaba de abrir en Barcelona, en el barrio de Gràcia, especializada en editoriales pequeñas y autores independientes. Me dio los datos de contacto y, como “casualmente” yo llevaba encima un ejemplar de ‘El viaje de Pau’, se lo di para que valoren si tendría cabida en ‘Espai literari’, que es como se llama la librería, insisto, recién inaugurada. Por descontado, les deseo una larga vida. La apuesta es arriesgada y muy valiente, pero también una buena oportunidad para diferenciarse en un mercado, el editorial, que es una auténtica jungla. Hay muchos autores «invisibles» que agradecerán (agradeceremos) la «osadía» de Aureli e Inma.
No hemos concretado nada. Podría ser que no llegáramos a hacerlo, pero no me negaréis que la anécdota tiene miga. Casualidad o no, de lo que estoy seguro es de lo que decía más arriba: si uno siembra, acaba llegando la cosecha. Si pones pasión en lo que haces, si eres honesto, ayudas y te dejas ayudar, hay muchas probabilidades de que las cosas salgan bien. Y no, no voy a reconvertir el blog en un espacio de autoayuda. Mañana recupero el artículo sobre le huelga en Baleares.
Comparto tu forma de pensar. Los resultados no llueven del cielo, hay que currárselo. Que las musas me pillen trabajando, decía Picasso (creo que era él) 🙂
Me gustaMe gusta
Hay que currárselo mucho. De hecho, hay que currárselo tanto que estoy deseando ponerme en serio con mi nueva novela y no tengo tiempo… ¿Cómo llevan las musas lo de promocionar libros y gestionar redes sociales?
Me gustaMe gusta
Completamente de acuerdo con Santiago, y a bailar con las casualidades! Un abrazo fuerte amigo!
Me gustaMe gusta
A tu salud el baile, y que sea bien largo!
Me gustaMe gusta
Gracias y besos… 🙂
Me gustaMe gusta
Aunque este comentario (el anterior) no era para vos sino para Rotze, no es casualidad que os quiero y respeto amigo escritor también… jajaja Hoy el wordpress en PR está loco, Saludos y abrazos…
Me gustaMe gusta
Los agradecimientos y las muestras de cariño son siempre bienvenidas… aunque lleguen de casualidad… jajaja!!!
Me gustaMe gusta
Ante todo, felicidades.
No son casuales las cosechas: son producto de la siembra.
Un abrazo, Benjamín.
Me gustaMe gusta
Eso creo, y, por si acaso, yo voy dejando semillitas allá por donde paso. Gracias! Abrazo de vuelta!
Me gustaMe gusta
Feliz jueves.
Me gustaMe gusta
Adelante campeón. Tengo pendiente pasarme por esa librería de mi barrio, si, y espero ver tu libro expuesto también…
Me gustaMe gusta
Pues si pasas la semana que viene, allí estará. Esta misma noche hemos concretado la colaboración. 🙂 Un abrazo!
Me gustaMe gusta
Las casualidades no existen, sólo existe un hermoso por qué que cada uno debe descubrir…. 😉 Mucha Suerte Benjamín. Ana Belén.
Me gustaMe gusta
Me encanta descubrir nuevas cosas, la que más, mi propio camino. Siempre hacia adelante, con paso lento pero seguro y procurando disfrutar del paisaje. Hay muchos detalles en el paisaje en los que vale la pena reparar. Gracias, compañera!
Me gustaMe gusta
🙂 Una gran sonrisa 🙂
Me gustaMe gusta
Me encantan las sonrisas 😀
Me gustaMe gusta
Ánimo cuñao, sigue «trabajando» tal y como lo estás haciendo, seguro que no pararás de recoger.
Me alegro de tus «casualidades»
Un abrazo
Me gustaMe gusta
Ve reservando un espacio en la agenda para cuando haga la presentación oficial, que la habrá pronto. 😉 Muchas gracias! Un abrazo!
Me gustaMe gusta
Enhorabuena y suerte 😀
Me gustaMe gusta
Se agradece la visita y los buenos deseos. Saludos esperanzados!
Me gustaMe gusta
Qué bien! Por ti y por la periodista «librera». Seguro que todo os sale muy bien.
Me gustaMe gusta
A ver, a ver… por trabajo y ganas no va a quedar. Gracias!
Me gustaMe gusta
Pues espero que haya suerte para ambos :))
Con respecto a la suerte y al currárselo… El próximo que me diga que «el tiempo pone a todo el mundo en su sitio» se arriesga a llevarse un pescozón sin mediar palabra. Y casi otro tanto para esto de que «si siembras recoges» y tal y tal.
Yo me esfuerzo, me entrego y me desgañito con fe en que tanto empeño tendrá sus frutos, pero que levanté la mano quien no conozca a más de uno y de dos que en su vida han dado un palo al agua y por injusticias del destino tienen aquello que tu ansias.
Me gustaMe gusta
Si tienes razón. Y a lo mejor compras un décimo de lotería y siendo un cafre te haces millonario (mira al capo Fabra, que le ha tocado dos veces). Y seguro que lee este post cualquier padre/madre de una familia con todos los miembros en paro, que ya no sabe qué hacer para dar de comer a sus hijos, y me manda a freír espárragos (siendo suave).
No tengo la fórmula mágica. Ni siquiera sé si en tres meses tendré que ponerme a trabajar de limpiacristales. Lo único que sé es que he apostado por algo que creo que he hecho bien y que tiene potencial, y que voy a exprimirlo hasta la última gota. Si en vez de escribir un libro y de abrir un blog hubiera hecho cualquier otra cosa ahora no tendría ni idea de que existe gente como la que pasáis por aquí, no me habrían entrevistado en ningún periódico ni, evidentemente, me hubiera topado con una periodista librera. Quiero creer que estas «casualidades» son fruto de mi trabajo. Soy plenamente consciente de que cada persona es un mundo y que el esfuerzo a menudo no recibe compensación alguna. Es muy fácil hablar, pero en situaciones así no me siento autorizado para dar consejos. Nadie más que uno mismo sabe lo duro que es recibir una desilusión tras otra.
No creo que haga falta que lo diga, pero ya sabes que me tienes a tu disposición para lo que te pueda ayudar (sí, lo sé, topicazo al canto). Un abrazo!
Me gustaMe gusta
Me salió el pitufo gruñón que todos llevamos dentro. Sorry!
Es que van a tanto vago que nació con una estrella….
Bss!
Me gustaMe gusta
Todos tenemos derecho a gruñir de vez en cuando. En mi blog tienes vía libre para expresar lo que te plazca. Besos!
Me gustaMe gusta
😉
Me gustaMe gusta