Pintura y música en el bicentenario de Richard Wagner

Caigui a trossos l'espasa
Caigui a trossos l’espasa – Fran Recacha

El 22 de mayo de 1813 nació el compositor alemán Richard Wagner. Para conmemorar la efeméride el miércoles se presentó en L’Auditori de Barcelona la exposición ‘Visions sobre La Valquíria’, que los usuarios del magnífico espacio cultural podrán visitar hasta el 30 de junio. La componen 16 cuadros que recrean alguna escena de la famosísima ópera, realizado cada uno según el estilo y la interpretación de cada artista. Entre ellos se encuentra mi hermano Fran, que contribuye a la muestra con la obra ‘Caigui a trossos l’espasa (Wotan)’, correspondiente al acto segundo, escena quinta de la obra.

El impulsor de tan interesante iniciativa es Manel Bertran Mariné, un apasionado del arte, ferviente admirador de Wagner y, en concreto, de La Valquiria, quien a lo largo de los últimos años ha ido invitando a varios pintores a participar en la configuración de una colección única. Son, además de Fran Recacha, Pat Andrea, Montserrat Clausells, Maria Gibert, Jordi Gispert, Albert Gonzalo, Marcos Palazzi, Juri Rodkin, Vaccaro, Jorge Zambrano, Dis Berlin, Manolo Sierra, Dino Valls, José Luis Serzo, José Luis Muñoz y Carles Gomila.


L’Auditori presentaba un aspecto de gala
. No se trataba de una inauguración al uso, pues la exposición era el aperitivo de una velada que se completó con un delicioso concierto de la Banda Municipal de Barcelona, que interpretó de forma magistral varios pasajes de la ópera de Wagner, incluyendo, cómo no, ‘La cabalgata de las Valquirias’. Previamente, el popular Ramon Gener, músico, humanista y presentador del programa ‘Òpera en texans’ que emite el Canal 33 de Televisió de Catalunya, hizo una introducción al universo Wagner y conversó con Manel Bertran y dos de los pintores.


Debo confesar que no soy un habitual en los conciertos de música clásica. Craso error. Es la conclusión a la que llegué a los diez segundos de sentir el concierto. Y digo sentir premeditadamente, porque la música me llegó al cerebro a través de varios sentidos, no sólo el del oído. Fue un placer observar la sincronización perfecta de los músicos, el brillo de los instrumentos, los movimientos del director. Comprobar que de aquel organismo perfectamente coordinado emergían sonidos que se unían a otros sonidos en deliciosa armonía e inundaban toda la sala, envolviendo a cada uno de los espectadores, acariciándonos en su recorrido hacia el conducto auditivo.

El arte es uno de los tesoros más valiosos y necesarios del ser humano. Observar un cuadro, escuchar una pieza musical, admirar un espectáculo de danza, una obra de teatro o una película nos aporta bienestar (a no ser que la peli sea muy mala, claro), nos hace conectar con nuestra propia esencia, con nuestra humanidad. Creo que si la sociedad en general y el entorno educativo en particular tuvieran en mejor consideración al arte, reservándole un papel protagonista en lugar de relegarlo al espacio de las cosas accesorias, nuestro mundo sería un lugar mucho más agradable. Es cierto que algunas de las mejores creaciones artísticas de la historia están inspiradas en guerras, actos violentos e injusticias, pero en la mayoría de esas ocasiones cumple un papel de denuncia. Las pinturas, esculturas o fotografías que reflejan esos momentos suelen ser impactantes, nos alertan sobre lo innecesario, lo absurdo de la violencia.

Vivimos tiempos en que desde el discurso oficial pretenden hacernos creer que lo primordial, lo verdaderamente importante es lo productivo, lo que genera algo tangible, con un valor de mercado. El arte no es necesario. Se trata de un lujo del que se puede prescindir y que, por tanto, si se quiere “consumir” hay que pagarlo a precio de lujo. El arte puede ser un peligroso elemento subversivo. Puede hacer pensar a la gente y hacerla despertar de su conveniente estado de letargo, en el que acepta cualquier cosa que le impongan. Así pues, mejor que el arte quede reservado a una minoría que no moleste…

Pensándolo bien, ¿alguien me puede decir qué hay de tangible y productivo en los miles de millones de euros que cada día circulan en ese espacio virtual llamado mercado financiero?

4 comentarios sobre “Pintura y música en el bicentenario de Richard Wagner

    1. Pues sí, estoy muy orgulloso de mi familia. En mi casa siempre hubo un ambiente muy artístico. Nuestros padres nos dejaban libertad para expresar nuestra creatividad (de hecho, mi padre también es un artista; además de manitas, es todo un poeta), y ahí estamos… Un abrazo!

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  1. qué buena info! me gustaría pasar cuando esté por Barcelona!! me siento plenamente identificada con tu concepción del arte y me alegra tu deleite con la música clásica 🙂

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    1. Pues hasta el 30 de junio tienes tiempo. Es visitable para los usuarios del Auditori, así que mírate la programación y aprovechas para deleitar todos los sentidos, con la pintura y la música. Está en la sala Pau Casals. Me alegro de leerte por aquí!

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