Me siento como una ‘celebrity’

forges blogosfera

Si estáis esperando la dosis diaria de crítica ácida o de amarga queja por toda la porquería que nos están haciendo tragar (y no me refiero a los pinchitos de cucaracha, o de saltamontes, hay para elegir, que según la ONU acabarían con el hambre en el mundo), podéis ir pasando al siguiente blog de la lista (puedo recomendaros algunos) o a pedir hora a Hacienda para que os hagan la declaración de la renta, que ya toca… Aunque, tal y como está la cosa, pronto no podremos hacer más que declaraciones de intenciones. Eso sí, gravadas con su correspondiente y patriótico impuesto.

En fin, a lo que iba. A estas horas de la noche no me apetece escribir sobre cosas que me dejen un regusto amargo antes de dormir, que luego tengo pesadillas terribles con presidentes con un televisor por cabeza y niñas de ‘El Resplandor’ con cara de vicepresidenta del gobierno. Así que voy a crear un post de lectura ligera y agradable (no tengo aún muy claro cómo seguir, pero algo simpático saldrá, digo yo).

Una amiga bloguera me comentaba el otro día por twitter que le gustaba mucho mi estilo y lo que explicaba, pero que no me olvidara de ir inyectando dosis de humor en los textos, básicamente por el bien de mi salud mental. Tiene razón. Debo confesar que estoy asombrado por el seguimiento que en menos de cuatro meses ha logrado esta recachita (recuerdo la definición: lugar donde uno se siente a gusto, protegido) y el grado de fidelidad de los habituales. Y más teniendo en cuenta que no vendo recetas milagrosas para triunfar en la vida ni ofrezco infalibles trucos para tener un blog de éxito. Si lo hiciera estaría condenado a echar la persiana en cuatro días, porque habría miles de blogueros que lo harían infinitamente mejor. Total, que ya lo he comentado en más de una ocasión, pero lo que me llevó a abrir este espacio virtual era mi gusto por la escritura y por expresar mis ideas, sin un plan preconcebido, sin ataduras ni limitaciones ideológicosociopolíticas (toma palabreja). No pretendo impresionar con mis escritos ni quedar bien (ni mal) con nadie. Lo que aquí expreso es lo que pienso y lo que siento que necesito compartir. Ni más ni menos. Si resulta que hay gente a la que le gusta leerlo, pues estupendo. Después de todo, sería de necios negar que quien escribe en un medio abierto lo hace para ser leído, y, en la medida de lo posible, reconocido por ello.

Pues bien, hace dos días confluyeron ambas circunstancias y reconozco que me sentí como una celebrity. La amiga bloguera citada anteriormente… Va, lo digo, es Ikram Barcala, de ‘La inmortalidad del cangrejo’. Pues eso, que Ikram me invitó a escribir un artículo para su blog (corro un serio riesgo de repetirme como el ajo). Ella hizo otro y los colgó juntos. Al día siguiente yo hice lo propio, bajo el título ‘Gratis no trabajo’ y se me ocurrió abrir un debate en Linkedin. Total, que al cabo del rato el panel de control de wordpress empieza a chivarme que las visitas al post suben como la espuma, especialmente a través de twitter. Me extrañó, porque soy novato en esa red social y tengo pocos seguidores, así que me puse a chafardear quién lo había twiteado… y ahí estaba ella, la directora de comunicación de la Asociación de Prensa de Madrid (no sé si poner el nombre, igual no le apetece aparecer en mi blog, así que quien quiera que la busque), la causante del virus que se expandía sin remedio por la red, retwit tras retwit… Al final del día más de 300 personas habían leído el artículo, y ‘la recacha’ había recibido más de 450 visitas. El martes el virus seguía atacando, con casi 200 visitas, 120 de ellas al post de marras; y aún este miércoles he recibido 130 visitas, casi 60 al hit de la semana.

Para mí son datos mareantes, así que de repente empecé a sentir la presión (no, si aún sonará trágico). Es decir, ¿sería capaz de asumir que quizás jamás vuelva a vivir una experiencia similar de éxito? Tenía que empezar a pensar urgentemente en nuevos posts ingeniosos, irresistibles para cientos, miles, qué digo miles, millones de navegantes ávidos de contenido interesante. Estaba a un paso de convertirme en el nuevo bloguero de referencia, de modo que no podía dejar pasar la oportunidad… “Però què t’empatolles?“, que diríamos en catalán, valenciano del norte, mallorquín del oeste o LAPAO del este, escójase la denominación preferida. “¡Nene, despierta!” sería una traducción al castellano bastante aproximada. Pues eso, que después de las pajas mentales me encuentro en twitter el siguiente mensaje de ‘Bloguionistas’: La entrada de ayer ha sido la más leída de la historia de Bloguionistas. Más de 70.000 visitas sólo en un día”… Lo siguiente fueron tres segundos de risa nerviosa y acto seguido, lo más dignamente posible, me puse a recoger las ínfulas de éxito desparramadas por el suelo. Por cierto, el artículo de las 70.000 visitas (70.000, jajaja… 70.000, y yo 450… jaja… ja, ja… ja…) es realmente bueno. Trata sobre la vergonzosa calidad técnica de la película ‘La mula’, recientemente estrenada. Os lo recomiendo, está muy bien escrito.

Y una cosa más: si en el debate de Linkedin hubiera puesto la dirección del blog de Ikram, todas esas visitas habrían sido para ella, y este post lo estaríais leyendo en ‘La inmortalidad del cangrejo’… Reina cangreja, como ya te dije, somos socios en esto… 70.000 visitas… jaja… ja…

11 comentarios sobre “Me siento como una ‘celebrity’

  1. Creo que fuimos uno de esos 300 que leyeron tu artículo…
    Al final lo que importa es que muchas de esas visitas serían de gente que no te conocía, y a unas cuantas les gustarías y a partir de ahora te seguirán. Hay que ir poco a poco, pero llegará un día en el que las 450 sean lo habitual, y te acordarás de cuando escribiste este artículo.
    Un saludo y mucha suerte

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    1. Pues muchas gracias por hacerlo. Es verdad, se han ido dejando ver por ‘la recacha’ nuevos visitantes, que espero que se queden. Algunos se han suscrito. Reconozco que es una sensación muy agradable ver cómo crece esta nuestra comunidad. Saludos!

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  2. jajaja, las cifras resultan apabullantes!! Confieso que he pasado por alguna situación parecida, sobre todo con lo de pensar urgentemente en posts ingeniosos. Es como cuando tocas la guitarra, te sacas una canción medio decente y luego te pones un vídeo de Jimmy Hendrix… que dan ganas de quemar la guitarra… pero no, no hace falta ser Jimmy. Poco a poco, a disfrutar del camino y a seguir compartiendo.

    Y a disfrutar de este subidón, claro que sí.

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    1. ¿Tocas la guitarra? Podrías colgar un vídeo en tu blog, je, je… Sería impagable verte quemando la guitarra, con la cinta en el pelo y los brazos levantados hacia el cielo… jajaja! En cuanto a lo del subidón, me acaban de conceder otro premio (próximamente, el post de rigor) y una amiga bloguera me dice que soy un «super blogger»… ¿Así cómo voy a tener los pies en el suelo? Un abrazo!

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  3. Lo importante de mantener un blog no son las visitas, que por supuesto se agradecen, sino, como bien señalas, el placer de la escritura y la necesidad de expresar opiniones. Lo de la visita luego resulta muy aleatorio: si alguien con buen número de seguidores te cita, si te suben algún post a «Menéame», si aciertas en el título o en el momento adecuado para su publicación, el post en cuestión recibirá muchas más visitas independientemente que a ti te parezca un artículo digno de ser borrado de tu blog.

    No recuerdo cómo llegué a tu blog, pero si reincido en las visitas es porque me gusta leer lo que escribes. Saludos

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    1. Gracias, Juan. Las visitas se agradecen, pero soy consciente de que, como dices, muchas son circunstanciales, así que lo que realmente valoro es haber despertado el interés de un grupo fiel de blogueros (y no blogueros) que va en aumento. Encantado de tenerte por aquí. Un abrazo!

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