Tres años ya desde que personas de todo tipo y condición decidieron decir basta y mostrar su indignación en las plazas de España. El 15M ha sido una de las mejores noticias de los últimos años. Quizás esperábamos más, quizás las cosas no hayan cambiado demasiado, pero el 15M despertó muchas conciencias y significó un toque de atención muy importante al sistema inmovilista en el que vivimos. Tres años después los motivos que nos llevaron a tomar las calles están más vivos que nunca. De nosotros depende pasar a la acción.
Puerta del Sol, Madrid, aquella primavera de 2011. Foto tomada de http://barriodelpilar15m.files.wordpress.com
Hace tres años que las plazas tomaron la palabra.
Palabras como dignidad, democracia, libertad, recuperaron su significado perdido.
Perdido por años de secuestro en boca de los que no sienten.
No sienten ni en sus corazones de piedra ni en sus oídos vendidos.
Vendidos a los cantos de sirena.
Sirenas vestidas con traje y corbata, y maletines vacíos.
Vacíos de nuestra esperanza; llenos de nuestra miseria.
Miseria de la que se alimentan y siempre quieren más.
Más sacrificios, más comprensión, más paciencia, más solidaridad… con sus bolsillos.
Bolsillos sin fondo, vacíos de dignidad.
Dignidad… La de los indignados. Hace tres años tomaron las plazas para golpear nuestras conciencias.
Conciencias dormidas, anestesiadas, necesitadas de memoria.
Memoria de quienes lucharon sin descanso por construir una sociedad más justa.
Justa reivindicación la del 15M.
Hace ya tres años…
Hace tres años…
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A día de hoy, lamentablemente, me temo que los logros más evidentes del 15 M han sido eliminar cualquier resto de complejo de la derecha, criminalizar cualquier tipo de protesta, ascender la represión dictatorial a la categoría de ley o destapar el verdadero compromiso de los medios de comunicación con quienes son dueños de sus deudas.
Y las mareas, casi tantas como sectores sociales.
Y esa izquierda política y sindical incapaz de conectar con la calle.
Este país se muestra como lo que no queremos que sea: un lugar donde la gente elige el circo por encima del pan.
Seguimos en la calle, seguimos en la lucha.
Salud
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Pues aunque parezca contradictorio, me parecen logros no menores. Me explico. El 15M ha obligado a la casta oligárquica a quitarse la careta definitivamente. Evidentemente, si les dejamos hacer, si nos resignamos, habrán vencido, pero no desde luego convencido. En nuestras manos está comportarnos como corderos obedientes o recuperar ese espíritu inconformista para no volverlo a abandonar. Seguimos en la lucha.
Saludos!
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