El apagón

Ayer tuve una idea que me pareció interesante para escribir un relato, con la televisión, la dependencia que tenemos como sociedad respecto a ese aparato, como hilo argumental. Lo acabo de publicar en ‘Salto al reverso’. Es una fábula con mensajes muy evidentes. Espero que os guste.
Lo que también espero es que, en la medida de vuestras posibilidades, contribuyáis a la supervivencia de la revista digital y a hacer posible su publicación en papel. Nos hallamos en plena campaña de crowdfunding, muy lejos aún del objetivo que haría viable el proyecto.
Os pido que le echéis un vistazo al siguiente enlace: https://fondeadora.mx/projects/saltoalreverso, y que si consideráis que ‘Salto al reverso’ merece la pena, aportéis lo que podáis y/o difundáis entre vuestros contactos.
¡Muchas gracias!

BLOG SALTO AL REVERSO

Foto: Benjamín Recacha Foto: Benjamín Recacha

El día que la televisión dejó de emitir, millones de personas no se movieron del sofá ni apagaron el aparato. Esperaban a que volviera la señal. Quedarse sin aquel miembro de la familia —para muchos, el único—, cuya insistente existencia de hecho hacía más llevadera la vida familiar, resultaba del todo inconcebible.

Desde bien temprano las centralitas telefónicas de las principales cadenas quedaron colapsadas, las redes sociales se inundaron de mensajes cargados de indignación o desesperados, pero la mayoría de televidentes se limitó a esperar, presas de la incredulidad y de un nerviosismo creciente.

Nadie sabía qué estaba pasando. Los responsables políticos hacían preguntas, pero los técnicos no tenían respuestas más allá de vagas conjeturas.

Al final de la jornada cientos de personas se concentraron en las plazas de algunas ciudades para protestar. Hubo quien, espoleado por la indignación, llegó a montar alguna tienda de campaña.

De…

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5 comentarios sobre “El apagón

  1. Ojalá sólo fuera la tele, ¿verdad? Lo peor es que ya hay una generación perdida y la siguiente no tiene buena pinta y habrá que esperar a que unos cuantos viejos de generación pasadas dejen que los jóvenes puedan elegir un futuro mejor. Mucho tiene que ver la educación que están recibiendo y esta crisis que lo está jodiendo todo. Ojalá con apagar la tele todo eso pasara. Aunque, tal vez… Desde luego, es el mayor artefacto de abobamiento jamás concebido y muy bien instrumentalizado por nuestro gobierno. El relato me ha gustado, por cierto. 🙂

    Y, oh, lo del proyecto de «Salto al reverso» va un poco justo… No sé si ha sido algo demasiado ambicioso plantear la publicación de las ocho revistas. En fin, a ver si hay suerte. ¡Un abrazo!

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    1. Lo más triste es que la tele tiene todo el potencial para ser el mejor medio educativo y cultural, para contribuir a formar una ciudadanía culta y crítica, pero claro, eso sería en un mundo ideal en el que las sociedades no fueran dirigidas única y exclusivamente por intereses egoístas.
      El relato es una fábula muy simple, pero necesitaba desahogarme de una manera más «artística» que el habitual artículo indignado.
      Lo de ‘Salto al reverso’ es una pena. Yo voy a seguir insistiendo, pero lo veo realmente complicado.
      ¡Un abrazo!

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  2. Sí, Benjamín gracias por compartir. Realmente que es complicado lo de Salto. Imprimir las 8 revistas probablemente fue una apuesta excesiva, pero no quise discriminar y decirles ‘lo siento’ a la mitad de los autores, por ejemplo, si imprimía 4 solamente. En fin, veremos en que para esta cuestión. Gracias por tu apoyo constante. ¡Abrazo!

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