8 de julio de 2016: la duda que no cesa

Escribiendo
El regreso de la inspiración literaria coincide con el calor, así que hay que buscar lugares fresquitos e hidratarse y alimentarse bien…

¡Hola, Toni!

Han pasado casi tres meses de mi última carta y casi dos de tu ‘Odisea ciática’ (espero que estés mucho mejor de la espalda). Aunque hemos ido comunicándonos por las redes sociales y algún email, es demasiado tiempo sin novedades/reflexiones públicas sobre nuestra aventura literaria.

Está siendo un año raro. O al menos es la sensación que yo tengo. No estoy siendo todo lo disciplinado que debería con la rutina escritora. Avanzo a trompicones. Me paso semanas enteras sin apenas crear nada potable y de golpe, como me ocurrió el otro día, me pongo a vomitar palabras, casi 5.500 durante ocho horas de trabajo, para construir un relato para un certamen.

Será que no ha habido tiempo, que me pongo a ello el último día del plazo. Obviamente, hice tarde, así que no lo aceptaron, pero no importa porque lo he aprovechado para otro concurso.

Concurso mediante o no, la buena noticia es que fui capaz de ponerme a escribir con la determinación de no dejarlo hasta acabar, y cumplí con el reto. La segunda buena noticia, creo que directamente relacionada con la primera, es que desde entonces he recuperado la rutina creadora, con lo que he desencallado el proyecto en el que andaba metido, en principio con la pretensión de completarlo a tiempo para presentarlo al concurso de autores indies de Amazon.

Lo de escribir a trompicones es una muy mala idea. Mientras más tiempo deja pasar uno entre una sesión de escritura y la siguiente, más cuesta que el boli traslade al papel algo que valga la pena.

Creo que uno de los factores que ha perjudicado a mi fertilidad literaria es lo demasiado implicado que he estado en la actualidad política. La eterna campaña electoral y la ilusión por un cambio en este país que parece condenado al miedo, al conformismo y a la ignorancia por algún tipo de sortilegio me han ocupado demasiada atención. Desde el 26 de junio esto ha cambiado. Al bajonazo por los resultados electorales se une la necesidad imperiosa de desintoxicación de politiqueo. Estoy tan saturado que desde entonces apenas he escuchado radio y leído prensa (la tele hace años que no la veo). Desde luego, he dimitido definitivamente de lo que llamamos “grandes” medios y prensa tradicional. No tengo la entereza mental suficiente para soportar el veneno que escupen.

En fin, que me encuentro a régimen estricto de pseudoinformación y propaganda. El médico también me ha prohibido que lea o escuche nada que salga de la boca o la pluma de la mayoría de esos individuos que se hacen llamar políticos, pero que a lo que básicamente se dedican es a ejercer el populismo barato (y no me refiero a los “populistas” oficialmente etiquetados por el sistema, que también los tengo bastante atragantados, dicho sea de paso).

Total, que estoy seguro de que la dieta me va a sentar muy bien.

Pero no puedo cargar todo el muerto a mi conciencia político-social. Hay más cosas que me están afectando. No son nuevas. De hecho, en parte son los mismos motivos que me llevaron a iniciar estas cartas a un escritor, hace ya dos años. Y es que por mucho que me repita que esto es un camino muy largo, del que apenas he recorrido un trecho, y que lo más importante es disfrutar del trayecto, las dudas siguen ahí. Tú te referías a ello en tu última carta. Me temo que esa vocecilla insidiosa nos acompañará por siempre, al menos mientras no dejemos de ser escritores entusiastas, con cierto talento, mucho esfuerzo, y muy poca compensación económica.

Me planteo cosas, continuamente. Me hago preguntas, me cuestiono si la autoedición es realmente un camino sensato. Si tanto esfuerzo, tanta inversión de tiempo en lo que no es escribir compensa. Ya ves que son las mismas dudas de siempre.

Seamos realistas: la gente lee poco y, sobre todo, gasta poco dinero en libros. Los libreros hacen malabares para que las cuentas cuadren a final de mes. Si lo pensamos fríamente, la apuesta que yo he hecho es absurdamente pretenciosa o ridículamente ingenua. ¿Quién narices va a ir a una librería a comprar mis libros si apenas ya siquiera se venden los considerados best-sellers?

Sigo en las redes a autores que, como yo, se han lanzado a la autopublicación en papel. Hay casos muy destacables, que, desde luego, cualquiera que tenga la idea de autopublicar debería tener muy en cuenta. Isaac Pachón, por ejemplo. Tiene un libro de relatos, Cosas que escribí mientras se me enfriaba el café, que con un año de vida ha conseguido colocar en un montón de librerías. Tiene casi ocho mil seguidores en Facebook, y no para de idear iniciativas originales para promocionar su obra. Hace poco celebraba con un post el haber alcanzado los mil ejemplares vendidos. Está claro que el tipo es un crack del marketing.

Tuve la oportunidad de conocerlo el año pasado, en Kosmopolis (entonces me pidió consejo, vaya tela…). También es de Badalona, realmente muy majo. Tiene carisma, y eso en las redes sociales ayuda, aunque no es suficiente condición para vender libros, así que el mérito es bestial. No me extrañaría nada que pronto le caiga alguna oferta editorial interesante. De hecho, sería absurdo que no intentaran sacar provecho de un autor con semejante potencial comercial. Aún no he leído el libro, pero lo haré.

Lo que quiero decir con el ejemplo de Isaac es que para asomar la cabeza en este mundo, como de hecho hemos hablado montones de veces, hay que moverse muchísimo. Él está poniendo toda la carne en el asador. Estoy seguro de que dedica un porrón de horas a ir de aquí para allá, a contactar con librerías, periodistas, a idear acciones de promoción, a responder mensajes, emails, a hacer contactos interesantes en Facebook y Twitter… Básicamente es lo que yo hacía cuando publiqué El viaje de Pau. Y creo que conseguí un nivel de “popularidad” bastante notable. Quizás si hubiera insistido en iniciativas tan atractivas como ‘El libro viajero’ y hubiera creado nuevas promociones habría acabado llamando la atención de alguna editorial o agencia literaria. O puede que no. No sé.

Lo que sí tengo claro es que no habría escrito Con la vida a cuestas (que, por cierto, acabo de presentarla a un certamen abierto a obras autoeditadas) ni ahora tendría dos novelas empezadas (una es la que pretendo acabar para el concurso de Amazon, la otra es la policíaca que he dejado en standby hasta tener la cabeza a lo que tengo que tenerla para hacer una revisión exhaustiva y seguir adelante).

Igual habría sido una buena idea. Pensando en el rendimiento a corto plazo, seguro. No sé si Isaac está escribiendo algo nuevo. Le preguntaré. Si la respuesta es que sí, entonces me declararé abiertamente su admirador número uno, porque lo que mi experiencia de estos tres últimos años me dice es que es imposible compaginar la escritura con la promoción, la vida laboral remunerada y la vida familiar. Sobre todo si uno pretende dormir al menos seis horitas diarias.

No me quejo, aunque el tono empleado suene muy cercano a ello. Soy consciente de dónde me he metido y no pretendo dar pena para que alguna alma caritativa me compre un libro. Simplemente me desahogo, que para eso es mi carta. Pongo las ideas en orden, enumero las preocupaciones. En definitiva, soy realista.

Y pienso (ya lo había dicho, ¿no?). Tengo algunas ocurrencias. La verdad es que ponerme a hacer marketing, ahora mismo me produce bastante pereza. Creo que dispongo de buen material para ser un poco plasta. Creo que Memorias de Lázaro Hunter: los caminos del genio es un libro ideal para petarlo en Amazon, por ejemplo. Es una historia mucho mejor trenzada, con unos personajes infinitamente más atractivos que los de La cooperante, por ejemplo, que sí se ha vendido bien.

Pero no me apetece sacrificar el tiempo que le puedo dedicar a la creación para lograr algunas descargas de las novelas que ya tengo publicadas. Si tuviera una mentalidad dirigida a la ambición comercial lo haría, desde luego. O, quién sabe, igual en un par de meses me da por ahí y me pongo como un loco a “spamear” en las redes (no lo creo). Quizás me quemé un poco bastante con El viaje de Pau, y eso que no tengo la sensación de haberme hecho especialmente pesado.

Es complicado. Tú ahora estás a punto de ver cumplido el sueño de publicar con una editorial. Ojalá te vaya muy bien, que se agote la primera edición y apuesten por una segunda; que te ganes un prestigio y tu siguiente obra se la disputen entre varias editoriales; y que acaben haciéndote entrevistas y tus libros copen las listas de los más vendidos. Sería chulo, ¿eh?

Ya sé que tú prefieres no crearte expectativas y que no descruzarás los dedos hasta que veas el libro en los escaparates. Es la actitud adecuada, aunque nunca viene mal mantener un grado extra de ilusión, aun a riesgo de llevarte pequeñas decepciones.

Yo estoy seguro de que vas a hacer carrera.

Últimamente me he planteado si vale la pena autopublicar obras en las que he invertido tantos meses, incluso años. Si no sería mejor probar con editoriales o certámenes literarios (no los que todo el mundo conoce y que más o menos sospechamos que otorgan los premios atendiendo al apellido e intereses comerciales) y, si acaso, ir publicando en las plataformas digitales obras “menores”, más ligeras, tipo La cooperante, que me requieran menos esfuerzo creativo. No sé, ya te digo que en el tema comercial sigo yendo bastante a ciegas.

Ya he comentado que estoy escribiendo una novela con la intención de presentarla al concurso de autores indies. Tú también te lo estabas planteando.

Las posibilidades de quedar entre los finalistas son muy escasas porque el criterio de selección básicamente responde a la popularidad. Ahora bien, por probar no perdemos nada. Eso sí, me voy a tener que dar prisa.

He optado por escribir una historia de ficción basada en una realidad que conozco bien. La he ambientado en el lugar donde vivo. Sólo adelantaré que el tema principal tiene que ver con el maltrato institucional a la escuela pública y que el tono empleado pretende ser bastante ligero. Es una novela coral, con varios personajes que comparten protagonismo y que, como ya sabes que me gusta hacer, nos muestran sus penas y alegrías. Podría decir que utilizo el tema de la escuela como hilo central alrededor del cual orbitan las vidas de los personajes. Sobre todo me centro en los diferentes modelos de familia y en las relaciones personales.

Probablemente no llegue a tiempo para presentarla al concurso, pero en todo caso será una obra más que añadir a las cinco que ya están disponibles en el inabarcable universo editorial (incluyendo la que compartimos, Cartas a un escritor. ¿Cómo se escribe un best-seller?). Ya veré qué hago con ella.

Me está quedando una carta bastante gris, y tampoco sería justo resumir esta primera mitad de año en sólo dudas y escepticismo. Me han pasado cosas buenas, de hecho, de las mejores desde que empecé. La próxima participación en el III Congreso de la Asociación de Escritores Noveles es una. La otra, la sorprendente e impagable experiencia junto a los estudiantes del Colegio 723 Puerto Argentino, de la que hablé extensamente en un post anterior.

Entrevista Colegio 723
Contestando (con mucho calor) a las preguntas de los alumnos de 4º del Colegio 723 de Comodoro Rivadavia.

Hace un par de semanas Viviana y Teresita, las profesoras responsables del proyecto, me enviaron la larga e interesante entrevista que han preparado sus alumnos, acompañada de una grabación en vídeo en el Cine Teatro Español de Comodoro Rivadavia (Patagonia). Ya la he respondido. Es la entrevista más larga que me han hecho hasta ahora, más de cuatro mil palabras. Se nota que han trabajado las preguntas, que se han informado sobre mi trayectoria, y me gusta que no sólo pregunten por mis libros, sino que también se interesen por la situación política del país. Es remarcable, por ejemplo, que me pidan opinión sobre el proceso independentista que estamos viviendo en Catalunya.

Ahora grabaré mis respuestas también en vídeo y cuando el proceso haya concluido espero publicarlo todo en el blog. Reitero que, probablemente, se trata de la experiencia más gratificante que he vivido gracias a mi aventura literaria. Si no hubiera apostado por la autopublicación, me la habría perdido, y te aseguro que la ilusión y el agradecimiento que me están mostrando esos buenos amigos argentinos compensan todas las dudas.

Además, gracias a ellos es muy probable que ponga en marcha una nueva vía de comunicación/promoción que hasta ahora tenía bastante olvidada: los podcasts. Llevo tiempo dándole vueltas a la idea de subir audiorrelatos a mi canal de ivoox. Los chicos del Colegio 723 me han animado a ponerme a ello al pedirme si les podía enviar la locución en catalán de un fragmento de ‘La nena del roure’ (el cuento que me premiaron en Sant Jordi en Caldes de Montbui). Total, que lo he grabado entero. Tengo que editarlo un poco, ponerle una banda sonora de fondo adecuada, y subirlo. Ya informaré.

Seguro que tengo más cosas que contarte, pero por hoy lo voy a dejar aquí. A ver si muy pronto tenemos la oportunidad de charlar largamente en persona acompañados de unas cervezas bien fresquitas. Espero que cuando vengas a Barcelona también traigas la compañía de algunos ejemplares de tu Autotomía recién salidos del horno.

¡Un abrazo!

10 comentarios sobre “8 de julio de 2016: la duda que no cesa

  1. Hola, Benjamín.

    Me gustan este tipo de entradas tuyas porque reflejas de una forma muy cercana tus logros y tus preocupaciones (y éstas últimas son muy similares a las que tenemos otros escritores independientes). Sin embargo, pese a tu dudas debes estar orgulloso de todo lo que has conseguido hasta ahora. Se nota que te has movido mucho, que como bien dices, es fundamental para que un escritor autoeditado se dé a conocer. Pero es verdad que hagas lo que hagas, parece que nunca es suficiente y además corres el peligro de acabar pareciendo un pesado (esto último es algo que a mí se me ha pasado bastante por la cabeza y últimamente ya no me apetece insistirle más a la gente con mi novela… ). Mucho ánimo con tu carrera literaria. En mi humilde opinión creo que vas por muy buen camino. Por cierto, me gustaría preguntarte qué novela de las tuyas me recomiendas que lea (me gusta fundamentalmente la novela realista e intimista y también la histórica).

    Un abrazo,

    Mayte

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    1. Muchas gracias, Mayte. Eres muy amable. En realidad estoy muy orgulloso de todo lo logrado hasta ahora, pero no me conformo. Probablemente la autopublicación era la mejor opción posible, y creo que acerté con la apuesta. Desde luego, en estos tres años he aprendido muchísimo, sobre mí, tanto a nivel creativo como de capacidad para moverme, y he conocido a cantidad de gente estupenda. Pero quiero más, quiero dar el salto al «siguiente nivel», y me asaltan las dudas sobre cómo conseguirlo. Lo que es seguro es que no me voy a rendir. 😉
      Respecto a mis novelas, creo que tanto ‘El viaje de Pau’ como ‘Con la vida a cuestas’ responden bastante a los géneros que mencionas. La segunda es más intimista, en el sentido de que la personalidad de los personajes, sus dilemas, recuerdos y deseos conforman el eje central de la trama. El ingrediente histórico lo encontrarás en la primera.
      Si al final te decides por alguna de las dos, me encantará conocer tus impresiones.
      ¡Un abrazo!

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  2. Esta mañana me he puesto a contestarte y me ha salido un «cartón» de más de 3700 palabras. Quería editarlo, pero he pensado colgarlo en dos partes. No sé si te quito las dudas, te meto más, o simplemente es un desahogo compartido. La clave en todo esto sigue siendo la perseverancia, la autocrítica, las ganas y la capacidad por seguir aprendiendo y mejorando, y la suerte, sí. La suerte también es muy importante. Bueno, te digo muchas cosas en esa carta, supongo que muchas aburridas, pero esta mañana me he levantado muy temprano y era el momento perfecto para ponerme a ello. ¡Un abrazo! Y… ¡felicidades! 🙂

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    1. ¡Jajaja! Cuando te pones no sabes parar, ¿eh? La(s) leeré con atención. Los desahogos compartidos ayudan.
      Igual en próximas cartas tenemos novedades interesantes que contar sobre experiencias emprendedoras compartidas. Habrá material extra para desahogarse… ¡Jajaja!
      ¡Un abrazo y gracias!

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  3. Reblogueó esto en Autotomía relatosy comentado:
    Benjamín me habla de las dudas que todo escritor tiene alguna vez, y más si se es un escritor independiente. También de las buenas cosas que le han pasado y le siguen pasado y de las novelas que se trae entre manos. Mi carta de respuesta ya está escrita y me ha salido muuuuy larga.

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  4. Hola, Benjamín. Tienes mucha razón en todo lo que planteas. Es normal tener etapas más optimistas y otras menos optimistas, te lo comento desde el punto de vista psicológico. Llora, ríe y grita cuando se te antoje que eso es parte de estar vivo. Lo que me mencionas que le sucede a Isaac Pachón también podría ocurrir con alguna de tus novelas. Es cuestión de encontrar el camino y eso sólo depende de ti. Si te contara (que no lo haré por ética), como algunos de mis pacientes se han empoderado y vencido temores y dudas, te sorprenderías. Incluso me han sorprendido a mí que ya tenía expectativas elevadas de la recuperación de estos. Trabajo mucho con lo vocacional y profesional. He visto a personas alcanzar las metas después de haber dudado bastante. Es algo completamente normal. Yo dudo más de lo que debería y eso me hace ponerme las pilas y actuar. Que las emociones negativas nos sirven mucho. Sirven también de alerta para reorientar nuestro camino. Esas te hicieron ponerte las pilas para escribir las 5500 en 8 horas. A mí me pasa que cuando tengo ganas de escribir a veces no viene la musa y cuando estoy más ocupada (en mi empleo, familia, etc), se me ocurren un montón de ideas y las anoto rapidito para revisarlas más tarde. Que también nos autosaboteamos y lo hacemos inconscientemente. Lo que has logrado, como bien dices, es muy bueno. Si te sirve te digo, que la carrera de varios escritores independientes entre ellos tú me hicieron decidirme a autopublicar mi novela Herederos del mundo y la verdad creo que me ha ido mejor de lo que esperaba sobre todo en amazon mx y .com. En España como no tengo tanta red social me está costando más. Lo que veo que hacen casi todos los autores indie con más trayectoria en Amazon, etc., son los grupos de Facebook y yo creo que funcionan. Unámonos algunos autores indie y hagamos nuestro grupo. Yo me apunto, quien más quiere? Un abrazo.

    P.D. Me refiero a algo similar a lo que hacen muchos youtubers y booktubers que se apoyan los unos a los otros y junten suben como la espuma.

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    1. Muchas gracias, Mile, por tus palabras. ¿Qué sería de nosotros si no dudáramos? Hay que ser muy pretencioso para creer que siempre escogemos la mejor opción. Ahora bien, dudar no significa renegar de lo hecho. Yo no lo hago, estoy muy satisfecho de mi trayectoria, pero el horizonte es tan amplio, hay tantas posibilidades, que es normal plantearse el camino.
      El ejemplo de Isaac lo pongo para ilustrar el sacrificio que supone el ir por libre. Hay que volcarse en un objetivo, y si lo haces bien acabará compensando, pero el sacrificio se encuentra en prácticamente tener que renunciar a crear nuevas obras a corto-medio plazo. Sinceramente, creo que él lo está haciendo muy bien.
      En cuanto a los grupos, no sé hasta qué punto pueden llegar a ser contraproducentes. Como apoyo está bien, pero tengo la impresión de que a menudo acaban convirtiéndose en algo endogámico. Al fin y al cabo, la visibilidad hay que conseguirla entre los lectores potenciales, no entre otros autores.
      En cualquier caso, el apoyo en redes sociales entre personas creativas siempre es algo positivo, desde luego.
      Un abrazo, Mile, y mucha suerte con tu novela. Le echaré un ojo.

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