‘Legado en los huesos’, al estante de los imprescindibles

Legado en los huesos - Dolores Redondo

¿Qué es una buena novela? En mi opinión la respuesta es obvia: la que cumpla con el objetivo para el que fue escrita, es decir, entretener. La literatura es una actividad artística cuya función es proporcionar placer intelectual, así que aquella obra que lo consigue es para sus lectores una buena novela.

Probablemente los militantes de la ortodoxia literaria considerarán que se trata de una respuesta muy pobre, que hay que tener en cuenta otros muchos aspectos, pero yo creo cada vez menos en quienes desde una pretendida superioridad intelectual se arrogan la capacidad en exclusiva de dictaminar qué es bueno y qué, una basura. El arte gusta o no gusta, y lo que a mí me parece una bazofia a otro le puede entusiasmar. Yo no soy nadie para decirle que se equivoca.

“Y toda esta introducción teórica ¿para qué? ¿Adónde quieres llegar, Benjamín?” Es verdad, tiendo a enrollarme. El caso es que hace unos días terminé de leer Legado en los huesos (editorial Destino), de Dolores Redondo, segunda entrega de la trilogía del Baztán. De la primera, El guardián invisible, ya escribí entusiasmado el verano pasado.

Me ha durado demasiado poco, porque es de esas novelas que te obligan a leer a todas horas; te atrapa desde la primera línea, trasladándote a un escenario que, pese a lo terrible de la historia que se desarrolla en él, tiene la fuerza de las obras inolvidables.

La autora domina el ritmo narrativo de una forma envidiable y consigue algo con lo que sueña cualquier escritor: que todos los personajes sean interesantes. El ritmo narrativo, unos personajes que cuentan con vida propia y la capacidad de integrar el paisaje en la trama hasta el punto que se convierte en un personaje más, una presencia constante, fascinante y terrible a la vez.

La decisión de localizar la trama en el navarro Valle del Baztán, concretamente en su capital, Elizondo y en los bosques milenarios de su entorno, es un gran acierto. También lo es que toda la trama se desarrolle durante los meses de invierno, cuando la lluvia y el frío son ingredientes permanentes que van como anillo al dedo a una trama policial con buenas dosis de thriller psicológico y un aderezo con tintes mágico-mitológicos que contribuyen a incrementar el interés y dotan al conjunto de originalidad y una gran personalidad.

La protagonista, la inspectora de homicidios Amaia Salazar, es un personaje redondo con el que nos identificamos enseguida. No porque sea una superpolicía, sino sobre todo porque es una persona corriente, muy fuerte (hay que serlo para convivir con la muerte a diario) pero que sufre y que nos hace sufrir. Amaia lucha contra terribles fantasmas del pasado que vamos descubriendo al mismo ritmo que ella, provocándonos que en más de una ocasión tengamos que contener la respiración.

Es este hilo argumental el que une los tres volúmenes de la trilogía y lo que da sentido a la decisión de explicar la historia completa en tres partes (la publicación de la tercera, Ofrenda a la tormenta, está prevista para final de año).

La trama policial está igualmente muy bien hilvanada, manteniendo la incertidumbre hasta el final.

No sé si Legado en los huesos reúne las características necesarias para ser considerada una gran novela según el criterio de la ortodoxia literaria. Lo que sí sé es que a mí me ha parecido extraordinaria, me ha transmitido las mismas maravillosas sensaciones que los libros que ocupan mi particular estantería de imprescindibles.

20 comentarios sobre “‘Legado en los huesos’, al estante de los imprescindibles

  1. Me parece que tienes toda la razón del mundo: un libro gusta o no gusta y eso hace que sea bueno o no para quien lo lee. No hay mucho más que decir. Yo me he encontrado cosas que se han considerado grandes obras y que he sido incapaz de leer, pero porque no iban dirigidas a mis gustos como lector, yo no era el target de esas obras, pero han cumplido su cometido y fueron leídas por muchos (y estoy pensando en «50 sombras…»). Por eso me cuido de hablar de lo que me gusta y sobre lo que no, de hacerlo con reservas o no hacerlo. Sobre gustos… Y menos mal, por cierto.

    La semana que viene carta al canto.

    ¡Un abrazo!

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    1. Cuando uno escribe y se da cuenta, por tanto, de lo difícil que es, por ejemplo, crear una novela, carece de sentido criticar lo que hacen otros. Coincido plenamente contigo. Probablemente nunca lea ’50 sombras…’, pero si a tantísima gente le ha gustado es imposible que sea una obra mala. Por fuerza tiene que estar bien escrita, porque los lectores no son masocas. No puede haber millones de ellos que la hayan acabado y finjan haberla disfrutado.
      Espero esa carta.
      ¡Un abrazo!

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      1. Desde luego cuesta mucho escribir, vaya que sí…. 🙂 Alguna vez he dicho que de joven me negaba a dejar algo que estuviera leyendo porque no me gustara. Resptaba mucho al autor y creía que el problema estaba en mí. Y sigo pensándolo. La mayor parte de las obras que consiguen publicarse tienen su público; y a veces fracasan o porque no han conseguido encontrar a ese público, porque es pequeño, por falta de promoción o por lo que sea.

        Yo voy a darle una oportunidad a Dolores Redondo por tu fabulosa valoración. Tengo muchas ganas de encontrar una obra en la que me sumerja de verdad. Pero si la termino abandonando, te diré lo del principio: el problema ha sido mío. No te diré que es una caca, ni mucho menos. Además, necesitamos nuevos escritores de éxito a los que tener como referencia quienes comenzamos. Eso es muy bueno. ¡Un abrazo!

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    1. Me pasó con ‘El guardián invisible’ y ahora ésta me ha enganchado aún más. En mi opinión el mayor acierto de la autora es haber creado un universo narrativo que va mucho más allá de la novela de género. No es «sólo» novela negra. ¡Un abrazo!

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  2. De gustos y colores no han escrito los autores. ¿O algo así? jejeje
    Un libro gusta o no gusta. Totalmente de acuerdo contigo.

    Tengo el libro «El legado de los huesos», pero por alguna razón no he tenido el tiempo de leerlo. Ahora que leo tu comentario me entraron las ganas… A leer se ha dicho. 😉
    Un fuerte abrazo.

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  3. Estoy totalmente de acuerdo contigo, Benjamín, en la crítica de «Legado en los huesos» y en que una buena novela es la que hace disfrutar a cada lector.
    Me encanta saber que a ti, el paisaje, te ha parecido también, una parte importantísima de la historia. Para mí, la lluvia en el Valle del Baztán, ha conseguido ser un personaje más de los principales, gracias a la maestría de Dolores Redondo.
    Yo también escribí un comentario en el blog en diciembre pasado cuando lo leí. Te dejo el enlace por si te apetece echarle un vistazo.
    Ya te lo he dicho antes, pero lo repito. Tu blog me encanta, me superencanta 🙂
    http://lalibreriadechelo.wordpress.com/2013/12/16/legado-en-los-huesos/

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    1. Muchísimas gracias, Chelo. Me encanta que te superencante, jeje.
      Ya he leído tu reseña y te he dejado un comentario. En cuanto a lo que comentas de la lluvia, tienes toda la razón. Al principio no le das mucha importancia, pero cuando has leído los dos libros te das cuenta de que esa lluvia pertinaz, el frío, la oscuridad han acabado calándote hasta los huesos. Es una gran escritora.
      ¡Un abrazo!

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      1. Sí que lo es!
        Cuando leí los dos libros de la trilogía del Baztán, supe que en 2009 escribió su primera novela «Los privilegios del ángel» y no pude resistir la tentación de buscarla, encontrarla y leerla. Bien, pues ya me pareció una buena escritora en esa primera novela.
        Como hoy estoy un poco plastita, te dejo el enlace con mi comentario 😀
        http://lalibreriadechelo.wordpress.com/2014/06/10/los-privilegios-del-angel/

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