El presidente que demostraba honradez intelectual

 

José Mujica no debería ser un presidente tan extraordinario. Me refiero al sentido literal de la palabra: fuera de lo común. La austeridad (no, que odia la palabra porque la hemos prostituido en Europa, y es cierto) sobriedad con la que vive el máximo mandatario de Uruguay no tendría que pasar de la mera anécdota, aunque se hayan hecho eco de ello los principales medios del planeta. “La culpa es de los otros presidentes, no mía. Raro es como viven ellos. La mayor parte de la gente que compone las naciones no vive como viven los presidentes. Los presidentes entran a vivir como viven la minoría de los países”.

La comparación resulta ridícula, basta pensar en la pompa y solemnidad con que se manejan los cargos políticos que conocemos. Educación y respeto mal entendidos, quizás también pervertidos. “Las repúblicas vinieron para suscribir un concepto: nadie es más que nadie. Como una respuesta al feudalismo y a las monarquías absolutas. Aquéllos con los bucles empolvados y la alfombra roja, y los vasallos que tocaban la trompeta cuando el señor salía de cacería”, recuerda Mujica. “A los presidentes los tratan de meter en un sistema parecido a como vive la minoría poderosa. Y es bueno vivir como se piensa; de lo contrario, pensarás como vives”. Indiscutible.

Digo que tendría que ser anecdótico porque lo verdaderamente importante, lo que deslumbra y alimenta el cerebro del espectador, es su discurso. Anoche quedé maravillado como no recuerdo ante una entrevista, la que concedió a Jordi Évole para ‘Salvados’. Si rebusco en la memoria se me vienen a la mente José Luis Sampedro y el filósofo Emilio Lledó, otros sabios a los que todo el mundo debería escuchar con atención. Pero José Mujica es presidente de un país. Un político. Julio Anguita sería lo más parecido que se me ocurre en España.

Sorprende que un presidente hable tan claro, que se comporte como una persona normal charlando con su interlocutor, sin tener que preparar papeles, sin evitar temas delicados, sin sentirse atacado, sin recurrir a evasivas ni balbuceos. Simplemente mostrándose como es: un ser humano con ideas y convicciones, que admite errores y fracasos, que no esconde sus sueños. Así somos las personas, la mayoría de ellas por lo menos y, por tanto, ¿por qué los políticos deberían ser diferentes? ¿Por qué tienen tanto miedo a la sinceridad? “El primer requisito en la política es la honradez intelectual. Si no existe honradez intelectual, todo lo demás es inútil. Porque a la larga no hay mejor lenguaje que la verdad, lo que las cosas son. Y si es fracaso, es fracaso, hay que asumirlo”. Reconocer y asumir el fracaso. Lo dice el presidente de un país, con naturalidad, sin afectación, sin eufemismos.

La política es la herramienta de la que nos hemos dotado los humanos para resolver los conflictos de la sociedad y garantizar la convivencia. El problema es que la vieja Europa ha vaciado el concepto de contenido. “Europa tiene la pasión de haber sido y ya no ser; de haber sido un epicentro de la civilización y tener la tragedia de percibir que se le está escapando”, resume Mujica.

Los políticos europeos, los que tienen poder, no ven en la política el medio para resolver los problemas comunes, sino para garantizar los privilegios de las élites. La política es con demasiada frecuencia el camino elegido por los avariciosos, de modo que aquella Europa impulsora de la protección de los derechos humanos (después de haberlos masacrado durante siglos, claro) ahora lo único que protege son los derechos del capital, de quienes acumulan riqueza material sin la más mínima conciencia social.

Escuchar a José Mujica, sin embargo, le devuelve a uno la esperanza en el ser humano, en que otro mundo es posible y, aunque difícil, depende de nosotros iniciar el cambio.

Ya lo conocía. Había leído y escuchado declaraciones anteriores, como el famoso discurso ante la Asamblea de las Naciones Unidas, en septiembre de 2013, pero no había visto una entrevista tan auténtica como la de ‘Salvados’.

 

No quiero idealizar a Mujica porque reitero que su principal mérito es mantenerse fiel a unas ideas y no dejarse deslumbrar por el poder, pero su discurso en este mundo tan deshumanizado, donde reivindicar justicia universal y bondad suena tan naïf, es aire fresco.

En Europa el papel que deberían cumplir los gobernantes lo ha asumido en buena parte la sociedad civil. Ante la apatía (por ser suave) institucional los movimientos ciudadanos han tomado las riendas, y discursos como el de Mujica se perciben entre las élites como amenazas populistas. Demasiados privilegios en peligro…

Homo Cañetus
Homo Cañetus en plena demostración de superioridad intelectual.

Aquí quedamos aturdidos por la #SuperioridadIntelectual del #HomoCañetus de turno. Los políticos se han convertido en caricaturas de sí mismos, en seres mediocres, incapaces de defender discurso alguno porque carecen de convicción y de ideas propias. No todos, por supuesto, pero me cuesta mucho mirar a los ojos de nuestros representantes y encontrar la sinceridad, la serenidad de quien está en paz con su pasado, aunque le haya deparado episodios terribles (como 15 años encarcelado, la mayor parte de ellos en condiciones infrahumanas), y tiene la conciencia tranquila. Lo mejor, en cualquier caso, es comprobar que un hombre de 79 años (los cumple hoy, ¡felicidades, compañero!) conserva la chispa, la esperanza en las nuevas generaciones y las ganas de seguir luchando por un mundo mejor.

Si podéis ved la entrevista. Debería ser obligatoria para cualquiera que piense dedicarse a la política, para que hiciera examen de conciencia y se preguntase sinceramente si tiene honradez intelectual. Utópico, lo sé.

Para acabar os dejo una de las primeras reflexiones que le regala a Jordi Évole, toda una declaración de intenciones y de filosofía de vida. La felicidad, y no la austeridad, el crecimiento o la reducción del déficit, como objetivo político. Inaudito, ¿verdad?

“Cuando tú compras algo, no te equivoques, el instrumento es la plata con la que tú estás comprando, pero en realidad estás comprando con el tiempo de tu vida que tuviste que gastar para tener esa plata. Quiere decir que cuando tú gastas en el fondo lo que estás gastando es tiempo de vida que se te fue. Cuando yo te planteo la sobriedad como una manera de vivir, lo que te planteo es la sobriedad para tener más tiempo, la mayor cantidad de tiempo posible para vivir la vida de acuerdo a las cosas que a ti te motivan, que no necesariamente son las del trabajo”.

21 comentarios sobre “El presidente que demostraba honradez intelectual

  1. Sigo cada domingo a Jordi Evolé en Salvados y he tenido la mala suerte que este domingo he tenido que trabajar y llegue cuando ya se había terminado, tengo muchas ganas de ver el de este domingo pasado intentare verlo hoy, ayer no pude. Con tus palabras aún me has dejado con más ganas de no perdermelo. Si todos fueran tan íntegros como José Mujica, el mundo sería mucho más rico y equitativo.
    Excelente entrada
    Un abrazo
    Cristina

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  2. Vi la entrevista y me gustó mucho porque nos mostró a un ser humano como pocos quedan ya.
    Como bien dices, personas como José Múgica deberían ser lo habitual y no lo sorprendente o lo inusual. La política en nuestro país está tan podrida que esperar que de ésta surjan personas íntegras, sinceras y coherentes como Múgica es una utopía. Aquí se concibe la política como un medio para trepar y forrarse.
    El cambio pasará porque tomemos conciencia de que los políticos no nos van a sacar del atolladero en el que nos han metido ellos mismos con sus decisiones al servicio del sistema financiero y de esa minoría pudiente, codiciosa, egoísta e insaciable que en realidad gobierna el mundo.

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  3. La sociedad en general está instalada en una falacia de oropeles y consumo, rodeada de circo con muy escaso pan, aspirando más a mostrar las formas que la sustancia, y la élite política y financiera lo sabe. El marketing político funciona en una sociedad que espera a que le digan lo que ha de hacer en las más recónditas situaciones que se le plantean. No hay más que ver al poder (Ana Botella, Florentino Pérez e Ignacio González) buscando desesperadamente la foto mediática en la final de la euroliga de baloncesto que perdió el Real Madrid. Son los políticos de polichinela que vota la gente mayoritariamente en este país, nada que ver con unas neuronas independientes y gratificantes como las de Pepe Mújica. Echa un vistazo: http://www.eldescodificador.com/2014/05/19/gafes/

    Salud

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    1. Vi el partido (por etb vía internet) y los planos televisivos recurrentes de los inefables. De vergüenza ajena, aunque a ellos les da igual, han demostrado sobradamente que carecen de ella y que lo que realmente les motiva es aquello de «ande yo caliente y ríase la gente», sí, la misma que les paga una bonita estancia en Milán y que les pagará la escapadita a Lisboa este próximo fin de semana. Igualito que Mujica, pero vamos, que para ellos el uruguayo es una criatura de circo. Saludos.

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  4. La entrevista estuvo bien pero más por el personaje de Mujica que por Evole. En este caso, las preguntas eran un poco blanditas y quedaron muchos temas interesantes en el tintero como su conflictiva relación con Brasil y Argentina, el tema medioambiental y la cuestión del paraíso fiscal..son temas importantes e interesantes.
    Igual , rescato la entrevista porque Mujica es un hombre que engrandece cualquier pregunta. Tiene buena prosa y se nota.
    En cuanto a Evole creo que le salen mejor los programas dedicados a España que cuando sale al extranjero, lo cual es perfectamente comprensible: conoce mejor su medio que lo que le es ajeno. ¡Un saludo!

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    1. Tienes razón, Évole no fue ningún azote para el entrevistado, pero tengo la sensación de que en cualquier entrevista que le hagan Mujica siempre va a salir airoso, porque va con la verdad por delante. Para mí el mérito de Évole fue mostrar al presidente sin aditivos, al natural. Es evidente que congenia con su ideología (como yo), pero no fue necesario ni siquiera aplicarle jabón. Ese hombre no tiene nada que esconder. Fíjate que estamos de acuerdo en que Jordi no fue un entrevistador molesto, pero imagínate a cualquier otro dirigente político, el que quieras, reaccionando ante preguntas como si había fracasado por no conseguir aplicar su programa electoral.
      Un abrazo!

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  5. Hola, Benjamín. Estoy muy de acuerdo contigo: una pena que sea anécdota, que llame tanto nuestra atención, lo que debiera ser normal, lo que no debiéramos consentir que fuera de otra manera. Estamos tan acostumbrados a la mediocridad imperante, que es difícil no idealizar (yo intento no hacerlo) a una persona que demuestra un nivel de coherencia tan alto y un discurso tan bien hilado, a pesar de su edad. Lo que más me gustó es cómo reconoció que los duros años vividos en la cárcel (sometido a torturas y vejaciones) lo convirtieron en la persona que hoy es; cómo nos hizo reflexionar que hasta del sufrimiento más injusto y cruel, el ser humano puede sacar una lección positiva y aprender; cómo hizo un llamamiento a que no nos derrumbemos ante los reveses de la vida, porque esta tiene mucho valor y siempre hay que defenderla y luchar por seguir… Como dices, en esta entrevista vi a un hombre que seguramente tenga sus lados oscuros (¡quién no!), pero que se nos mostró como tal, sin ese trozo de trapo inútil (y me refiero a una corbata metafórica) con la que por aquí se disfrazan los que nos gobiernan y los que aspiran a ello. ¡Un saludo!

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    1. Tienes toda la razón, esa reflexión fue brutal. Un hombre al que le robaron más de una década de su vida y que, sin embargo, tuvo la entereza para salir reforzado en sus convicciones. Es admirable, toda una lección de vida que, lamentablemente, muchos son incapaces de apreciar. Son los mismos que, por ejemplo, acudieron al funeral de Mandela porque «tocaba».
      Sacar lecciones positivas de los golpes más duros… Eso me recuerda a tus relatos… 😉
      Un abrazo!

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  6. Vi la entrevista y me pareció muy interesante.
    Parece mentira que nos parezca sorprendente que exista UN político tan peculiar, y digo UN y PECULIAR, cuando debería ser´la forma de vida y pensamiento de todos los dirigentes políticos.
    Ya conocía un poco por encima la filosofía de pensamiento de José Mújica, pero no tanto como después de ver la entrevista, de la que me quedó grabada una de sus frases “El primer requisito en la política es la honradez intelectual. Si no existe honradez intelectual, todo lo demás es inútil». Bien pues creo que los políticos actuales no saben ni lo que es éso.
    Me ha gustado mucho el texto que le has dedicado. Es una especie de homenaje a un hombre íntegro.
    Besos y versos.

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  7. Ojalá, ojalá hubiera más políticos así en este país.. Ojalá hubiera más inlectualidad, contra la ilógica de aquellos que mandan actualmente. Ojalá hubiera más sensatez ante un cambio, ojalá hubiera más corazón y empatía. Ojalá hubiera más democracia y justicia. Pero aquí, lo único que hay es chorizo.

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