Salga el sol por Antequera

Vista de Antequera
Vista panorámica de Antequera.   Foto: Toni Cifuentes

El libro viajero está en la provincia de Málaga, concretamente en el municipio de Antequera, disfrutando de la hospitalidad de Toni Cifuentes, amigo de Badalona emigrante en el sur de quien ya os he hablado en varias ocasiones, pues, como yo, trata de hacerse hueco en el mundo de la literatura (es gracias a ello que lo conocí). Si todo fuera cuestión de talento no tengo duda de que él ya sería un escritor reconocido. Autotomía y El jardín de Marta son sus dos obras publicadas hasta ahora, sobre las cuales ya os he hablado (muy bien) y que vuelvo a recomendar. Por si os quedan dudas sobre su capacidad narrativa, ahí va este inmejorable paseo por Antequera…

Antequera es para verla de lejos, para subir caminando hasta alguna de sus colinas y asomarse a ella. El cerro de la Cruz es uno de los lugares más altos, visible desde cualquier lugar de la ciudad pero infrecuentado y desconocido por los turistas. Desnudo de casas, con un depósito de agua a sus pies, tiene una ermita en rehabilitación. El lugar permite a poniente ver el trazado de tejados salpicado de espadañas, la alcazaba y, al fondo, las estribaciones de la Sierra de El Torcal; a levante, la vega, roturada por huertas, enquistada de granjas, fincas y fábricas. Emergiendo de la tierra llana, en el horizonte, La Peña de Los Enamorados con su leyenda medieval del cristiano que huye con su enamorada musulmana y por miedo a que los ajusticien se lanzan abrazados desde lo más alto de la roca.

Antequera - Vista de la vega
Vista de la Vega desde la ermita de la Vera Cruz.   Foto: Toni Cifuentes

El mirador de la Colegiata de Santa María es otro lugar desde el que observar la ciudad. Merece la pena rodear la misma Colegiata y contemplar los restos de las termas romanas, de cuya época la ciudad está cargada de vestigios. El yacimiento está en espera de una (incierta) adecuación. Sobre los restos de las termas sorprende ver los pilares del deambulatorio del primer proyecto de la misma Santa María y que probablemente por una mala planificación se abandonó dejando la piedra caliza tallada y desnuda para la posteridad. Desde la plaza dedicada al poeta Pedro Espinosa se puede entrar a la misma alcazaba, el bastión conquistado a los nazarís por el infante don Fernando en 1410. Fue aquí donde supuestamente dijo aquella famosa frase: “Salga el sol por Antequera y póngase por donde quiera” antes de la batalla que decidiría el destino de la ciudad.

Antequera - Colegiata de Santa María
Colegiata de Santa María.   Foto: Toni Cifuentes

Una estatua a los pies de la muralla, entre las ruinas de una torre alquería y una de las entradas principales a la vieja Antaqira, recuerda a las familias musulmanas expulsadas de sus hogares y tierras y que marcharon a Granada donde fundaron el barrio de la Antequeruela.

Antequera - Estatua expulsados y muralla
La muralla de Antaqira y la estatua a los musulmanes expulsados.   Foto: Toni Cifuentes

Pegados en lo alto de la muy reformada muralla, podemos descansar un poco y entretenernos en contar las torres y espadañas que se divisan por encima de las casas y edificios. Se dice que Antequera tiene treinta y tres iglesias. Treinta y tres. Pero es curioso que todavía no haya un consenso al respecto. Seguro que tiene más de veinticinco (las he contado) y en el pasado es seguro que tuvo incluso más. Una de las más interesantes, casi de obligada visita aunque se haya de pagar 2 euros, es la iglesia del Carmen, que da su nombre al pequeño barrio en que se encuentra. Su retablo barroco, importantísimo, está declarado Bien de Interés Cultural desde 1976. A falta de fotografía (no me dejaban), si alguna vez os pasáis por esta ciudad, tendréis que entrar para verlo y seguro que no os decepciona.

Antequera - Iglesia del Carmen
Iglesia del Carmen.   Foto: Toni Cifuentes

Muchas iglesias no tienen culto y las que lo tienen no llenan. Pero hay cofradías y ambientillo religioso en Semana Santa. Se cortan muchas calles, no hay quien aparque cerca de casa y el tambor y la trompeta resuenan a cada rato. Las tallas son bonitas y los tronos bien grandes y cuidados. Huele a cera y a incienso y se sabe si ha pasado una procesión porque las ruedas de los coches chirrían. Algo curioso en estas fechas es “Correr la Vega”. Por la calle del Viento, estrecha, empedrada, resbaladiza y empinada, la cofradía del Socorro sube la calle a toda velocidad con el Santo Cristo o con alguna que otra Virgen a las espaldas. En la cuesta de la Paz, hace lo propio la cofradía del mismo nombre. Son «la de Arriba» y «la de Abajo» del Viernes Santo. También lo hacen el Jueves Santo la hermandad del Consuelo por la Cruz Blanca, y la de los Dolores por la cuesta de Archidona, que son de asfalto y menos empinadas. El evento atrae a turistas y en el pasado se dice que era un paseo para asomar a la Virgen y al Cristo a los campos fértiles y de esta forma bendecirlos. Quiero imaginar que antes se pasaba miedo, se temía por la vida de los hermanacos, aunque ahora solamente se les vea sudar un poco y ya está. No soy muy devoto. No se me puede pedir más al respecto.

Curiosidad es que Antequera tendrá muy pronto dos estaciones de AVE. Antequera siempre se ha dicho que es el centro de Andalucía. Y lo es, más o menos, lo mismo que puede serlo Archidona, Campillos o el Valle de Abdalajís, pueblos y anejos cercanos. Pero aquí el alcalde ha sido el primero en poner un borroncho de mármol en el lugar donde supuestamente se cruzan las líneas invisibles que otorgan esa grandeza: la de ser ciudad en el justo centro de Andalucía. En su día, nuestro alcalde dijo que aquí vendría gente a hacerse fotos, pero yo veo que pasan sin darse ni cuenta y los perros se mean igual que si fuera un árbol. Por eso se supone que tenemos dos estaciones de AVE: una en el quinto pino, en una barriada llamada Santa Anta, como a media hora en coche de la ciudad (para el tren que viene de Málaga y sube hasta Madrid), y otra que pondrán donde la antigua estación de tren y que irá de este a oeste. El progreso lo llaman, pero aquí nadie recuerda lo que era un tren de cercanías.

Antequera - Centro de Andalucía
Dicen que Antequera es el centro de Andalucía.   Foto: Toni Cifuentes

Antequera es para verla de lejos, pero si te quieres meter por las calles hay que ir al Coso Viejo donde se encuentra una estatua del infante Don Fernando y se puede visitar el Museo Municipal, con salas desde la prehistoria hasta nuestros días, y que guarda (entre otras cosas) pinturas de Zurbarán, tallas de Pedro de Mena y dos salas dedicadas a un ilustre pintor de la ciudad: Cristóbal Toral. Desde ahí, se puede tomar la calle principal bajando desde la Plaza de San Sebastián después de haber cogido información en la oficina de turismo y de ver, si se quiere, la iglesia que tiene al brillante Angelote pintado de oro en lo alto de la torre más alta de todas las iglesias de Antequera, la iglesia colegial de San Sebastián. Bajando uno se encuentra algunas tiendas y bares y, al final, la plaza de toros donde se hace la «fiesta» de los toros (incluida una goyesca) en julio y agosto.

Antequera tiene más de 40.000 habitantes, el 50% desperdigado en pedanías de los alrededores. El resto vivimos aprisionados entre coches y ruido, mucho calor en verano y mucho frío en invierno. Tiene lo malo de un pueblo y lo malo de una ciudad y ningún beneficio de ser alguna de las dos cosas. Pero los hay que aman Antequera y que la sienten de verdad. Málaga está muy cerca (a menos de 45 minutos) y muchos antequeranos la vivimos casi como una barriada de la capital. Para los turistas que quieren asomarse al interior, Ronda es un cebo más atractivo: queda muy cerca y tiene una fama mucho más grande. Pero Antequera es sin duda una ciudad de grandes monumentos, no solo eclesiásticos. Es cierto (bromas aparte con lo del centro de Andalucía) que Sevilla, Córdoba y Granada están muy cerca de aquí: todas alrededor de una hora en coche. Pero Antequera, además, está rodeada de sierras, de lagunas como la de Fuente de Piedra y parajes increíbles como el desfiladero de los Gaitanes en la Comarca del Guadalteba. Y, por supuesto, también están los Dólmenes y El Torcal, que serán las próximas visitas de nuestro libro viajero.

Vista de Antequera
Antequera, con la Peña de los Enamorados y la Vega al fondo.   Foto: Toni Cifuentes

Ya estamos esperando el próximo capítulo, Toni.

15 comentarios sobre “Salga el sol por Antequera

  1. Precioso post Benjamín
    Yo tengo varias fotos en ese mirador de la Colegiata Antequera me encanta y Málaga también
    Muy bellas fotos
    Besos de sábado

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  2. Fantástica crónica, y muy critica cuando tiene que serlo Toni, pero echo en falta uno de los tesoros de Antequera: su gastronomía y el afán y esmero con el que unos cuantos recuperan y miman las recetas tradicionales con entidad propia.

    Un beso y a presumir de ese patrimonio!

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  3. Ups, es que ya no tienen programa que sino… Ahora, que si me lo financias, yo hago las veces. No doy muy bien a cámara pero el protagonista es Pau 😉 ¿y si hablas con los hermanos torres? Bss!

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