Cuestión de dignidad

Desde hace ya algunas semanas cientos de personas caminan hacia Madrid, procedentes de diversos puntos de España, para converger en la gran manifestación que este próximo sábado, 22 de marzo, partirá a las 17 horas desde la estación de Atocha hacia la plaza Colón. A buena parte de esas personas poco les queda más que la propia dignidad, así que por defenderla, y la de millones de ciudadanos como ellos, como nosotros, han decidido formar parte de las bautizadas (como no podría ser de otra manera) ‘Marchas de la dignidad’.

Es gente que se empeña en demostrar que son más que fríos números, de ésos que alimentan las espeluznantes estadísticas sobre paro, desahucios, morosidad bancaria, pobreza energética y la otra, la de toda la vida. Estadísticas que no interesan a quienes han provocado su pernicioso incremento, mucho más entusiasmados con las otras, las que llaman macroeconómicas: datos sobre “competitividad”, exportaciones, las estupendas cuentas de resultados de las grandes empresas y entidades bancarias, la prima de riesgo, la recuperación de la Bolsa… Es decir, estadísticas que a los que defienden su dignidad les importan un carajo.

En su camino hacia la capital encuentran la solidaridad de personas como ellos, que les ofrecen comida y cobijo y les dan ánimos para seguir adelante, viéndose representados en su lucha. Una lucha por una sociedad más justa, más humana, en que las personas sean lo primero. Una sociedad donde cada individuo tenga garantizada una existencia digna. Es decir, trabajo, techo y unos servicios públicos de calidad y de acceso universal.

¿Demagogia? ¿Utopía? No veo por qué. Si en este país y en otros se ha conseguido salvar el gigantesco agujero económico provocado por la especulación salvaje, y se ha hecho con dinero público, no veo por qué no se puede exigir a los gobiernos que salven a las personas. Que alguien me explique por qué lo primero es indiscutible y lo segundo, en cambio, demagogia o populismo. ¿En qué momento hemos dejado de pensar con una lógica humana para pasar a hacerlo desde un punto de vista financiero? Las personas son simples números y los bancos y quienes orbitan alrededor suyo son entes indefensos que hay que proteger. ¿?

La dignidad de esas personas que caminan hacia Madrid es la misma que demuestran a diario organizaciones como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), que acaba de celebrar su quinto aniversario más viva que nunca, llevando la esperanza a miles de personas que lo habían perdido todo y que ahora, por lo menos, han recuperado las ganas de luchar. O las familias y colectivos que mantienen encendida la llama de la justicia sobre los crímenes del franquismo, muchos de ellos ancianos que no desfallecen en la búsqueda de sus familiares represaliados y en la exigencia de responsabilidades, aunque tengan que ir a Argentina a hacerlo porque en España ni siquiera los tribunales atienden a los requerimientos que llegan incluso desde la ONU (pensar que se avinieran a hacerlo los herederos del régimen sí que es una utopía).

Es esa misma dignidad la que demuestra Ca-minando fronteras, ONG que trabaja para recordarnos que esas personas que intentan llegar a nuestro país por los medios que sea, aunque les cueste la vida, ya que en su tierra de origen no hay ni futuro ni presente, son tan dignas como cualquiera de nosotros, así que no es admisible pretender tapar como un desgraciado accidente la muerte de 15 de ellas, y menos si existen pruebas tan consistentes de que han sido asesinadas. El extenso informe que ha elaborado lo deja bien claro. Hacerse el ciego y el sordo no va a cambiar la realidad. Pero bueno, eran negros, pobres y venían a robar, así que tampoco vamos a exagerar las cosas.

Hoy no quiero hablar de los indignos. Esos ya tienen presencia en los medios, toda la que quieren y más, a diario. Todos sabemos quiénes son, siempre trajeados para suplir con apariencia la ausencia de dignidad. Escuchamos cada día las mentiras que escupen por sus bocas mezquinas, con las que pretenden confundirnos, hacernos dudar del bando en el que estamos. Yo lo tengo muy claro: mi dignidad acompaña a la de quienes caminan con la cabeza bien alta para gritar una vez más que merecemos justicia.

14 comentarios sobre “Cuestión de dignidad

  1. Nosotras iremos en tren: ya no estamos para tan largas caminatas; pero a las cinco del 22 estaremos en Atocha. Ya os contará Sofía. ‘Cuestión de dignidad’.

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  2. Te preguntas por qué se ha hecho un esfuerzo titánico para salvar al sistema financiero y no a las personas. La respuesta la encontrarás en la lista Forbes, una minoritaria relación de pastudos, cada vez más podridamente ricos, que son los que utilizan a los gobiernos para actúen de acuerdo con sus intereses y no a favor de la gran mayoría.
    Es del todo infumable que en un país como el nuestro, prácticamente en quiebra, esta famosa lista haya incorporado en el 2014 a seis nuevos archimillonarios españoles. Está claro que el incremento de las fortunas es directamente proporcional al aumento de la miseria y las dificultades para la gran mayoría de personas.

    Por lo que respecta a las marchas, ojalá se estén quietos los elementos infiltrados del propio sistema, quienes siempre acaban reventando cualquier manifestación, por pacífica que sea, y dar así a los poderes fácticos la excusa perfecta para enviar a sus mamporreros a sacudir y amedrentar al personal.

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  3. Este mundo está hecho de personas de verdad no de políticos, banqueros y grandes empresarios, alimañas sucias chupasangre. Así que, supongo, tendremos fuerza suficiente como para hacer cambiar algunas cosas. Eso espero. Si no me largo de este mundo en avioneta. ¡Un abrazo!

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  4. La inmensa mayoría de los españoles permanecerán en sus casas, como le gusta a Rajoy, o saldrán a mirar escaparates, o a ver el fútbol, o a quejarse de la factura de la luz crucificando a los perroflautas que sólo buscan derribar al gobierno legítimo de los saqueadores.

    Estaremos en Atocha, protestando y rezando. Sí, rezando para no sentir las sagradas porras sobre nuestos cuerpos, las beatas multas en nuestros bolsillos y el desamparo ante la divina justicia de este gobierno.

    Salud y lucha

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  5. Cómo me ha gustado tu descripción de los indignos, comparto completamente esta denuncia y también el apoyo que desde aquí los prestas, porque no…no todos iremos a Madrid, entre otras cosas porque nuestras obligaciones nos lo impiden…y que no se engañen, que no se crean que es una minoría la que protesta, la que no se rinde ante tanto vandalismo político y de poder….no somos perrosflautas, somos ciudadanos exigiendo responsabilidad, nobleza, compromiso con el pueblo, franqueza, dinamismo…exigimos que nos dejen de saquear, y que trabajen para iniciar propuestas que nos saquen de este agujero en el que un día nos hundieron…
    Los que no trabajan se desesperan, lo que lo hacemos vamos cada vez por menos, …cotizamos pagamos impuestos para que luego en un «despiste» pierdan la pista a mas de 500 millones de euros, o para que aquellos que la justicia se esfuerza para que cumplan la pena de sus condenas llegue el señor Gallardón y les indulte.
    Estoy cansada de este sistema, sistema caduco y con un futuro tan incierto…. necesitamos ideas nuevas,…necesitamos ilusión, soluciones apoyos….
    Te agradezco este post, por lo menos me sirve para no sentirme tan sola y desahogarme un poquito…
    Te dejo un abrazo y muchos besos….con alas ….

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    1. Somos muchos los que pensamos así, muchos más de los que puede parecer. Deberíamos salir más a la calle, en masa, para que los que gobiernan sintieran verdadera presión. Lo que más temen los políticos, lo sé por propia experiencia (no como político), son las protestas ciudadanas y las noticias negativas para sus intereses. Por eso se preocupan tanto en untar a los medios y en criminalizar a los movimientos ciudadanos. La de mañana será una gran movilización, un éxito de convocatoria que, por mucho que se empeñen en diluir, debe hacernos tomar conciencia de una vez de que el poder está realmente en nuestras manos. Un abrazo!

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