
(Versión en castellano justo después de la catalana)
Sovint les sortides no programades són les que ens reserven les millors sorpreses. Això és el que ens ha succeït aquest diumenge. Volíem passar el dia en algun poblet amb restaurant per dinar-hi, però sense tenir clar on, i hem acabat descobrint un roure mil·lenari i un excel·lent lloc per menjar.
A l’entorn de Caldes de Montbui, el poble on visc, hi ha un munt de poblets pintorescos, envoltats de natura, ideals per passar un dia festiu, passejant, respirant aire net i gaudint del paisatge. Un d’aquests indrets és Castellcir. Hi hem anat a parar, però com que no hi hem trobat lloc on dinar, ens hem aventurat a seguir un senyal que deia «Santa Coloma Sasserra». Molt aviat la carretera s’ha transformat en camí de terra, de manera que l’opció més prudent era fer mitja volta… però l’avistament d’un senyal que informava que hi érem a poc més d’un quilòmetre ens ha fet continuar endavant, a veure què hi trobàvem. I el què hi hem trobat ha estat un paratge bucòlic presidit per un roure gegantí, el Roure del Giol, Arbre Monumental des del 1991 amb els seus 17 metres d’alçària i els més de quatre metres de longitud del seu tronc.
L’entorn és preciós. Santa Coloma Sasserra és un nucli rural que, com tots els pobles antics, té el centre neuràlgic en la seva església. De fet, aquest bàsicament és l’església i les diverses masies que l’envolten. S’hi respira pau. A més, feia un dia esplèndid, cosa que accentuava la bellesa del lloc.

Hem coincidit amb una altra família, casualment antics veïns nostres que ara viuen a Catellcir, i ens han recomanat un restaurant a Collsuspina, un poble proper. Així que cap allà que hi hem anat, per la pista de terra que, afortunadament, és practicable per a un cotxe no totterreny com el nostre. Can Forner o Can Manel (el nom del propietari) es diu el restaurant, i des d’aquí vull agrair als meus ex veïns la recomanació perquè s’hi menja d’escàndol i a un preu molt raonable. Això sí, la propera vegada reservarem la taula, perquè hem hagut d’esperar una bona estona. Sort que en Manel a més de servir menjar de qualitat excel·lent és un hostaler excel·lent i ens ha fet forat malgrat que allà no parava d’entrar gent amb la reserva feta. Hi tornarem, segur.
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A menudo las salidas no programadas son las que nos reservan las mejores sorpresas. Esto es lo que nos ha sucedido este domingo. Queríamos pasar el día en algún pueblo con restaurante, pero sin tener claro dónde, y hemos acabado descubriendo un roble milenario y un excelente lugar para comer.
En el entorno de Caldes de Montbui, el pueblo donde vivo, hay un montón de pueblos pintorescos, rodeados de naturaleza, ideales para pasar un día festivo, paseando, respirando aire limpio y disfrutando del paisaje. Uno de esos lugares es Castellcir. Hemos ido a parar allí, pero como no hemos encontrado lugar donde comer, nos hemos aventurado a seguir una señal que decía «Santa Coloma Sasserra». Muy pronto la carretera se ha transformado en camino de tierra, de modo que la opción más prudente era dar media vuelta… pero el avistamiento de una señal que informaba que estábamos a poco más de un kilómetro nos ha hecho seguir adelante, a ver qué encontrábamos. Y lo que hemos encontrado ha sido un paraje bucólico presidido por un roble gigantesco, el Roble del Giol, Árbol Monumental desde 1991 con sus 17 metros de altura y los más de cuatro metros de longitud de su tronco .
El entorno es precioso. Santa Coloma Sasserra es un núcleo rural que, como todos los pueblos antiguos, tiene el centro neurálgico en su iglesia. De hecho, éste básicamente es la iglesia y las diversas masías que lo rodean. Se respira paz. Además, hacía un día espléndido, lo que acentuaba la belleza del lugar.
Hemos coincidido con otra familia, casualmente antiguos vecinos nuestros que ahora viven en Catellcir, y nos han recomendado un restaurante en Collsuspina, un pueblo cercano. Así que hacia allí que hemos ido, por la pista de tierra que, afortunadamente, es practicable para un coche no todoterreno como el nuestro. Can Forner o Can Manel (el nombre del propietario) se llama el restaurante, y desde aquí quiero agradecer a mis ex vecinos la recomendación porque se come de escándalo y a un precio muy razonable. Eso sí, la próxima vez reservaremos la mesa porque hemos tenido que esperar un buen rato. Suerte que Manel además de servir comida de calidad excelente es un hostelero excelente y nos ha hecho hueco a pesar de que allí no paraba de entrar gente con la reserva hecha. Volveremos , seguro.
Preciosas fotos y muy bueno el narrativo!! Un abrazo amigo!
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Gracias, amigo! Buena entrada de año!
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Un abrazote querido hermano, qué goces un montón, como decimos los boricuas!!!
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¿Teléfono del restaurante??? 🙂
Estos días, después de atracones varios, la verdad es que no me apetece ir de restaurante… pero sin duda es todo un descubrimiento… y me alegro que nos lo descubras a los demás
Un saludo!
PD. Lorenzo (Silva) me tiene enganchada… espero que le perdones, porque aún no he empezado a leer(te).
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Perdonado está. 😉
El restaurante es ideal para ir con hambre. Nada más sentarte te sirven embutido, anchoas, olivas y pan de coca con tomate. Las raciones de los platos son de las generosas.
93 830 13 09
Un abrazo y feliz año nuevo!
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Que así sea. El año. También para ti.
Besos
Gracias por el tf… iremos seguro
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