Descubriendo la Valencia olvidada

Valencia - Plaza de toros
Plaza de toros de Valencia.   Foto: Miriam Rodríguez

Tras su estancia en Dénia y Alzira, ese libro viajero al que admito desde ya que envidio profundamente ha pasado por Valencia capital. Estuve hace algunos años y la recuerdo como una ciudad de contrastes. Por una parte las obras megalómanas de la Ciudad de las Artes y las Ciencias y la Copa de la América, verdaderos pozos sin fondo devoradores de dinero público y, por otra, la Valencia histórica, con sus callejuelas y sus edificios dignos de admirar. Miriam, una gran artista a la que descubriréis en ‘Hay una Miri en mi sopa’, nos presenta esa otra Valencia que reivindica buena parte de sus habitantes y que ‘El viaje de Pau’ ha tenido la suerte de conocer. Os dejo con su interesantísima crónica viajera…

De camino a Valencia, Pau, me hablaba de los lugares que le gustaría visitar. Como todo aquél que nunca ha estado en la ciudad, lo primero que me nombró fue la Ciudad de las Ciencias. Es terrible que de una ciudad tan maravillosa como Valencia su imagen más llamativa sea la de esa cáscara de huevo, tan vacía como inútil, y cuyo único atractivo es esa arquitectura que pese a su modernidad no tiene más que goteras. Le dije a Pau que yo prefería llevarle a que conociera verdaderamente la ciudad en la que vivo, quería que disfrutara de sus preciosas calles, de su luz maravillosa y su espléndido cielo. Quería que, en su corta estancia, conociera aquellos elementos que hasta a los valencianos les llegan a pasar desapercibidos y aquellos que para mí (como supongo que para mucha gente que vive aquí) tienen un significado especial.

Valencia - Estación del Norte
Exterior de la Estación del Norte de Valencia.   Foto: Miriam Rodríguez
Valencia - Estación del Norte.   Foto: Miriam Rodríguez
Interior de la Estación del Norte de Valencia.   Foto: Miriam Rodríguez
Uno de ellos es la Estación del Norte de Valencia. Es la estación de trenes a la que todo el mundo desearía llegar. Es una construcción de carácter modernista, llena de elementos alegres y coloridos basados en la cultura del azahar y la naranja, característica de Valencia. Es un lugar por el que siento cierta nostalgia, jamás pensé que en mi vida llegaría a pasar tanto tiempo por allí ni que me iba a sentir tan a gusto en ese tránsito, como si fuera mi casa. 

Valencia - Palacio del Marqués de Dos Aguas
Fachada del Palacio del Marqués de Dos Aguas. Foto: Miriam Rodríguez

Otro de los lugares que hacen especial a esta ciudad, y que curiosamente pasa desapercibido para mucha gente, es el Palacio del Marqués de Dos Aguas. Este espléndido edificio de marcado estilo rococó se levanta en la calle Rinconada Federico García Sanchiz y pertenece a la década de 1740. Su fachada se ha terminado de restaurar recientemente. Desgraciadamente, durante la restauración se perdieron los frescos que la decoraban, pertenientes a Rovira, a consecuencia del mal estado en que se encontraban debido a la humedad. Es una construcción que resulta tan majestuosa por dentro como por fuera. Existen visitas guiadas, totalmente recomendables, que te permiten visitar su interior: ver los coches de caballos de los marqueses, perfectamente conservados; las ostentosas estancias; y el fantástico Museo Nacional de la Cerámica.

Valencia - Calle de la Paz
Calle de la Paz, con la plaza de la Reina al fondo.   Foto: Miriam Rodríguez
Me hubiera gustado que Pau pudiera haber disfrutado de las noches en Valencia, de las fiestas, de pasear por las calles y encontrarnos con algún «clandestino» de los que organiza la gente del movimiento swing/lindy hop. Bajar al antiguo cauce del río y sorprendernos de la cantidad de gente que va en bici, sale a hacer footing, taichi, yoga, capoeira, escalada, hasta deportes y juegos que no conocemos, o simplemente que baja a pasear con su perro.

Valencia es una ciudad que no pasa desapercibida a nadie
, conozco a mucha gente que vino de Erasmus y al final se quedó a vivir aquí. Es una lástima que muchas personas se vean obligadas a marcharse debido a la dura situación que estamos pasando por culpa de la mala gestión de nuestros políticos (no digo otra cosa por educación).

Apuesto a que coincidís conmigo en que el relato de Miriam es estupendo. En fin, que ya tenemos un destino más que añadir a la lista. El «paseo» de Pau y compañía por la Comunitat Valenciana está siendo de lo más completito, y todavía le queda una etapa más… Pero no adelantemos acontecimientos. El viaje continúa…

9 comentarios sobre “Descubriendo la Valencia olvidada

  1. Gran ciudad y mejores personas, tuve la suerte de pasar mucho tiempo he hice grandes amistades las cuales aun conservo, cuando paso por Valencia siento nostalgia de tiempo pasado.

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    1. Una bonita ciudad de la que sólo nos «venden» una imagen. Como en todas partes, el cómo sea un lugar y cómo lo recordemos dependerá de cómo nos sintamos tratados por sus habitantes. Afortunadamente, en casi todos sitios hay buena gente. Un abrazo!

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