Vivimos en un país muy poco serio. Lo que ocurre aquí podría formar parte de cualquier película de humor absurdo, de esas donde todo lo que ocurre es exagerado, surrealista, caricaturesco, incluso de mal gusto. ‘Torrente’ sería un buen ejemplo. El problema es que lo que pasa en España es poco serio sólo si hablamos en términos cinematográficos. La realidad es infinitamente más grave.

Sí, lo sé, ya estoy otra vez dale que te pego con la crisis, la falta de democracia y la corrupción. Os prometo que seré breve. Este post apareció en mi mente anoche, cuando vi en Twitter el avance de las portadas de los diarios de hoy. En concreto, la del ‘ABC’. Periódico serio, gris, conservador, de la vieja escuela. Un ejemplo perfecto del periodismo tradicional. Pues bien, eso sería antes, porque ahora se permite el lujo de plantar un enorme emoticón sonriente y bien patriótico en plena portada.

De vergüenza ajena. Soy periodista, y lo que veo hacer de un tiempo a esta parte a ese pseudo panfleto gubernamental llamado ‘La razón’ y al no menos panfletario ‘ABC’ es como para renegar de la profesión. ¿Es que no tienen dignidad profesional? ¿A quién pretenden engañar? ¿A quién quieren convencer de que bajar del 27% de paro en un país con más de 6 millones de desempleados es una buena noticia? ¿Dónde está la buena noticia que tenemos que celebrar con emoticones rojigualdos? Ahora no me voy a poner a analizar por qué la encuesta de población activa reflejará el jueves 100.000 parados menos durante el segundo trimestre, pero me huelo que algo tendrán que ver los jóvenes e inmigrantes que han “huido” del país, así como los muchos desempleados que se lanzan a la piscina del emprendimiento capitalizando la prestación que les queda por cobrar y abriendo un negocio que, lamentablemente, en un porcentaje muy elevado de los casos está condenado al fracaso.

La portada del ‘ABC’ es un insulto. Es de un mal gusto que roza lo nauseabundo. No me quiero imaginar qué habrían hecho si el paro hubiera bajado al 25%… Lo que sí tengo claro es que ni al ‘ABC’ ni a ‘La razón’ (que hace once meses nos “regalaba” una portada muy similar) les importa un pimiento lo que piensen ni sientan los 6 millones de parados. Su portada está únicamente dirigida a desviar la atención sobre el (presunto) delincuente que nos gobierna. No les interesa en absoluto conocer la verdad, porque no son periodistas, sino hooligans que no ven más allá de sus colores.

El periodismo de masas en este país dejó hace ya algún tiempo de cumplir su función social. Dejó de pretender conocer la verdad y explicarla a su audiencia. Dejó de ser crítico con el poder, fuera de su cuerda o de la opuesta. Los “grandes medios” ya sólo obedecen a intereses empresariales y se han convertido en expertos practicantes del “revanchismo”… Paradójicamente, gracias a ese “revanchismo” durante estos días el ex tesorero del PP, Luis Bárcenas, ha descorchado el tarro de las esencias. Veremos si hay sustancia degustable judicialmente.

De momento, el presidente plasmado ha tenido que ceder a las presiones para abandonar durante un rato su pantalla protectora y parece que un día de estos acudirá a ese lugar tan molesto, al que tan poco le gusta asistir porque le produce un hastío mortal, denominado Congreso de los diputados. Allí pasará el rato. Dejará que la oposición se desahogue y le pida que saque los sobres, y él los despachará con las mismas obviedades de siempre, y tal.

Es muy poco serio. Parece que tengamos que aplaudir a Rajoy porque cumpla con su obligación democrática. No me extrañaría nada que mañana los panfletos oficialistas titulasen con cosas como “Da la cara y cierra bocas” o “Rajoy: el gran estadista”. Muy poco serio y peligrosamente poco democrático. Hemos llegado a un punto en el que la democracia molesta. Y lo curioso es que quienes actúan de forma tan despreciable se escudan en la legitimidad democrática para hacerlo. Y nosotros, a tragar.

Por cierto, parece que este gobierno tan preocupado por los datos y las estadísticas planea una modificación en la forma de contabilizar a las víctimas de la violencia machista. Según publicaba hoy ‘El Mundo’, sólo entrarían en la estadística oficial aquellas mujeres que requieran un ingreso hospitalario superior a las 24 horas. Es decir, si tu marido, novio, ex novio o quien sea del entorno familiar te da una paliza, pero tras pasar por el centro médico no requieres de ingreso, no contarás como víctima de violencia machista. La primera palabra que se me ocurre para definirlo es “asqueroso”.